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7
28 de febrero de 2011
28 de febrero de 2011
24 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
`Chico y Rita´ es el resultado del trabajo conjunto entre el cineasta Fernando Trueba y el polifacético Javier Mariscal, cimentado en el amor común que ambos sienten por Cuba y el jazz latino. Concebida como un película de animación para adultos, se trata de un romántico drama que aprovecha la intempestiva relación de amor entre un pianista de Jazz y la que será su musa inspiradora a lo largo de toda su vida, para narrar la historia de la música en Cuba en los años 50 y su fusión con el jazz que se estaba desarrollando en EEUU.
Entrelaza así hechos verídicos (los músicos cubanos que van apareciendo a lo largo de la película) con la relación de ficción entre Chico y Rita. Entre los músicos con los que irán compartiendo escena se encuentran Chano Pozo, Tito Puentes o Nat King Cole.
El guión, escrito por Trueba en colaboración con Ignacio Martínez de Pisón, evita en todo momento el comentario político, sin posicionarse en ningún tipo de discurso. Se desentiende en este aspecto para centrarse por completo en la documentación del movimiento musical de la Cuba de aquellos años, un momento dorado para la música.
Trueba es un entusiasmado de la cultura cubana, y en especial de su música. Ya lo mostró por primera vez en su documental Calle 54 (2000). Para esta película ha realizado un profundo trabajo de documentación desde lo más profundo de su melomanía para trasladar a la pantalla las vivencias de todos estos músicos de Jazz.
Los dibujos de Javier Mariscal, a través de su personal estilo, encuentran en las diferentes escenas la inspiración artística para logar plasmar con esmero y belleza el ambiente social y cultural de la Cuba de los años 50, antes de la caída del gobierno de Batista. Comenzó a trabajar en el proyecto muchos años antes de comenzar el “rodaje”, a través de diferentes viajes a la Habana donde el artista fue plasmando en dibujos las emociones que recibía en sus inclusiones por aquellas tierras bañadas por la intensa luz del sol, dibujos que utilizó para el desarrollo final de la película.
Técnicamente, a pesar de las discrepancias que Trueba mostró al principio, los dibujos de animación se apoyan de grabaciones previas de actores reales para nutrir con mayor vitalidad las imágenes que muestra.
Uno de los puntos fuertes de la película es la banda sonora que recibió casi la misma dedicación que el rodaje mismo de la película. En lugar de recurrir a grabaciones clásicas de jazz, el cineasta optó por grabar de nuevo las piezas con distintos músicos, tratando de transmitir las mismas emociones que integraban las anteriores, en colaboración estrecha con el magnífico pianista Bebo Valdés, quien se encargó de componer y arreglar los temas que forman la banda sonora original de la película. Una auténtica delicia.
Entrelaza así hechos verídicos (los músicos cubanos que van apareciendo a lo largo de la película) con la relación de ficción entre Chico y Rita. Entre los músicos con los que irán compartiendo escena se encuentran Chano Pozo, Tito Puentes o Nat King Cole.
El guión, escrito por Trueba en colaboración con Ignacio Martínez de Pisón, evita en todo momento el comentario político, sin posicionarse en ningún tipo de discurso. Se desentiende en este aspecto para centrarse por completo en la documentación del movimiento musical de la Cuba de aquellos años, un momento dorado para la música.
Trueba es un entusiasmado de la cultura cubana, y en especial de su música. Ya lo mostró por primera vez en su documental Calle 54 (2000). Para esta película ha realizado un profundo trabajo de documentación desde lo más profundo de su melomanía para trasladar a la pantalla las vivencias de todos estos músicos de Jazz.
Los dibujos de Javier Mariscal, a través de su personal estilo, encuentran en las diferentes escenas la inspiración artística para logar plasmar con esmero y belleza el ambiente social y cultural de la Cuba de los años 50, antes de la caída del gobierno de Batista. Comenzó a trabajar en el proyecto muchos años antes de comenzar el “rodaje”, a través de diferentes viajes a la Habana donde el artista fue plasmando en dibujos las emociones que recibía en sus inclusiones por aquellas tierras bañadas por la intensa luz del sol, dibujos que utilizó para el desarrollo final de la película.
