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Miniserie

7.7
11,040
9
28 de agosto de 2009
28 de agosto de 2009
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenimiento sin parangón. Si piensas en Blade Runner, Terminator, Ray Bradbury, Star Trek, Star Wars, Matrix, Asimov, no estás equivocado.
La serie rebosa credibilidad y emoción. Tramas intensas e imágenes impactantes.
La primera temporada es una experiencia inolvidable.
Nunca olvidarás a los Cylon.
La serie rebosa credibilidad y emoción. Tramas intensas e imágenes impactantes.
La primera temporada es una experiencia inolvidable.
Nunca olvidarás a los Cylon.

5.4
27
7
24 de enero de 2021
24 de enero de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta cinta es una crítica social a la situación que viven muchos jóvenes en Gales: paro, pobreza, miseria, alcoholismo, insatisfacción personal... También representa muy bien la arcadia feliz que es Dinamarca, donde puedes permitirte e lujo de ser naive y dedicarte a lo que más te plazca. Un lujo que no es posible en países como España o, en este caso, Gales. Se trata de una producción galesa-danesa, de cine verdaderamente independiente, y no la basura progre que nos vende Hollywood para hacernos sentir especiales por consumir algo supuestamente excepcional sólo por ponerle el sello de “independiente “. Para ver esta película tienes que entender inglés, aunque si tienes subtítulos mejor, sobre todo para las partes en danés.
Una película que te hará reír, llorar y plantearte muchas cosas. Un título con contenido, donde se nota que hay algo que contar. Y lo que nos cuenta es que a veces sí podemos tomar una buena decisión después de haber tomado mil malas. Personalmente a mí me ha encantado, y la recomiendo. Es un soplo de aire fresco entre tanto pretencioso dándoselas de intelectual comprometido. Esto sí es cine independiente de verdad, para minorías, porque no es una película famosa. No hace falta hacer cine de arte y ensayo, o de temas de agenda progresista, que duerme a las piedras para que los críticos te aplaudan. De hecho los críticos ni conocen esta película, ya que el protagonista es un hombre blanco heterosexual, y se centra básicamente en sus problemas, y la trama se desarrolla en un país inane como Gales y otro rico, lleno de blancos malditos, como Dinamarca. Los críticos están más ocupados en darle bombo a la agenda de lo políticamente correcto.
Una película que te hará reír, llorar y plantearte muchas cosas. Un título con contenido, donde se nota que hay algo que contar. Y lo que nos cuenta es que a veces sí podemos tomar una buena decisión después de haber tomado mil malas. Personalmente a mí me ha encantado, y la recomiendo. Es un soplo de aire fresco entre tanto pretencioso dándoselas de intelectual comprometido. Esto sí es cine independiente de verdad, para minorías, porque no es una película famosa. No hace falta hacer cine de arte y ensayo, o de temas de agenda progresista, que duerme a las piedras para que los críticos te aplaudan. De hecho los críticos ni conocen esta película, ya que el protagonista es un hombre blanco heterosexual, y se centra básicamente en sus problemas, y la trama se desarrolla en un país inane como Gales y otro rico, lleno de blancos malditos, como Dinamarca. Los críticos están más ocupados en darle bombo a la agenda de lo políticamente correcto.
9
7 de septiembre de 2024
7 de septiembre de 2024
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película excelente, que en su momento quizá sólo pudiera considerarse mínimamente aceptable (está bien que fuéramos más exigentes hace 20 años), pero que en el contexto actual se hace más necesaria que nunca. Si la rescatan no se arrepentirán. Luego si quieren vayan a los clásicos y lean, si pueden, La Ilíada y La Odisea (si son capaces de liberar su mente del smartphone). Pero esta cinta es puro cine épico, del que ya no se hace, lenguaje cinematográfico (no son ni pueden ser rapsodias, ¿en griego?), acción a raudales, batallas, sangre, muerte, épica en definitiva, todo aderezado con los héores clásicos que tanto echamos de menos estos días. Hoy hasta las primeras temporadas de Juego de Tronos parecen lejanas. Y qué decir del Peter Jackson de principios de siglo. Vivimos tiempos aciagos. Esta película les hará recuprerar la ilusión por el cine.
