Una película en la que te puedes saltar escenas y seguir viéndola como si no pasase nada. Personajes sin profundidad emocional, solo con el simple objetivo de intentar entretener con escenas de seducción y acción que no llegan a nada.

Una película que hace poesía con pensamientos machistas y degradantes. Te hace sentir repulsión y amor a la vez por los personajes. Con toques propios del romanticismo, Sam Mendes se merece los premios que se llevó. Una película con una harmonía perfecta entre diferentes personajes.

Burton ha llegado a hacer películas por las que se le ha reconocido un patrón y una decoración propias de lo burtonesco. Pero desgraciadamente, no he visto a Burton por ningún sitio en esta película. Burton sabe crear buenos guiones pero Dumbo se ha ido de las manos con los efectos especiales. Michael Keaton y la evolución de su personaje también dejan mucho que desear. En conclusión, demasiados efectos y poco guion.

Es una película que a lo mejor no te das cuenta del miedo que te ha provocado hasta que te duermas. Un terror psicológico que te deja perplejo sin saber realmente que opinar de la película, te deja tan en shock por los traumas que sabes que te va a provocar que intentas no pensar en ello. Con una maravillosa dirección de arte y fotografía Ari Aster ha hecho una de las mejores obras de arte del terror de esta década.

Danny Boyle ha intentado hacer una obra de arte y se ha quedado a medio camino. Seguramente sea el juguete de Boyle con el que lo habrá pasado muy bien haciendo la película, pero no hay la genialidad de los planos que encontrábamos a Transpotting. Esta vez el ingenio ha estado más en la gran banda sonora que ha jugado con todos los acordes y canciones de las canciones originales de los Beatles.