Técnicamente, a pesar de las discrepancias que Trueba mostró al principio, los dibujos de animación se apoyan de grabaciones previas de actores reales para nutrir con mayor vitalidad las imágenes que muestra.
Uno de los puntos fuertes de la película es la banda sonora que recibió casi la misma dedicación que el rodaje mismo de la película. En lugar de recurrir a grabaciones clásicas de jazz, el cineasta optó por grabar de nuevo las piezas con distintos músicos, tratando de transmitir las mismas emociones que integraban las anteriores, en colaboración estrecha con el magnífico pianista Bebo Valdés, quien se encargó de componer y arreglar los temas que forman la banda sonora original de la película. Una auténtica delicia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La cinta está repleta de morbosidades que dotan de especial singularidad el ya de por sí encanto del que goza, como el dúo entre Chico anciano (detrás del que está Bebo Valdés) y la cantaora de flamenco Estrella Morente, que recuerda al disco conjunto que realizó el pianista junto a Diego el Cigala.
La película destaca como un `Casablanca´ de animación, la transmisión de las vivencias autobiográficas de `Días de radio´ a través de dibujos, el retrato colectivo de toda una generación de músicos que abandonaron la isla de Cuba para desarrollar con éxito su carrera musical.
`Chico y Rita´ vibra a ritmo de jazz latino, fluye con fuerza al son del amor inmortal entre sus dos protagonistas, teñido de ciertos aires noir que junto a la particular revisión que el director madrileño realiza de la historia de los sonidos cubanos, centrada en su época dorada, acaba por conjugar una película de animación original, entretenida y muy atractiva visual y musicalmente. Un deleite para los cinco sentidos.
La película destaca como un `Casablanca´ de animación, la transmisión de las vivencias autobiográficas de `Días de radio´ a través de dibujos, el retrato colectivo de toda una generación de músicos que abandonaron la isla de Cuba para desarrollar con éxito su carrera musical.
`Chico y Rita´ vibra a ritmo de jazz latino, fluye con fuerza al son del amor inmortal entre sus dos protagonistas, teñido de ciertos aires noir que junto a la particular revisión que el director madrileño realiza de la historia de los sonidos cubanos, centrada en su época dorada, acaba por conjugar una película de animación original, entretenida y muy atractiva visual y musicalmente. Un deleite para los cinco sentidos.
7
19 de junio de 2010
19 de junio de 2010
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Drama costumbrista sobre el retorno de François Baillou (Jean-Claude Brialy) a su pueblo natal en la Francia de los años 60 tras una década viviendo en la gran ciudad. Allí descubrirá cómo la tierra donde vivió continúa igual que como la dejó, mientras que sus habitantes han cambiado, en especial su antiguo amigo Serge (Gérard Blain). Éste se encuentra hundido en un casi patético alcoholismo al que su amigo François culpa a su relación matrimonial con Yvonne (Michèle Méritz). Tratará François de conseguir que éste enderece las riendas de su vida.
Supone la ópera prima de Claude Chabrol, y para muchos críticos e historiadores la primera película de la Nouvelle Vague. Si bien es cierto que más bien se puede considerar una cinta transicional entre el anticuado estilo del cine francés de los años 50 y las rompedoras formas que comenzaría a usar los jóvenes integrantes de la nueva ola cinematográfica.
Desde una perspectiva social y cercana, Chabrol realiza una crítica a las formas de vida rurales, en la que el cineasta presenta a unos pueblerinos asalvajados y carentes de modales frente al hombre de ciudad. Traza así un choque con el clásico molde de estancia en el pueblo como lugar redentor, en contra de la ajetreada vida urbana expuesta por otros directores como haría Chaplin en Tiempos modernos (1936).
Frente a otras películas de la década, ésta tubo que realizarse con una mínima parte del presupuesto que se había utilizado para la realización de las otras. Presenta de forma manifiesta la posibilidad de llevar a cabo el rodaje de películas sin la necesidad de cuantiosos gastos, cosa que agradó tanto a la industria del cine por la posibilidad de abaratar costes como a los jóvenes cinéfilos ansiosos por dirigir que pronto comenzarían sus andaduras (Godard, Truffaut, Resnais...).
