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Críticas ordenadas por utilidad
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7
2 de marzo de 2025
2 de marzo de 2025
6 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llego a esta película como cinéfilo o friqui del cine, como se quiera ver, al que, como es tradición cada año, le toca ver las nominadas a mejor película en la próxima edición de los Oscars y me enfrento a ésta, en particular, con pereza. ¿Por qué? Porque pertenece al género de los biopics musicales, que no me apasionan y porque habla de un artista, Bob Dylan, del que conozco sus canciones más famosas pero que no me apasiona y me queda lejos ya que no pertenece ni a mi generación ni a mi cultura. Ir con prejuicios no es la mejor forma de disponerse a ver una película, pero, a pesar de eso o quizás también impulsado por mi falta de expectativas hacia ella, esta película se convirtió para mí en una sorpresa muy agradable.
La cinta se beneficia de romper la estructura típica de estos biopics, no cuenta la historia del músico desde su infancia en un entorno humilde, de cómo la relación con sus padres marcó su vida dpersonal y su carrera artística y el duro camino hacia el éxito con caída a los infiernos y redención final. Se centra, en cambio, en un período concreto de la vida de Dylan, en la primera parte de la década de los sesenta, y no pivota en torno a su lucha para conquistar el éxito, sino en su relación con él y en la lucha por la definición de su personalidad artística en medio y a pesar de ese éxito. La película construye, en definitiva, un personaje muy atractivo, un rebelde que no quiere convertirse en un mecanismo más del sistema y lucha por ser él mismo encima del escenario. La evolución musical del artista está muy bien contada y las canciones se insertan muy bien en la trama. Y también acierta en ofrecer un buen retrato de la época, esos años sesenta de lucha y contestación social. Ésta es una obra construida para y por un actor y Timothée Chalamet hace un gran trabajo como Dylan, reflejando muy bien su carácter de “pez a contracorriente” tanto en la música como en su relación con las mujeres y es encomiable su preparación para el papel, llegando a interpretar las canciones del músico captando su personal estilo con una gran solvencia.
En el “debe” pondría alguna caída puntual del ritmo y la falta de profundidad en el retrato de la relación del artista con Sylvie y sobre todo, con Joan Baez. ¿Dónde está la intensidad de esa relación con la cantautora que, como se indica en los textos al final de la película, inspiró una canción de Baez?
En conclusión, una película muy apreciable que merece la pena ver.
La cinta se beneficia de romper la estructura típica de estos biopics, no cuenta la historia del músico desde su infancia en un entorno humilde, de cómo la relación con sus padres marcó su vida dpersonal y su carrera artística y el duro camino hacia el éxito con caída a los infiernos y redención final. Se centra, en cambio, en un período concreto de la vida de Dylan, en la primera parte de la década de los sesenta, y no pivota en torno a su lucha para conquistar el éxito, sino en su relación con él y en la lucha por la definición de su personalidad artística en medio y a pesar de ese éxito. La película construye, en definitiva, un personaje muy atractivo, un rebelde que no quiere convertirse en un mecanismo más del sistema y lucha por ser él mismo encima del escenario. La evolución musical del artista está muy bien contada y las canciones se insertan muy bien en la trama. Y también acierta en ofrecer un buen retrato de la época, esos años sesenta de lucha y contestación social. Ésta es una obra construida para y por un actor y Timothée Chalamet hace un gran trabajo como Dylan, reflejando muy bien su carácter de “pez a contracorriente” tanto en la música como en su relación con las mujeres y es encomiable su preparación para el papel, llegando a interpretar las canciones del músico captando su personal estilo con una gran solvencia.
En el “debe” pondría alguna caída puntual del ritmo y la falta de profundidad en el retrato de la relación del artista con Sylvie y sobre todo, con Joan Baez. ¿Dónde está la intensidad de esa relación con la cantautora que, como se indica en los textos al final de la película, inspiró una canción de Baez?
En conclusión, una película muy apreciable que merece la pena ver.

7.0
18,304
8
21 de febrero de 2025
21 de febrero de 2025
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cónclave que da título a la película es el de los cardenales de la iglesia católica que se reúnen para elegir a su nuevo líder. El argumento de la obra de Edward Berger tras su triunfal SIN NOVEDAD EN EL FRENTE y basada en la novela de Thomas Harris (sí, el mismo que escribió “El Silencio de los Corderos”) evoca a otras grandes películas como EL NOMBRE DE LA ROSA (también un thriller “eclesiástico” que se desarrolla en un entorno cerrado y aislado donde se enfrenta lo “antiguo” con lo “moderno”) o LAS SANDALIAS DEL PESCADOR y a la mejor película de la muy mediocre saga de adaptaciones de las novelas de Dan Brown, ÁNGELES Y DEMONIOS, un thriller mucho más efectista que el que nos ocupa. Lo que no ofrece dudas es la fascinación y curiosidad que producen los rituales de la iglesia católica entre los espectadores sean o no creyentes. Y lo que sorprenderá a muchos es el retrato tan humano, y descarnado a veces, que hace de los cardenales, poniendo sobre la mesa también su catálogo de vilezas y miserias.