Por otro lado, me dirijo a los egregios señores "expertos en cine (y en todo si me apuran)", y no solo eso, sino también harto versados en La Ilíada y en La Odisea. Sólo les faltó afirmar que la leyeron, qué digo, que la recitaron y la estudiaron en el griego arcaico original. Vilipendian semejante maravilla épica de acción, tan fiel a la obra original como podría serlo cualquier otra película de Hollywood (ni más ni menos, adaptada al público, como la mayoría) algunos pretenciosos que se ufanan de no encontrar la fidelidad exigida por ellos con el texto original del Homero que tan presuntamente bien conocen. ¿Cuántos de ellos han estudiado las obras de Homero? ¿Son acaso licenciados en Filología Clásica? ¿Podríamos decir lo mismo acaso del Drácula de Coppola? ¿Comentamos los anacronismos en Gladiator? ¿Se acuerdan de Braveheart? ¿Es acaso La Celestina una buena película, tan fiel como es al original literario? ¿Qué queremos, ver teatro grabado, o peor, rapsodas en túnica declamando hexámetros dactílicos? En fin, el arte de la pose intelectual de hace 20 años sigue vigente hoy día tanto como ayer, aunque he de reconocer que antes había más materia gris y más estilo en este noble arte de aparentar erudición que la que se sufre en la actualidad.
"Homero se debe estar revolviendo en su tumba". Cuán pretencioso se ha de ser para escribir semejante majadería, incluso si se es catedrático del departamento de Filología Cásica de cualquier universidad. Si Homero se revuelve en el Hades, ¿qué no estará haciendo Tolkien, torturado sin piedad por Amazon?
En estos tiempos fluidos e inciertos, deconstruidos hasta la náusea por la miserable posmodernidad, esa ponzoña que lo impregna todo, esta película es más que recomendable. No hagan caso de los falsos eruditos, que no son tales, y ni aunque lo fueran. Troya se disfruta, y mucho, más si cabe en los tiempos que corren. Como en El Señor de los Anillos de Jackson, la esencia del cálsico se mantiene (a pesar de las licencias). Y Brad Pitt está inconmensurable como Aquiles (pero entonces aún no había trabajado con Tarantino y quizá no gozaba de tanto respeto).
"Canta, oh diosa, la ira mortífera de Aquiles, hijo de Peleo, que fue causa de innumerables desdichas de los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto de aves —cumplíase la voluntad de Zeus—desde que se separaron disputando el Atrida, rey de hombres, y el divino Aquiles".
Por otro lado, me dirijo a los egregios señores "expertos en cine (y en todo si me apuran)", y no solo eso, sino también harto versados en La Ilíada y en La Odisea. Sólo les faltó afirmar que la leyeron, qué digo, que la recitaron y la estudiaron en el griego arcaico original. Vilipendian semejante maravilla épica de acción, tan fiel a la obra original como podría serlo cualquier otra película de Hollywood (ni más ni menos, adaptada al público, como la mayoría) algunos pretenciosos que se ufanan de no encontrar la fidelidad exigida por ellos con el texto original del Homero que tan presuntamente bien conocen. ¿Cuántos de ellos han estudiado las obras de Homero? ¿Son acaso licenciados en Filología Clásica? ¿Podríamos decir lo mismo acaso del Drácula de Coppola? ¿Comentamos los anacronismos en Gladiator? ¿Se acuerdan de Braveheart? ¿Es acaso La Celestina una buena película, tan fiel como es al original literario? ¿Qué queremos, ver teatro grabado, o peor, rapsodas en túnica declamando hexámetros dactílicos? En fin, el arte de la pose intelectual de hace 20 años sigue vigente hoy día tanto como ayer, aunque he de reconocer que antes había más materia gris y más estilo en este noble arte de aparentar erudición que la que se sufre en la actualidad.
"Homero se debe estar revolviendo en su tumba". Cuán pretencioso se ha de ser para escribir semejante majadería, incluso si se es catedrático del departamento de Filología Cásica de cualquier universidad. Si Homero se revuelve en el Hades, ¿qué no estará haciendo Tolkien, torturado sin piedad por Amazon?