Recurre para ello al blanco y negro, repleta de primeros planos y decide abandonar los estudios de grabación parisinos para salir a rodar al pueblo donde Chabrol creció.
El Bello Sergio, sea un antecedente o se enmarque dentro de la propia Nouvelle Vague, se trata de una puerta abierta para la futuras películas que en los años consecutivos ocuparían las carteleras de los cines de medio mundo.
Supone la ópera prima de Claude Chabrol, y para muchos críticos e historiadores la primera película de la Nouvelle Vague. Si bien es cierto que más bien se puede considerar una cinta transicional entre el anticuado estilo del cine francés de los años 50 y las rompedoras formas que comenzaría a usar los jóvenes integrantes de la nueva ola cinematográfica.
Desde una perspectiva social y cercana, Chabrol realiza una crítica a las formas de vida rurales, en la que el cineasta presenta a unos pueblerinos asalvajados y carentes de modales frente al hombre de ciudad. Traza así un choque con el clásico molde de estancia en el pueblo como lugar redentor, en contra de la ajetreada vida urbana expuesta por otros directores como haría Chaplin en Tiempos modernos (1936).
Frente a otras películas de la década, ésta tubo que realizarse con una mínima parte del presupuesto que se había utilizado para la realización de las otras. Presenta de forma manifiesta la posibilidad de llevar a cabo el rodaje de películas sin la necesidad de cuantiosos gastos, cosa que agradó tanto a la industria del cine por la posibilidad de abaratar costes como a los jóvenes cinéfilos ansiosos por dirigir que pronto comenzarían sus andaduras (Godard, Truffaut, Resnais...).
Recurre para ello al blanco y negro, repleta de primeros planos y decide abandonar los estudios de grabación parisinos para salir a rodar al pueblo donde Chabrol creció.
El Bello Sergio, sea un antecedente o se enmarque dentro de la propia Nouvelle Vague, se trata de una puerta abierta para la futuras películas que en los años consecutivos ocuparían las carteleras de los cines de medio mundo.
7
28 de julio de 2010
28 de julio de 2010
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Salto a la gran pantalla del dibujante de comic francés Joann Sfar. Decide así que su ópera prima sea un biopic totalmente subjetivo sobre la vida del que él mismo se declara un gran admirador, el polifacético Serge Gainsbourg.
Lejos de ser una convencional revisión audiovisual de la vida de un artista, “Gainsbourg (Vida de un héroe)” es concebida más como un cuento que como un relato biográfico. El director francés opta por escribir su particular visión de Gainsbourg, posiblemente muy alejada de la realidad, pero como el título de la película indica, se trata de la vida de un héroe.
Enlaza hechos reales con imágenes surrealistas, sumergiendo al espectador en una narración de una supuesta dimensión infantil. Para dotar al protagonista de un compañero con el cual intercambiar sus pensamientos sin tener que recurrir a la voz en off, Joann Sfar opta por incluir en el guión a un personaje completamente de ficción. Se trata de un personaje animado, fisicamente parecido a una marioneta, con rasgos evocadores de la filmografía de Tim Burton, caracterizado con una inmensa nariz, símbolo del artista francés. Es su alter ego, su ángel de la guarda, aunque en otras ocasiones más cercano a una figura maléfica.
Traza de esta forma la vida de Gainsbourg desde su infancia, siendo un niño judío problemático en la francia ocupada por los nazis, hasta su ascenso a la fama y posterior caída. Más centrado en sus romances que en otras facetas de su vida. Veremos así un desfile de actrices de inmenso atractivo e imágenes cargadas de un explícito erotismo
En conjunto se trata de una película entretenida, que permite recordar algunos de los clásicos del músico, pero que resulta irregular y aburrida en ocasiones pudiendo prescindir de algunas escenas. Se trata del intento pretencioso de exaltar la figura de Serge Gainsbourg y convertirlo en un héroe, en un símbolo generacional.
