El tiempo es lo único en la vida que jamás regresa, con el paso de los años, la mente y el cuerpo envejece, nos llenamos de experiencias, y lo que se fue es lo que quedará siempre en nuestra memoria.

No importa como se vaya desarrollando la vida, da igual nacer con un cuerpo de bebe para ir envejeciendo, o nacer con un cuerpo de anciano, para después ir rejuveneciendo...todos tendremos el mismo final, del cual nadie puede librarse, la muerte.

Magnifica película, con unos personajes que consiguen llegar al corazón del espectador, con una forma magistral de caracterización de los mismos, que hace que te metas en su propia carne.

Por eso, he decidido darle la máxima puntuación posible, porque la vida es dura, te toque vivirla al derecho, o al revés como a Benjamín.

Claramente, podemos ver que la película está dividida en dos partes: la primera que se centra en la habitación con el encierro de los protagonistas, en la que la intriga es un elemento fundamental. Y en la segunda parte que se centra en la vida exterior, fuera de la habitación, de los protagonistas.

Es una película que lo tiene todo, drama, tensión y suspense pero sobre todo sensibilidad y cariño.
Un guión trabajado a la perfección en el que la banda sonora, aparece en el momento exacto, la voz narradora de Jack (Jacob Tremblay) te conmueve, el cariño de Brie Larson hacia su hijo es inexplicable con palabras...

La habitación, es un estudio psicológico sobre la miseria humana, y me planteo la pregunta, ¿por qué el ser humano es así?

Es una película que se sale del tópico, consigue que te metas dentro del argumento y de la historia y que te emociones y sufras con los personajes.

Si duda, por el argumento y la forma de trabajar de los actores, se convierte en una película excepcional, y de ahí mi nota, un 10.
Hay películas que dejan huella, y ésta es una de ellas.