Casi impecablemente dirigida, Three Billboards Outside Ebbing, Missouri compone un relato hilarante y desgarrador en partes iguales.

Martin McDonagh, basado en un lamentable hecho real, edifica un ensayo acerca de la discriminación, la omisión y el abuso; marcados y representados por personajes, que bien podría decirse estereotipados, pero cuyo rol es desarrollado con una eficacia suficiente como para desviar cualquier sospecha.

Mi problema, pequeño pero real, son 2 o 3 escenas y diálogos explicativos que tratan al espectador como si fuera una especie de idiota que no puede entender subtextos. Asimismo, el guion se encarga de marcar muy claramente aquello que se debe entender, y como se debe entender, sin lugar a segundas opiniones, por muy erradas que hubieran podido estar.

Por su parte, el desarrollo de personajes, en especial el de nuestro antagonista interpretado por Sam Rockwell, me pareció encantador.

Como un todo esta cinta del 2017 se afirma, aún dos años tras su estreno, como una de las críticas sociopolíticas más inteligentes de los últimos años y como una de las grandes propuestas de su año. Quizá yo tenga un problema o dos con su escritura, pero los factores actorales, de dirección y técnicos (visuales y sonoros) son maravillosos.

7.6

Un relato denso y detallista, con una técnica obsesiva y milimétrica que, si bien rechaza los medios expresivos convencionales del género; abraza su narrativa con sumo cuidado y guía al receptor por un camino de evidente claridad y sencillez de tránsito pero que, junto al pasar del tiempo y el agotamiento del reloj, revela un fondo escabroso y emocionalmente duro, cuya narradora adolece recorrer por cuenta nueva.

Como su título sugiere, la cinta no se encarga de superponernos dos personajes cuya relación aflora tras 10 minutos de charla; sino propone a una joven, presa de su propia herencia, resentirse con sus cercanos por la claustrofobia que el cerrado universo en que la encierran transmite.

Como los rayos del sol abrasador en verano, o como la brisa de la costa oceánica volviéndose más violenta cada día. Este es un filme de matices, que plantea un posible pero obvio destino al que nadie quiere llegar, y para evitarlo se le siembran barreras, obstáculos que retrasen su inevitable venir, pero que, paradójicamente, lo vuelven más evidente y cercano.

Las protagonistas, víctimas de su época y costumbres hereditarias, finalmente alcanzan la cumbre, acaban un viaje que, de recordar, querrán que jamás hubiera terminado; el epílogo, tan poético como apabullantemente desgarrador, nos recuerda que esta historia se visualiza como pieza de arte en un museo, con un mensaje claro y dominante escondido de forma sutil pero de fácil acceso, y un valor estético único como cada obra.

La obra de una mujer cuyo deseo es corroído por el futuro.
Un retrato de una mujer cuyos sentimientos, profundos, se desvanecen con la instantaneidad del momento y con la brevedad del tiempo.

Un retrato de una mujer en llamas.

9.5

Quentin Tarantino, el cinéfilo más famoso de los últimos tiempos construye su obra más personal y artística inspirado, principalmente, por aquel cine que lo instruyó en su infancia al que sería su profesión en la adultez. Su "Spaghetti Western" es fotografiado espectacularmente por un Robert Richardson que logra captar una época y un estilo en colores tierra tales como el amarillo y el marrón o incluso ciertos tonos de naranja.

Una historia por demás conocida, un famoso actor de westerns y su doble de riesgo lidian con un cambio generacional de Hollywood que poco a poco desvanece su fama. En esta odisea de 1969 encontramos una de las mejores interpretaciones del ya reconocido Leonardo DiCaprio y una excesiva epicidad y genialidad desbordando por Brad Pitt. Margot Robbie, por su parte, sirve como una clase de punto de enfoque o eje de rotación para los sucesos que en la película se desarrollan, sin necesariamente protagonizar.

La película, un Spaghetti Western con todas las letras, transporta al espectador a una época que, aún sin haberla vivido, siente familiar, la diseñadora de producción Barbara Ling construye un universo sobre el cual, a su vez, se construyen otros universos en los sets de filmación que visita Rick Dalton.

El único punto flaco de la cinta es el hecho de ser muy artística y personal para el director, exactamente los puntos que la convierten en una de las mejores películas de la presente década, esto debido a que posiblemente sea llamada "aburrida" o "la película menos Tarantiniana" al tener un ritmo mucho más sostenido sobre el primer tercio, que aumenta sobre el segundo para luego explotar con una de las mejores secuencias del cine contemporáneo en su tercer y último acto.

Tarantino, luego de llegar al Western americano con Django Unchained (2012) y The Hateful Eight (2015), por fin llega a aquella que siempre ha sido su película favorita: The Good, The Bad and The Ugly (1966) donde parece haber encontrado su último capítulo en el cine, ya vendrá su décima película marcando el epílogo.

Quentin, I think this just might be your masterpiece.

8.6 / 10

Scorsese, en estos años tuviste Shutter Island, Hugo, The Wolf of Wall Street y Silence; pero hoy vuelves a tu género predilecto para darle fin a una era.
The Irishman toma cada técnica que nuestro amigo Martin ha ido utilizando y perfeccionando a lo largo de las décadas, y las eleva a un punto que, definitivamente, convierte su última cinta en una obra maestra y a si mismo en una leyenda de los gángsters que vuelve para un último adiós.

Como en el western crepuscular se muestra al vaquero en sus últimos suspiros enfrentándose a una época nueva, tan cambiante como incomprensible; este filme de gángsters crepuscular enseña a un Frank Sheeran iniciando, consagrándose en ella y retirándose de la vida en la mafia.
Así como se nota a un Martin Scorsese reflexionando sobre su propio cine y su evolución con los años en una industria que, lo mismo te recompensa un éxito en taquilla, como te castiga el triple por no adaptarte a sus estándares "family friendly".

A pesar de su extendida duración, The Irishman mantiene la fluidez característica del cine Scorsesiano; además de su ritmo frenético y profundo desde sus primeros minutos.
En términos técnicos, el CGI no se nota y la película sufre, constantemente, de poseer una estética visual y sonora impecable. Genial.

Quedé completamente enamorado, a la vez que anonadado por la cámara; su composición y su narrativa visual es simplemente magistral.
Una historia desgarradora, épica, tan megalómana y frenética como minimalista y poética; como solamente Scorsese las puede llegar a hacer.

9.0 / 10