Lejos de ser una convencional revisión audiovisual de la vida de un artista, “Gainsbourg (Vida de un héroe)” es concebida más como un cuento que como un relato biográfico. El director francés opta por escribir su particular visión de Gainsbourg, posiblemente muy alejada de la realidad, pero como el título de la película indica, se trata de la vida de un héroe.
Enlaza hechos reales con imágenes surrealistas, sumergiendo al espectador en una narración de una supuesta dimensión infantil. Para dotar al protagonista de un compañero con el cual intercambiar sus pensamientos sin tener que recurrir a la voz en off, Joann Sfar opta por incluir en el guión a un personaje completamente de ficción. Se trata de un personaje animado, fisicamente parecido a una marioneta, con rasgos evocadores de la filmografía de Tim Burton, caracterizado con una inmensa nariz, símbolo del artista francés. Es su alter ego, su ángel de la guarda, aunque en otras ocasiones más cercano a una figura maléfica.
Traza de esta forma la vida de Gainsbourg desde su infancia, siendo un niño judío problemático en la francia ocupada por los nazis, hasta su ascenso a la fama y posterior caída. Más centrado en sus romances que en otras facetas de su vida. Veremos así un desfile de actrices de inmenso atractivo e imágenes cargadas de un explícito erotismo
En conjunto se trata de una película entretenida, que permite recordar algunos de los clásicos del músico, pero que resulta irregular y aburrida en ocasiones pudiendo prescindir de algunas escenas. Se trata del intento pretencioso de exaltar la figura de Serge Gainsbourg y convertirlo en un héroe, en un símbolo generacional.

7.2
38,273
10
16 de julio de 2010
16 de julio de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recién vista la película no queda en la mente del espectador otro sentimiento que no sea el de la angustia y el horror ante lo ocurrido a lo largo del relato. Y es que si has visto el trailer de la película antes, pensarás que se trata de un film de terror sin más, pero lejos de ser así el director austriaco logra aunar multitud de géneros en lo que parece un cóctel peligroso y lo sirve sin compasión entre sus espectadores. Con una maravillosa fotografía en blanco y negro, registra rasgos distintivos del suspense, pero también deja lugar al cine de terror con cierto carácter surrealista envuelto por un drama costumbrista de época.
El amplio desfile de personajes se van presentando a lo largo de la acción, sin llegar a acaparar ninguno algún tipo de protagonismo respecto al otro, salvo el personaje del profesor de la escuela (Christian Friedel) quien a través de una voz en off a modo de flash back va narrando sus recuerdos, compartido con una cámara casi documental que graba hasta lo que éste no pudo llegar a ver (los abusos de una niña por parte de su padre, el asesinato del pájaro del cura, la escena de los niños junto al río...).
La casi ausencia (contando las piezas de piano que coincide con la interpretación instrumental por parte del mismo personaje) de banda sonora dota a la trama de una singular regularidad en cuanto a la intensidad de la trama, sabiendo oportunamente atemorizar al espectador con el solo visionado de las crudas imágenes que se van exponiendo. De forma casi contraria a lo que haría Hitchcock en sus películas (y que así heredarían futuras generaciones de directores), la tensión de la acción no aumenta propiciada por una histriónica pieza de violín sabiamente colocada en el momento propicio (por citar a la archiconocida escena de Psicosis) si no que ese clímax argumental se alcanza mediado por el realismo y brutalidad de las imágenes. Es de esta forma cuando de modo totalmente inesperada por el espectador la cámara sigue el casi rutinario caminar de un joven campesino para al otro lado de la puerta encontrar el cadáver ahorcado de su propio padre, por mencionar un ejemplo.
El amplio desfile de personajes se van presentando a lo largo de la acción, sin llegar a acaparar ninguno algún tipo de protagonismo respecto al otro, salvo el personaje del profesor de la escuela (Christian Friedel) quien a través de una voz en off a modo de flash back va narrando sus recuerdos, compartido con una cámara casi documental que graba hasta lo que éste no pudo llegar a ver (los abusos de una niña por parte de su padre, el asesinato del pájaro del cura, la escena de los niños junto al río...).