Como he dicho antes, esta CÓNCLAVE es un thriller en esencia, no tan claro como EL NOMBRE DE LA ROSA, pero en él también hay un misterio que desentrañar, en este caso relacionado con las últimas acciones del difunto papa y las acciones de los candidatos a ser su sucesor y hay un detective, el cardenal encarnado brillantemente por Ralph Fiennes. Y el hecho de que se adhiera a las convenciones del género del thriller es un plus porque hace que sea una de esas películas que dejan al espectador clavado a la butaca, intrigado por la resolución de los misterios y por conocer el resultado de esa guerra que se libra entre los dos sectores de la iglesia católica, el más conservador y el más progresista.
Ésta es una película impecable: impecablemente realizada, escrita y construida; impecablemente interpretada por un elenco maravilloso de actores y con una impecable banda sonora. Ésa precisamente es una crítica que se le puede hacer: es tan clásica que no inventa nada, no aporta nada nuevo al lenguaje cinematográfico. Pero es un entretenimiento perfecto y de eso se trata el cine, de hacer pasar un buen rato al espectador y lo consigue con creces. Donde sí saca los pies del tiesto para muchos es en su final y por eso paso a comentarlo en la zona de los spoilers.
Como he dicho antes, esta CÓNCLAVE es un thriller en esencia, no tan claro como EL NOMBRE DE LA ROSA, pero en él también hay un misterio que desentrañar, en este caso relacionado con las últimas acciones del difunto papa y las acciones de los candidatos a ser su sucesor y hay un detective, el cardenal encarnado brillantemente por Ralph Fiennes. Y el hecho de que se adhiera a las convenciones del género del thriller es un plus porque hace que sea una de esas películas que dejan al espectador clavado a la butaca, intrigado por la resolución de los misterios y por conocer el resultado de esa guerra que se libra entre los dos sectores de la iglesia católica, el más conservador y el más progresista.
Ésta es una película impecable: impecablemente realizada, escrita y construida; impecablemente interpretada por un elenco maravilloso de actores y con una impecable banda sonora. Ésa precisamente es una crítica que se le puede hacer: es tan clásica que no inventa nada, no aporta nada nuevo al lenguaje cinematográfico. Pero es un entretenimiento perfecto y de eso se trata el cine, de hacer pasar un buen rato al espectador y lo consigue con creces. Donde sí saca los pies del tiesto para muchos es en su final y por eso paso a comentarlo en la zona de los spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una de las acusaciones que se ha hecho al final de la película es que es una sumisión a la cultura woke. A otros les parece un sinsentido, una ida de olla; para mí, no. Me parece un final redondo, la elección del nuevo papa supone la victoria de ese sector más progresista, supone la entrada del mundo actual en ese mundo tan antiguo y apegado a las tradiciones de la iglesia católica y también constituye el gran dilema moral del personaje de Ralph Fiennes. Esa sonrisa final de Fiennes indica que el cardenal siente que ha acertado con su decisión. Y, al igual que he hablado antes de lo convencional y clásico de la propuesta, asimismo debo decir que este final es lo que hace que la película se eleve de la corrección que la marca y es lo que más ha quedado en mi memoria de ella una vez que ya ha pasado un tiempo desde que la vi. En definitiva, el final tiene sentido, es una resolución satisfactoria a los misterios y lo que eleva la película.

7.1
12,244
10
22 de febrero de 2025
22 de febrero de 2025
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
THE BRUTALIST narra la odisea de László, un arquitecto vanguardista que emigra a los Estados Unidos huyendo del horror del nazismo en Europa. Tras verla, mi primera impresión es que me encuentro ante una de esas “películas grandes” que tan bien sabe hacer Hollywood, que combinan la recreación histórica con el drama intimista, como LAWRENCE DE ARABIA, LA LISTA DE SCHINDLER o LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ. Lo que me sorprende de THE BRUTALIST es que, a diferencia de esas superproducciones, ésta se ha hecho con un relativamente bajo presupuesto. Y vuelvo al concepto de “película grande”, una película grande no tiene por qué ser una gran película. Como ejemplo de película grande que resulta fallida me viene ahora a la cabeza AUSTRALIA de Baz Luhrman. La buena noticia es que THE BRUTALIST es una “gran película grande”.
