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9
18 de noviembre de 2010
18 de noviembre de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Claustrofóbico o no, la simple idea de encontrarse enterrado bajo tierra causa pánico a quien sea. Cruelmente, Paul Conroy, interpretado por Ryan Reynolds (The Amityville Horror, X Men Origins), se enfrenta a este destino en el thriller psicológico Sepultado, dirigido por el español Rodrigo Cortés.
Al iniciar la cinta, veremos la pantalla en negro y escucharemos la respiración de un hombre que parece estar despertando. Tras un momento de incertidumbre, el protagonista activa un encendedor que ilumina su ataúd, descubriendo la aterradora situación en la que se encuentra. Su único medio de comunicación es un celular con poca señal y batería. Por medio de las llamadas de auxilio que haga será como conoceremos la trama y su vida: su nombre es Paul Conroy y trabajaba como camionero en Irak, donde fue emboscado su convoy; su secuestrador lo amenaza con dejarlo enterrado de no pagar un alto rescate en el tiempo que queda de oxigeno, 90 minutos.
El inicio de la cinta puede ser algo aburrido, y algunas de las escenas en oscuridad, aunque justificadas argumentalmente, resultan tediosas por la situación en la que ocurren. Sin embargo la película cumple con su cometido al meternos en el papel de Reynolds y hacernos sentir el pánico, sensación que se refuerza ante la indiferencia e incredulidad de algunas personas a quienes llama. La voz de Dan Brenner (Robert Paterson) cumple con tranquilizar a Conroy y a los espectadores, aunque cerca del final de la cinta la situación del protagonista se vuelve tan angustiante que, aun con las noticias que le da, no logra calmar la situación, siendo las dos últimas llamadas de Conroy el momento más conmovedor de toda la cinta antes de su final (brillante, a mi parecer).
Contrarrestando la tarea de Brenner esta la voz del secuestrador (si no me equivoco, hecha por José Luis García Peréz), quien de una forma fría y desgarradora arrebata a Conroy sus esperanzas de escapar, haciendo fuertes peticiones o amenazas para alterar al protagonista, aunque algunos de sus comentarios pueden causar la sensación de que su labor esta justificada. De este modo, la película transcurre entre la esperanza y la desilusión, con la angustia como constante. Claro, todo tiene un pero, y es que falto un poco de contexto acerca de la vida de Brenner y el secuestrador, lo que le hubiera dado más fuerza a la débil trama de la cinta.
Mirándolo desde otro punto de vista, los protagonistas de la cinta pasan a ser Brenner y el secuestrador, mientras que Conroy se convierte en un intermediario, en el campo de batalla de dos bandos que no desean luchar pero tampoco hablar, dejando como resultado una desgarradora historia y una víctima que se encontró en fuego cruzado.
Al iniciar la cinta, veremos la pantalla en negro y escucharemos la respiración de un hombre que parece estar despertando. Tras un momento de incertidumbre, el protagonista activa un encendedor que ilumina su ataúd, descubriendo la aterradora situación en la que se encuentra. Su único medio de comunicación es un celular con poca señal y batería. Por medio de las llamadas de auxilio que haga será como conoceremos la trama y su vida: su nombre es Paul Conroy y trabajaba como camionero en Irak, donde fue emboscado su convoy; su secuestrador lo amenaza con dejarlo enterrado de no pagar un alto rescate en el tiempo que queda de oxigeno, 90 minutos.
El inicio de la cinta puede ser algo aburrido, y algunas de las escenas en oscuridad, aunque justificadas argumentalmente, resultan tediosas por la situación en la que ocurren. Sin embargo la película cumple con su cometido al meternos en el papel de Reynolds y hacernos sentir el pánico, sensación que se refuerza ante la indiferencia e incredulidad de algunas personas a quienes llama. La voz de Dan Brenner (Robert Paterson) cumple con tranquilizar a Conroy y a los espectadores, aunque cerca del final de la cinta la situación del protagonista se vuelve tan angustiante que, aun con las noticias que le da, no logra calmar la situación, siendo las dos últimas llamadas de Conroy el momento más conmovedor de toda la cinta antes de su final (brillante, a mi parecer).
Contrarrestando la tarea de Brenner esta la voz del secuestrador (si no me equivoco, hecha por José Luis García Peréz), quien de una forma fría y desgarradora arrebata a Conroy sus esperanzas de escapar, haciendo fuertes peticiones o amenazas para alterar al protagonista, aunque algunos de sus comentarios pueden causar la sensación de que su labor esta justificada. De este modo, la película transcurre entre la esperanza y la desilusión, con la angustia como constante. Claro, todo tiene un pero, y es que falto un poco de contexto acerca de la vida de Brenner y el secuestrador, lo que le hubiera dado más fuerza a la débil trama de la cinta.
Mirándolo desde otro punto de vista, los protagonistas de la cinta pasan a ser Brenner y el secuestrador, mientras que Conroy se convierte en un intermediario, en el campo de batalla de dos bandos que no desean luchar pero tampoco hablar, dejando como resultado una desgarradora historia y una víctima que se encontró en fuego cruzado.