La casi ausencia (contando las piezas de piano que coincide con la interpretación instrumental por parte del mismo personaje) de banda sonora dota a la trama de una singular regularidad en cuanto a la intensidad de la trama, sabiendo oportunamente atemorizar al espectador con el solo visionado de las crudas imágenes que se van exponiendo. De forma casi contraria a lo que haría Hitchcock en sus películas (y que así heredarían futuras generaciones de directores), la tensión de la acción no aumenta propiciada por una histriónica pieza de violín sabiamente colocada en el momento propicio (por citar a la archiconocida escena de Psicosis) si no que ese clímax argumental se alcanza mediado por el realismo y brutalidad de las imágenes. Es de esta forma cuando de modo totalmente inesperada por el espectador la cámara sigue el casi rutinario caminar de un joven campesino para al otro lado de la puerta encontrar el cadáver ahorcado de su propio padre, por mencionar un ejemplo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La interpretación lejos de ser artificiosa resulta tan natural y creíble que casi podríamos pensar que se trata de una cámara que va grabando los acontecimientos de los habitantes de un pueblo europeo de principios del siglo XX sin que éstos se den cuenta. Es por éso (a parte de otros detalles) por lo que tanto se distancia esta película de otras que también transcurre la narración en otra época, ya que La cinta blanca además de saber caracterizar visualmente a los habitantes del pueblo y transmitir el frío ambiente en el que se desenvuelve la historia, aporta a los personajes los valores morales, inquietudes y diálogos propios del siglo en el que se encuentran.
La grandeza de La cinta blanca reside en saber transmitir los miedos y angustias de los personajes, y hacer partícipe y no solo espectador al que visiona la película gracias al recurso de montar las escenas casi a tiempo real, sin apenas ningún tipo de elipsis temporal a lo largo de las mismas (sí entre una y otra). A ello es debido la larga duración de la cinta (casi dos horas y media).
La grandeza de La cinta blanca reside en saber transmitir los miedos y angustias de los personajes, y hacer partícipe y no solo espectador al que visiona la película gracias al recurso de montar las escenas casi a tiempo real, sin apenas ningún tipo de elipsis temporal a lo largo de las mismas (sí entre una y otra). A ello es debido la larga duración de la cinta (casi dos horas y media).

6.3
1,171
6
29 de enero de 2011
29 de enero de 2011
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miel se presenta como un drama rural costumbrista que sigue el día a día de un niño de unos 6 años de edad en un pequeño pueblo de Turquía, escondido entre la frondosidad de los árboles de un bosque. Forma parte de la trilogía que el director turco comenzaría con `Huevo´ (2007), continuaría después con `Leche´ (2008) y finaliza ahora con la presente película. El eje que une estas tres partes gira en torno a la vida de Yusuf, incluyendo elementos autobiográficos del mismo director, centrado cada una de éstas en distintos momentos de su existencia.
A través de la infantil mirada de un niño, Yusuf, la película va narrando la tranquilidad de los acontecimientos que van ocurriendo en la vida de éste y su familia. Acaba de comenzar a ir a la escuela. Su padre, Yakup, se dedica a la apicultura. Su madre aguarda en la casa haciendo la comida y diversas labores del hogar. El paso de los días transcurre entre la sencillez de lo cotidiano y la paz de vivir alejado de la sociedad moderna y urbanizada.
Yusuf explora el entorno que le rodea y nos hace participes de ello. El mundo exterior aún está plagado de enigmas por descubrir en la mente de un niño de escasos 6 años de edad. Su mayor anhelo es conseguir el preciado premio (una especie de insignia), que entre aplausos, el profesor de su clase reparte a los alumnos que lo merecen. Todos sus compañeros van obteniendo poco a poco esta condecoración. Sin embargo, la torpeza de Yusuf al leer le impide alcanzarlo. La naturalidad de estas secuencias logran enternecer.
El largometraje da comienzo con un flashforward que Yusuf define como un sueño que más tarde se convertirá en una vivencia real. Yakup recorre los caminos del bosque junto a su burro buscando colmenas de miel, la “materia prima” que da título al film.