Brady Corbet (al que recordaba como actor y del que, tras ver el resultado de su última cinta, me apetece ver sus anteriores trabajos como director) tiene pulso narrando la historia de la que también es coguionista. Divide la historia en dos partes y un epílogo y la acción no decae a pesar de la larga duración. El conjunto es una maravilla pero destacaría sobre todo la primera parte, donde se cuenta la llegada del protagonista a los Estados Unidos.
THE BRUTALIST habla de grandes temas (la inmigración, las dificultades de adaptación, la hipocresía de la sociedad que acoge al inmigrante) pero desde el drama personal de los personajes (las consecuencias físicas y psicológicas de haber experimentado el horror, el sentimiento de no pertenencia, la desvinculación con las personas a su alrededor). Es curioso como Corbet intercala esos pequeños documentales donde proporciona el contexto histórico-arquitectónico y muestra esas grandes panorámicas de edificios y autopistas y cuando vuelve a las vivencias de László, la cámara se eleva pocas veces, se queda a la altura de las caras de los personajes, indicándonos que, a pesar de lo que pueda parecer, no estamos ante una gran epopeya histórica, sino ante el drama vital de los personajes. László y el señor Van Buren pueden ser un gran arquitecto y un millonario, pero el retrato que se hace de ellos es el de dos “pobres hombres” con sus traumas y miserias a cuestas.
Y paso a hablar de los actores. Adrien Brody encarna al protagonista, László y es un punto y aparte. Se ha hablado mucho de que Corbet había utilizado la inteligencia artificial para mejorar su acento húngaro pero da igual. Brody no necesita hablar, con una de sus miradas expresa todos los horrores del nazismo y su sentimiento de exclusión de la sociedad del país de acogida. Su interpretación es sobrecogedora, de ésas que quedan enmarcadas en la historia del cine. En los últimos años he asistido a esa clase de interpretaciones dos veces más, con Cate Blanchett en TÁR y con Mikey Madison en la reciente ANORA. Son trabajos para estudiar en las escuelas de interpretación. Y también rayan a gran altura las actuaciones de Guy Pearce como Van Buren, el mecenas de László y de Felicity Jones como la mujer del arquitecto. Aunque es una película con un protagonista absoluto, Corbet no deja que los personajes de Pearce y Jones sirvan de meras comparsas, les da autonomía propia y momentos para brillar, especialmente a Felicity Jones, cuyo personaje tiene escenas impactantes.
En definitiva, ésta es una obra maestra, de ésas que nos encontramos de tarde en tarde.
Brady Corbet (al que recordaba como actor y del que, tras ver el resultado de su última cinta, me apetece ver sus anteriores trabajos como director) tiene pulso narrando la historia de la que también es coguionista. Divide la historia en dos partes y un epílogo y la acción no decae a pesar de la larga duración. El conjunto es una maravilla pero destacaría sobre todo la primera parte, donde se cuenta la llegada del protagonista a los Estados Unidos.
THE BRUTALIST habla de grandes temas (la inmigración, las dificultades de adaptación, la hipocresía de la sociedad que acoge al inmigrante) pero desde el drama personal de los personajes (las consecuencias físicas y psicológicas de haber experimentado el horror, el sentimiento de no pertenencia, la desvinculación con las personas a su alrededor). Es curioso como Corbet intercala esos pequeños documentales donde proporciona el contexto histórico-arquitectónico y muestra esas grandes panorámicas de edificios y autopistas y cuando vuelve a las vivencias de László, la cámara se eleva pocas veces, se queda a la altura de las caras de los personajes, indicándonos que, a pesar de lo que pueda parecer, no estamos ante una gran epopeya histórica, sino ante el drama vital de los personajes. László y el señor Van Buren pueden ser un gran arquitecto y un millonario, pero el retrato que se hace de ellos es el de dos “pobres hombres” con sus traumas y miserias a cuestas.
