Haneke siempre hace más o menos lo mismo. El 90% de la película no cuenta nada, aburre, para que cuando finalmente se decide a contar algo o a mostrar algún diálogo coherente nos parezca muy interesante y muy inteligente. Esta película la he tenido que ver en tres partes, porque me he quedado dormido tres veces viendo este tostón.
Si esto es una reflexión sobre el nacimiento del fascismo o no me he enterado de nada o algunos ven lo que quieren ver. Yo de esta historia, no saco nada, o al menos nada especial que no haya visto 1000 veces ya: lo malos que somos o que podemos ser, lo importante que es la educación, etc, pero es que en esta película llegas a esas conclusiones a través de un guión que daba para 20 minutos y dura mas de dos horas.
El problema de Haneke es que no es capaz de hacer lo que solo hacen los maestros, que es entretener y conmover, es como aquellos compositores que, incapaces de robarle una bella melodía a las musas, se dedican a hacer cosas extrañas, que en muchos casos no son música, sino ritmo. En fin, el perfecto director para los enterados.