18 de noviembre de 2010
18 de noviembre de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en la serie de cómics del mismo nombre hecha por O’Malley, la película nos muestra la vida de Scott Pilgrim, un joven cuya vida tiene un rumbo tranquilo hasta que se topa con Ramona Flowers, una misteriosa chica de Nueva York que ha cautivado a Scott. Tras conseguir salir con ella, la invita a una presentación de su banda, los Sex Bob-Omb, donde es atacado por uno de los ex-novios de Ramona. Ella le explica que para poder salir con ella, deberá enfrentarse a sus siete ex-novios malvados que buscan controlar su vida amorosa.
Una trama un tanto predecible durante gran parte de la cinta y que se desarrolla demasiado rápido mientras se avanza en la eliminación de exes. Un punto un tanto negativo, pero comprensible al ver seis cómics reducidos a una película de dos horas. Sin embargo, la fidelidad de la cinta se centra en los diálogos, cambiando algunas escenas o batallas con respecto al cómic, resultando en momentos más originales y que igual pudieron encajar perfectamente en la obra original, como la pelea contra los gemelos Katayanagi; aunque algunas otras, como el reto de Lucas Lee, permanecen fieles a su original.
Las actuaciones, también son algo que se debe destacar, siendo el papel de Wallace Wells, interpretado por Kieran Culkin, uno de los mejores, mostrando su carácter maduro del cómic pero como un verdadero bastardo, llegando a superar en carisma al híbrido de héroe-perdedor de Scott Pilgrim (Michael Cera), quien te da la sensación de que algo le falta con respecto a su personaje, pero no logras dar de que se trata. Kim Pine (Alison Pill) sigue siendo igual de sarcástica y Ramona (Mary Elizabeth Winstead) cautiva con su gran parecido físico y su aire misterioso y sarcástico, un Stephen Stills (Mark Webber) tan neurótico como siempre y una joven e inocente Knives Chau (Ellen Wong) que te hace sentir mal por el destino de su relación. Si la historia no es totalmente fiel, los actores compensan ese punto de una manera asombrosa. Desafortunadamente, papeles como el de Envy Adams (Brie Larson) o Linette Guycott (Tennessee Thomas) quedaron bastante olvidados, causando ciertas decepciones.
Pero bueno, que se puede decir sobre la música y los efectos. Nigel Godrich hace un estupendo trabajo, con una banda sonora que sigue el ritmo de la cinta, siendo el tema de Roxy el mejor, a mi parecer. Los enemigos soltando monedas y los efectos visuales a la Batman le dan a los combates un aire un tanto anticuado, recordándonos las maquina de arcade y las series de aquella época. Me causo nostalgia la intro a 8-bits de Universal. Aunque no se requiere ser un gamer o un geek, mucho menos haber leído el cómic, si hará falta para entender algunos chistes o momentos de la cinta.
No por nada Scott Pilgrim vs The World va por buen camino para convertirse en cine de culto, una adaptación que conserva el ambiente cómico y nostálgico del cómic, con actuaciones brillantes y combates épicos que nos harán sentir en un videojuego más de una vez.
Una trama un tanto predecible durante gran parte de la cinta y que se desarrolla demasiado rápido mientras se avanza en la eliminación de exes. Un punto un tanto negativo, pero comprensible al ver seis cómics reducidos a una película de dos horas. Sin embargo, la fidelidad de la cinta se centra en los diálogos, cambiando algunas escenas o batallas con respecto al cómic, resultando en momentos más originales y que igual pudieron encajar perfectamente en la obra original, como la pelea contra los gemelos Katayanagi; aunque algunas otras, como el reto de Lucas Lee, permanecen fieles a su original.
Las actuaciones, también son algo que se debe destacar, siendo el papel de Wallace Wells, interpretado por Kieran Culkin, uno de los mejores, mostrando su carácter maduro del cómic pero como un verdadero bastardo, llegando a superar en carisma al híbrido de héroe-perdedor de Scott Pilgrim (Michael Cera), quien te da la sensación de que algo le falta con respecto a su personaje, pero no logras dar de que se trata. Kim Pine (Alison Pill) sigue siendo igual de sarcástica y Ramona (Mary Elizabeth Winstead) cautiva con su gran parecido físico y su aire misterioso y sarcástico, un Stephen Stills (Mark Webber) tan neurótico como siempre y una joven e inocente Knives Chau (Ellen Wong) que te hace sentir mal por el destino de su relación. Si la historia no es totalmente fiel, los actores compensan ese punto de una manera asombrosa. Desafortunadamente, papeles como el de Envy Adams (Brie Larson) o Linette Guycott (Tennessee Thomas) quedaron bastante olvidados, causando ciertas decepciones.
Pero bueno, que se puede decir sobre la música y los efectos. Nigel Godrich hace un estupendo trabajo, con una banda sonora que sigue el ritmo de la cinta, siendo el tema de Roxy el mejor, a mi parecer. Los enemigos soltando monedas y los efectos visuales a la Batman le dan a los combates un aire un tanto anticuado, recordándonos las maquina de arcade y las series de aquella época. Me causo nostalgia la intro a 8-bits de Universal. Aunque no se requiere ser un gamer o un geek, mucho menos haber leído el cómic, si hará falta para entender algunos chistes o momentos de la cinta.
No por nada Scott Pilgrim vs The World va por buen camino para convertirse en cine de culto, una adaptación que conserva el ambiente cómico y nostálgico del cómic, con actuaciones brillantes y combates épicos que nos harán sentir en un videojuego más de una vez.
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