La vi sin muchas pretensiones -ya que la descripción que aporta Netflix del film es más parca que la receta de un bol de cereales- pero, aunque quizá por eso mismo, la película me ha encandilado. Misterio perfectamente llevado, ritmo increíble para una película asiática (que tienden a ser más lentas que el lenguaje occidental, ¡en general digo!) y todos los cabos atados. Tiene más giros que un circuito de Fórmula 1 y, por suerte, todos ellos dentro de una coherencia narrativa espectacular. Muy recomendable.

Me duele en el alma como ferviente seguidor de Anna Kendrick decir esto en una película de la cual es protagonista, pero ya. Es decir, ya lo hemos visto todo, con las dos primeras partes nos fue suficiente. Siempre es un gustazo disfrutar los números musicales de las Bellas. La hora de metraje que rellena la espera no tanto.

La segunda serie que devoro este año y, con gusto, la repito. Imagínate un brócoli que sabe a chocolate; así es TEOTFW, un oxímoron en sí mismo repleto de extremos, desequilibrios y mucho mamarracheo. Vamos, ideal para antes de dormir.

Si sientes predilección por el humor negro y alternativo aderezado de personajes con más profundidad de la que cabría imaginar, dale una oportunidad. Como te guste el primer capítulo, adorarás el resto de la serie.

Hace una semana Netflix me dijo “¿Quieres ver esta serie de colegialas japonesas cautivas bajo un misterio sin resolver?”. Evidentemente.

Si estás acostumbrad@ al drama terrorífico nipón, tampoco va a sorprenderte mucho: lenguaje de tensión forzada, actuaciones hiper-sobreactuadas y una trama que cambia a cada episodio (amnesia selectiva podemos decir). Con todo, la serie sorprende por explotar al máximo esos clichés y no temer parecer ilógica o predecible (porque no lo es).

Es cortita, se ve rápido y se disfruta. Ahora bien, prepara tu inventiva para llenar el 20% de los huecos vacíos de la trama.

Empieza como nuestra primera incursión como alpinistas: impactante, con cierto recelo pero grandes expectativas de lo que será una caminata sorprendente. La película avanza con los sobresaltos propios de un recorrido mal asfaltado y lleno de tropiezos, para desembocar en una llanura más plana de lo que habíamos esperado. Pero bueno, el viaje en sí no ha estado mal.