Y paso a hablar de los actores. Adrien Brody encarna al protagonista, László y es un punto y aparte. Se ha hablado mucho de que Corbet había utilizado la inteligencia artificial para mejorar su acento húngaro pero da igual. Brody no necesita hablar, con una de sus miradas expresa todos los horrores del nazismo y su sentimiento de exclusión de la sociedad del país de acogida. Su interpretación es sobrecogedora, de ésas que quedan enmarcadas en la historia del cine. En los últimos años he asistido a esa clase de interpretaciones dos veces más, con Cate Blanchett en TÁR y con Mikey Madison en la reciente ANORA. Son trabajos para estudiar en las escuelas de interpretación. Y también rayan a gran altura las actuaciones de Guy Pearce como Van Buren, el mecenas de László y de Felicity Jones como la mujer del arquitecto. Aunque es una película con un protagonista absoluto, Corbet no deja que los personajes de Pearce y Jones sirvan de meras comparsas, les da autonomía propia y momentos para brillar, especialmente a Felicity Jones, cuyo personaje tiene escenas impactantes.
En definitiva, ésta es una obra maestra, de ésas que nos encontramos de tarde en tarde.

6.5
33,220
9
25 de febrero de 2025
25 de febrero de 2025
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si algo se puede decir de esta película de la directora francesa Coralie Fargeat es que no deja indiferente a nadie, o la amas o las odias, no hay término medio. Yo me encuentro entre los que la aman y mucha gente también, dado su éxito en taquilla.
El adjetivo con que describiría esta LA SUSTANCIA es radical. Hay que advertir que deben abstenerse de verla todos aquéllos que no soporten el gore, las vísceras, el horror y las historias muy surrealistas. Es decir, si eres de los que dicen que ya no se hacen películas como las antiguas, esta no es tu película.
Dicho esto, si aceptas los códigos de este género, te encantará. La cinta se englobaría en el género del “body horror” pero Fargeat dignifica este género lleno de basura, porque sus códigos le sirven para lanzar un mensaje poderoso, el de que la búsqueda permanente de la belleza para no afrontar el envejecimiento lleva a la locura. Es decir, la estética de la película se funde con el mensaje perfectamente y la directora consigue la proeza en convertir una obra “de género” en cine de autor. Coralie Fargeat ya apuntaba maneras en su anterior trabajo, la estupenda REVENGE, donde coge el subgénero del cine conocido como “rape and revenge” y lo trasciende subvirtiendo sus códigos.
No se puede hacer una crítica de LA SUSTANCIA sin hablar de Demi Moore. La actriz, que lleva toda la vida en el cine, ha tenido que esperar para interpretar el gran papel de su carrera a ser una sexagenaria (con su belleza de siempre, ella sí parece que se ha tomado la sustancia del título). Demi está perfecta y la elección de ella para interpretar este papel parece una declaración de principios de la directora: ¿quién mejor que Demi Moore, una actriz tan marcada por su físico y que llevaba tantos años abandonada por la industria, para hablar de esta tiranía de la belleza en el mundo del espectáculo que sufre la protagonista? Y no podemos olvidarnos de su partenaire en la película, la bellísima Margaret Qualley, que también realiza una interpretación sobresaliente.
En conclusión, hay pocas películas en los últimos años tan radicales y a la vez tan adictivas (nunca mejor dicho, teniendo en cuenta de lo que habla) como LA SUSTANCIA. Si participas en el juego que te propone, estarás tan enganchado al viaje a la locura de Demi Moore que se te pasará la película en un suspiro.
El adjetivo con que describiría esta LA SUSTANCIA es radical. Hay que advertir que deben abstenerse de verla todos aquéllos que no soporten el gore, las vísceras, el horror y las historias muy surrealistas. Es decir, si eres de los que dicen que ya no se hacen películas como las antiguas, esta no es tu película.
Dicho esto, si aceptas los códigos de este género, te encantará. La cinta se englobaría en el género del “body horror” pero Fargeat dignifica este género lleno de basura, porque sus códigos le sirven para lanzar un mensaje poderoso, el de que la búsqueda permanente de la belleza para no afrontar el envejecimiento lleva a la locura. Es decir, la estética de la película se funde con el mensaje perfectamente y la directora consigue la proeza en convertir una obra “de género” en cine de autor. Coralie Fargeat ya apuntaba maneras en su anterior trabajo, la estupenda REVENGE, donde coge el subgénero del cine conocido como “rape and revenge” y lo trasciende subvirtiendo sus códigos.
No se puede hacer una crítica de LA SUSTANCIA sin hablar de Demi Moore. La actriz, que lleva toda la vida en el cine, ha tenido que esperar para interpretar el gran papel de su carrera a ser una sexagenaria (con su belleza de siempre, ella sí parece que se ha tomado la sustancia del título). Demi está perfecta y la elección de ella para interpretar este papel parece una declaración de principios de la directora: ¿quién mejor que Demi Moore, una actriz tan marcada por su físico y que llevaba tantos años abandonada por la industria, para hablar de esta tiranía de la belleza en el mundo del espectáculo que sufre la protagonista? Y no podemos olvidarnos de su partenaire en la película, la bellísima Margaret Qualley, que también realiza una interpretación sobresaliente.
