La película te engancha, no lo discuto. Pero un buen comienzo, un desarrollo aceptable e interpretaciones dramáticas adecuadas, fueron desvirtuadas por la estúpida forma de concluir algo que merecía un mejor desenlace.
Todo el erotismo es destacable, como también cada aspecto que dibujó un thriller de buena escuela. Sin embargo, finaliza como un proyecto de cine universitario, donde se quería llamar la atención del profesor, rompiendo esquemas sin la lucides suficiente.
Faltaron ideas y punto!

Fernando León de Aranoa, ofrece una mordaz sátira sobre el mundo empresarial y, los extremos a los que se llega para presentar retratos de sí mismos impecablemente limpios y políticamente correctos, a un público fácilmente crédulo. Enterrando con tacto los compromisos y las tácticas cuestionables que a menudo se debe hacer para lograr ese objetivo.
Esta oferta fue un vehículo perfecto para Javier Bardem como protagonista, interpretando el papel con la cantidad justa de falta de sinceridad para ser convincente, sin parecer caricaturesco, en un papel respaldado por un excelente conjunto de personajes secundarios.
La película es perversamente divertida y ocasionalmente inquietante. Y si bien hay que ser paciente con su desarrollo, no te decepcionará la recompensa.

Primero que todo, qué película tan conmovedora !!!.
Me saco el sombrero ante Justin Timberlake, su interpretación fue realmente cercana y creible, como también la del resto del elenco, partiendo por Ryder Allen, en el papel de Sam, que de principio a fin, fue el 50% responsable de la notable química protagónica.
Una película adorablemente refrescante, con un tema difícil de fondo. Muy reflexiva por cierto, en distintos aspectos sociales contemporáneos.