En estos tiempos fluidos e inciertos, deconstruidos hasta la náusea por la miserable posmodernidad, esa ponzoña que lo impregna todo, esta película es más que recomendable. No hagan caso de los falsos eruditos, que no son tales, y ni aunque lo fueran. Troya se disfruta, y mucho, más si cabe en los tiempos que corren. Como en El Señor de los Anillos de Jackson, la esencia del cálsico se mantiene (a pesar de las licencias). Y Brad Pitt está inconmensurable como Aquiles (pero entonces aún no había trabajado con Tarantino y quizá no gozaba de tanto respeto).
"Canta, oh diosa, la ira mortífera de Aquiles, hijo de Peleo, que fue causa de innumerables desdichas de los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto de aves —cumplíase la voluntad de Zeus—desde que se separaron disputando el Atrida, rey de hombres, y el divino Aquiles".

6.0
13,764
5
15 de septiembre de 2024
15 de septiembre de 2024
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Tim Burton vuelve"; "recuperamos la ilusión", "no es solo nostalgia, esto es algo estupendo".
Pues sí, parece que ya hemos tocado fondo cuando no somos capaces de distinguir el grano de la paja ni ser conscientes de que vivimos atragantados por una nostalgia infinita, que no sabemos cómo ni cuando acabará. Pero la nostalgia vende, aunque a algunos ya se nos haya agotado y la tengamos en números rojos. Ante tanta mediocridad cinematógrafica y argumental, tanto remake, tanto refrito y segundas partes, basta con que el genio de alguien como Burton nos regale una película mediocre para que empecemos a aplaudir como focas. Pero es que se trata de la segunda parte de Bitelchús y, seamos honestos, ya nos coformamos con cualquier cosa. Gracias a Marvel, a Disney y a Amazon nos hemos convertido en espectadores que agradecen eufóricos que no se nos tome por idiotas, o al menos por más idiotas de lo que realmente somos.
Me alegro de que la película esté funcionando, que esté gustando y que la crítica y el público se den un abrazo para variar. Pero seamos francos, esta película no es para tanto. Si le he dado un 5 ha sido por la nostalgia, por Danny Elfman, por Michael Keaton, por Winona Rider y por el intento de Tim Burton de hacernos sentir como en 1988; pero para de contar. Buen intento pero no cuela. Una película innecesaria, llena de lugares comunes en cuanto a la comicidad, plagada de repetición, con leves variaciones, con una actriz como Jenna Ortega, que me van a perdonar, pero no la aguanto (sí será buena actriz y al menos no es Rachel Zegler, pero qué le vamos a hacer, no puedo con ella). Pero hay que enganchar a las nuevas audiencias: esas niñas, adolescentes con mentes de niñas y adultas milenials con mentalidad de niñas que inundarán las calles vestidas de Miércoles (Merlina para las audiencias modernas y posmodernas) el próximo Halloween.
Con una historia absurda, apresurada, deslabazada y sin sentido...
Pues sí, parece que ya hemos tocado fondo cuando no somos capaces de distinguir el grano de la paja ni ser conscientes de que vivimos atragantados por una nostalgia infinita, que no sabemos cómo ni cuando acabará. Pero la nostalgia vende, aunque a algunos ya se nos haya agotado y la tengamos en números rojos. Ante tanta mediocridad cinematógrafica y argumental, tanto remake, tanto refrito y segundas partes, basta con que el genio de alguien como Burton nos regale una película mediocre para que empecemos a aplaudir como focas. Pero es que se trata de la segunda parte de Bitelchús y, seamos honestos, ya nos coformamos con cualquier cosa. Gracias a Marvel, a Disney y a Amazon nos hemos convertido en espectadores que agradecen eufóricos que no se nos tome por idiotas, o al menos por más idiotas de lo que realmente somos.