En conclusión, hay pocas películas en los últimos años tan radicales y a la vez tan adictivas (nunca mejor dicho, teniendo en cuenta de lo que habla) como LA SUSTANCIA. Si participas en el juego que te propone, estarás tan enganchado al viaje a la locura de Demi Moore que se te pasará la película en un suspiro.

6.5
7,311
8
2 de marzo de 2025
2 de marzo de 2025
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Conviene advertir a los que vayan a ver esta película para que no se lleven un chasco cuando llegue su final de que es la primera parte de la historia, que concluirá con su segunda parte.
Basada en el celebérrimo musical de Broadway, WICKED es la precuela de EL MAGO DE OZ. ¿Quién era Elphaba, la malvada bruja del oeste a la que se cargó la cabaña de Dorothy cuando “aterrizó” en el mágico reino de Oz? ¿Cómo se convirtió Elphaba en esa malvada bruja? ¿Fueron amigas en otra época la bruja malvada y la bruja buena, Glinda, el hada madrina de Dorothy? Pues lo fueron y, al centrarse esta primera parte sobre todo en cómo se forma esa gran amistad, nos encontramos ante el equivalente a una de esas divertidas comedias de instituto que abundan en la historia del cine. Está el patito feo, el bicho raro, Elphaba (Cynthia Erivo), que se hace amiga contra todo pronóstico de la más popular del instituto, Glinda (Ariana Grande) y está el chico, el interés amoroso de las chicas (el emergente Jonathan Bailey) y la rígida profesora (Michelle Yeoh). A ellos les unes los personajes de los divertidos compañeros de instituto de las protagonistas y ya tenemos los todos los ingredientes de las comedias de instituto, lo que asegura entretenimiento a tope en esta WICKED, marcada en casi todo su metraje por este tono de comedia ligera y ya en la parte final se apunta ese tono oscuro que imaginamos impregnará la segunda parte.
Pero por ahora nos quedaremos con la diversión de esta entrega. Visualmente es fascinante y qué gran interpretación realiza Cynthia Erivo dando profundidad a su personaje y cómo Ariana se convierte en su perfecta partenaire, cómo se complementan, qué química destilan y una obviedad, qué bien cantan. Ya es historia del cine la interpretación de Erivo del famoso tema “Defying gravity”, tan viral. ¿A quién no se le han puesto los pelos de punta escuchando a Erivo cantando el tema con esa fuerza atronadora?
En definitiva, una cita obligada para los amantes de los musicales y para los amantes de la fantasía.
Basada en el celebérrimo musical de Broadway, WICKED es la precuela de EL MAGO DE OZ. ¿Quién era Elphaba, la malvada bruja del oeste a la que se cargó la cabaña de Dorothy cuando “aterrizó” en el mágico reino de Oz? ¿Cómo se convirtió Elphaba en esa malvada bruja? ¿Fueron amigas en otra época la bruja malvada y la bruja buena, Glinda, el hada madrina de Dorothy? Pues lo fueron y, al centrarse esta primera parte sobre todo en cómo se forma esa gran amistad, nos encontramos ante el equivalente a una de esas divertidas comedias de instituto que abundan en la historia del cine. Está el patito feo, el bicho raro, Elphaba (Cynthia Erivo), que se hace amiga contra todo pronóstico de la más popular del instituto, Glinda (Ariana Grande) y está el chico, el interés amoroso de las chicas (el emergente Jonathan Bailey) y la rígida profesora (Michelle Yeoh). A ellos les unes los personajes de los divertidos compañeros de instituto de las protagonistas y ya tenemos los todos los ingredientes de las comedias de instituto, lo que asegura entretenimiento a tope en esta WICKED, marcada en casi todo su metraje por este tono de comedia ligera y ya en la parte final se apunta ese tono oscuro que imaginamos impregnará la segunda parte.
Pero por ahora nos quedaremos con la diversión de esta entrega. Visualmente es fascinante y qué gran interpretación realiza Cynthia Erivo dando profundidad a su personaje y cómo Ariana se convierte en su perfecta partenaire, cómo se complementan, qué química destilan y una obviedad, qué bien cantan. Ya es historia del cine la interpretación de Erivo del famoso tema “Defying gravity”, tan viral. ¿A quién no se le han puesto los pelos de punta escuchando a Erivo cantando el tema con esa fuerza atronadora?
En definitiva, una cita obligada para los amantes de los musicales y para los amantes de la fantasía.
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