La relación paterno-filial encuentra en Miel un espléndido exponente. El relato ahonda en la ternura existente entre Yusuf y su padre. Los escasos diálogos entre ambos, verbalizados entre susurros, aporta una consonancia espiritual al drama. La película muestra la universalidad de la niñez, capaz de traspasar cualquier frontera o barrera cultural. Transcurran los acontecimientos en una ciudad de Francia como ocurre en `El vuelo del globo rojo´ (2007) de Hou Hsiao-Hsien o lo haga en un recóndito pueblo de Turquía, la mentalidad de un niño fascina por la inocencia de sus pensamientos y la creatividad de su imaginación.
(continúo en "spoiler")
A través de la infantil mirada de un niño, Yusuf, la película va narrando la tranquilidad de los acontecimientos que van ocurriendo en la vida de éste y su familia. Acaba de comenzar a ir a la escuela. Su padre, Yakup, se dedica a la apicultura. Su madre aguarda en la casa haciendo la comida y diversas labores del hogar. El paso de los días transcurre entre la sencillez de lo cotidiano y la paz de vivir alejado de la sociedad moderna y urbanizada.
Yusuf explora el entorno que le rodea y nos hace participes de ello. El mundo exterior aún está plagado de enigmas por descubrir en la mente de un niño de escasos 6 años de edad. Su mayor anhelo es conseguir el preciado premio (una especie de insignia), que entre aplausos, el profesor de su clase reparte a los alumnos que lo merecen. Todos sus compañeros van obteniendo poco a poco esta condecoración. Sin embargo, la torpeza de Yusuf al leer le impide alcanzarlo. La naturalidad de estas secuencias logran enternecer.
El largometraje da comienzo con un flashforward que Yusuf define como un sueño que más tarde se convertirá en una vivencia real. Yakup recorre los caminos del bosque junto a su burro buscando colmenas de miel, la “materia prima” que da título al film.
La relación paterno-filial encuentra en Miel un espléndido exponente. El relato ahonda en la ternura existente entre Yusuf y su padre. Los escasos diálogos entre ambos, verbalizados entre susurros, aporta una consonancia espiritual al drama. La película muestra la universalidad de la niñez, capaz de traspasar cualquier frontera o barrera cultural. Transcurran los acontecimientos en una ciudad de Francia como ocurre en `El vuelo del globo rojo´ (2007) de Hou Hsiao-Hsien o lo haga en un recóndito pueblo de Turquía, la mentalidad de un niño fascina por la inocencia de sus pensamientos y la creatividad de su imaginación.
(continúo en "spoiler")
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Con pasmosa lentitud, la historia va avanzando. Los movimientos extenuantemente lentos de la cámara coinciden con el andar pausado del joven protagonista. Entre los planos usados, llama la atención la reiteración en un plano subjetivo en el que el perfil de un personaje ocupa un lateral del plano, con el fondo desenfocado, o a la inversa. El burro que acompaña a la familia llega a ocupar esta privilegiada posición. Es así como Semith Kaplanoglu exhibe al espectador la descripción de lo que está ocurriendo. Uno de los pilares clave de la cinta.
Miel es visualmente hermosa, con una intención poética, dotada de sensibilidad y ternura. El bosque, descrito como un lugar misterioso, adquiere una condición casi mágica. La sencillez de lo cotidiano, en apariencias ausente de acción, encuentra en el relato directo e íntimo la vía para generar el drama. Sin embargo, la acción se mantiene paralizada como las aguas de una charca. El viento en la historia se mantiene en una quietud casi total. El guión no parece avanzar en ninguna dirección. En ésto reside el principal problema de la cinta: la incapacidad de generar el dinamismo que se le echa en falta en muchos momentos.
Miel es visualmente hermosa, con una intención poética, dotada de sensibilidad y ternura. El bosque, descrito como un lugar misterioso, adquiere una condición casi mágica. La sencillez de lo cotidiano, en apariencias ausente de acción, encuentra en el relato directo e íntimo la vía para generar el drama. Sin embargo, la acción se mantiene paralizada como las aguas de una charca. El viento en la historia se mantiene en una quietud casi total. El guión no parece avanzar en ninguna dirección. En ésto reside el principal problema de la cinta: la incapacidad de generar el dinamismo que se le echa en falta en muchos momentos.
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