Total que luego te enseñan a Mandy que es modista y primero de gueto, y luego de barrio y luego alemana. Mandy es clasista, muy clasista pero a nadie le importa o se da cuenta, porque aquí juegan a vivir con coeficientes intelectuales de dos cifras. Claro, las cosas no salen bien.

Total, Mandy se va a presentar a un concurso donde hay una señora que va no de Anna Wintour, sino del personaje de “El diablo viste de Prada” que se inspira en Anna Wintour, la copia de la copia. Esa señora es su enemiga, nunca te queda muy claro el porqué porque nada tiene sentido, pero sabes que es su enemiga. Mandy también dos amigas-esclavas-menores-aleatorias-¡una musulmana! (Claro, aquí el negro obligado de las películas americanas, aquí es musulmán)-influencers-una alcohólica-una cleptómana (casualmente la musulmana)-bastas-catetas. Aspiran a ser Mandy

A lo que íbamos, Mandy tras una pelea legal y física, y no física Física, consigue ganar montando una fiesta en un cochera donde la seguridad son dos canis del barrio, la barman es su abuela que cobra el sablazo de 10€ por dos chupitos -por cierto la abuela es una mezcla de abuela joven y moderna y abuela italoamericana que pasa de todo pero se preocupa por todo- y una pasarela de moda porque claro, ¡es un desfile de moda! El cómo lo consigue es básicamente infiltrando a su novio como modelo en el desfile de su rival para así poder repartir tarjetas de su desfile - el de la cochera de los canis- y hacer que fuesen allí, se ve que los alemanes son los únicos que hacen caso a los flyers sin ir borrachos.

Allí en el desfile desfilan todos, ella, los esbirros, unas cuantas desconocidas hasta entonces -sospecho aspirantes de modelo en la vida real- y su mejor amiga, pero cuidado, su mejor amiga de pueblo. De ahí todo el problema. Como Mandy es clasista, la desprecia y la aborrece pero le ríe las gracias para aprovecharse de ella. Y es que además se quedó embarazada del actual novio de Mandy, ese del principio, justo cuando ella se fue a New York para codearse, citó textualmente, “de Ryan Gosling”. Pero eso que al principio enfada Mandy, luego no le importa ya que se encuentra a su novio en una azotea, de nuevo aleatoria, subido a un sofá, de nuevo aleatorio, que está pegado al borde de la terraza, tú sabes que no se va a suicidar, es simplemente un epsilon, pero Mandy para salvarlo de lo que ella cree un suicidio se lanza hacia a él. Ella es la que encuentra a él pero es él el que la estaba buscando.

El final: todos juntos en familia en la pasarela, la amiga de Mandy, la que se acostó con su actual chico y tienen un hijo en común, rompe aguas de su tercer hijo -el padre de éste es el dj de la fiesta y parece el del “Pin Pan Toma Lacasitos”- porque claro, su segunda hija -de esta no sabemos quién es el padre- es una de los esbirros de Mandy que por si cabe alguna duda deja claro a su madre que ella no va a cuidar del hijo, que tiene planes de acabar el instituto. Mandy y Merkel ganan.