Me alegro de que la película esté funcionando, que esté gustando y que la crítica y el público se den un abrazo para variar. Pero seamos francos, esta película no es para tanto. Si le he dado un 5 ha sido por la nostalgia, por Danny Elfman, por Michael Keaton, por Winona Rider y por el intento de Tim Burton de hacernos sentir como en 1988; pero para de contar. Buen intento pero no cuela. Una película innecesaria, llena de lugares comunes en cuanto a la comicidad, plagada de repetición, con leves variaciones, con una actriz como Jenna Ortega, que me van a perdonar, pero no la aguanto (sí será buena actriz y al menos no es Rachel Zegler, pero qué le vamos a hacer, no puedo con ella). Pero hay que enganchar a las nuevas audiencias: esas niñas, adolescentes con mentes de niñas y adultas milenials con mentalidad de niñas que inundarán las calles vestidas de Miércoles (Merlina para las audiencias modernas y posmodernas) el próximo Halloween.
Con una historia absurda, apresurada, deslabazada y sin sentido...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
...se produce de repente la absurda muerte de Charles Deetz, nos enteramos de la muerte del padre de Astrid (el único hombre blanco bueno o cabal de toda la pelícua) en circunstancias parecidas (viajando a uno se lo come un tiburón después de un accidente aéreo y al otro lo matan las pirañas pero dejan su cuerpo intacto con pirañas incluidas), conocemos al guapo que seduce a Astrid que en realidad es un psicópata y la embauca, y nos deleitamos con la belleza de Monica Belucci cuyo personaje no aporta nada a la trama (pero se agradece verla desfilar en pantalla). Guiños a la película anterior con Banana Boat cantada a coro, luego se nos presenta lo mismo al final con baile incluido (cómo no Jenna Ortega tiene que bailar, es lo mejor de su serie Merlina -porque para qué llamarla Miércoles en español, Merlina mola más, está más en la onda de las nuevas audiencias que quizá no sepan que Wednesday significa miércoles, pero qué más da-), pero con otra canción, que no podría ser más anticlimático y ridículo. Es la misma fórmula con los ingredientes caducados, con personajes envejecidos (especialmente ideados para los nostágicos), personajes masculinos patéticos, malvados o degenerados, y una historia que no se sostiene por ningún lado. El novio de Lydia más humillado imposible, pero eh no, giro de guión, es otro estafador que quiere dinero, ¿cuántos embaucadores llevamos ya? ah sí tres, contando a Beetlejuice.
La atmósfera pretende ser la misma, nos evoca levemente a la anterior Beetlejuice pero se apoya demasiado en ésta y se ve tan forzada. Aunque la producción, la ambientación y el maquillaje es encomiable, como no podía ser de otra manera; es Burton, ya solo faltaba.
Una película para pasar el rato y olvidarla minutos después de visionarla. No aporta nada pero ahí está. Por comparación no me extraña que se considere "un soplo de aire fresco" entre tanto aire viciado del cine actual.
Enhorabuena a los que la disfrutaron, a los que les encantó y les parece estupenda, a la productora y al director que han hecho caja, y al reparto más veterano que podrá pagarse una más que holgada jubilación. Pero a mí ya no me la dan. La nostalgia ya empieza a oler a cadáver. Basta ya de refritos. Usen el cerebro y la imaginación y aprendan a escribir historias nuevas e interesantes, cuando puedan, no hay prisa.
Aún habrá más refritos seguro.
La atmósfera pretende ser la misma, nos evoca levemente a la anterior Beetlejuice pero se apoya demasiado en ésta y se ve tan forzada. Aunque la producción, la ambientación y el maquillaje es encomiable, como no podía ser de otra manera; es Burton, ya solo faltaba.
Una película para pasar el rato y olvidarla minutos después de visionarla. No aporta nada pero ahí está. Por comparación no me extraña que se considere "un soplo de aire fresco" entre tanto aire viciado del cine actual.
Enhorabuena a los que la disfrutaron, a los que les encantó y les parece estupenda, a la productora y al director que han hecho caja, y al reparto más veterano que podrá pagarse una más que holgada jubilación. Pero a mí ya no me la dan. La nostalgia ya empieza a oler a cadáver. Basta ya de refritos. Usen el cerebro y la imaginación y aprendan a escribir historias nuevas e interesantes, cuando puedan, no hay prisa.
Aún habrá más refritos seguro.
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