Una película entretenida, realizada al amparo de la moda ochentera del cine de terror con animales, inaugurada por la mítica y absoluta obra maestra "Tiburón". De terror tiene más bien poco, aunque sí que tiene momentos pretendidamente de miedo que, hoy por hoy, dan más risa que otra cosa. Los protagonistas están bien, pero la trama conspiranoica es un poco absurda. En fin, cine palomitero, muy anclado en su época, y poco más.

Después de ver esta película, inmediatamente he pensado: menos mal que Guillermo del Toro abandonó "El Hobbit". Es un director claramente sobrevalorado que hubiera sacado a Santiago Segura haciendo de troll o algo así. En fin, en cuanto a esta película lo peor es que resulta terriblemente aburrida. En cuanto ves un par de batallas ya pierdes cualquier interés. El efecto sorpresa se pierde en diez minutos y a partir de ahí todo cuesta abajo. El guión es inexistente, aunque eso ya lo suponíamos y aún así podría ser divertida, pero es que es un truño. Mala mezcla (yo diría copia) de animes japoneses tipo "Evangelion" y películas de catástrofes, no funciona a ningún nivel. Más que película de desastres es un desastre de película. Actores, subtramas, momentos pretendidamente épicos, todo aquí es un sinsentido. Al lado de ésta, "Mimic" es una obra maestra.