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5
2 de noviembre de 2007
2 de noviembre de 2007
291 de 385 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sólo no me invento nada, sino que omito detalles y situaciones que me gustaría añadir, para no escribir nada que pudiera considerarse spoiler:
- Fulanita copula con un señor.
- Fulanito copula con una señora.
- Fulanito y Fulanita copulan.
- Fulanita masturba a Fulanito.
- Fulanito y Menganita copulan.
- Fulanito y Fulanita copulan de nuevo.
- Menganito masturba a Menganita.
- Fulanito y Fulanita vuelven a copular.
- Fulanito también repite con Menganita.
- Fulanito, Menganita y Zutanita se masturban mutuamente.
- Menganito copula con una prostituta.
- Menganito y Fulanita copulan.
- Fulanito y Fulanita retozan un poquito.
- Menganito y Zutanita copulan.
- Fulanito y Menganito mantienen relaciones sexuales. ¿Por qué no?
- Menganita y Zutanita mantienen relaciones sexuales.
- Fulanita y Fulanita copulan.
- Fin.
Resulta que a Fulanito, Fulanita, Menganito, Menganita, Zutanita, y a todo el que sale en la película por lo visto, les excitan los accidentes de coches y cualquier cosa remotamente relacionada, así que se pasan la hora y media estrellándose con sus vehículos, fotografiando accidentes ajenos, visitando chatarrerías, visionando grabaciones de accidentes, presenciando espectáculos basados en accidentes en directo, restregándose contra coches nuevos y usados, lamiento prótesis ortopédicas, cicatrices, tatuajes inspirados en su particular perversión... y ya. Eso eso todo.
Otros espectadores, sin duda más inteligentes y sensibles que yo, ven en todo esto un magistral y oscuro retrato de su fría sociedad contemporánea. De la suya, porque desde luego la mía no es así.
Si me lo cuentan no me lo creo.
- Fulanita copula con un señor.
- Fulanito copula con una señora.
- Fulanito y Fulanita copulan.
- Fulanita masturba a Fulanito.
- Fulanito y Menganita copulan.
- Fulanito y Fulanita copulan de nuevo.
- Menganito masturba a Menganita.
- Fulanito y Fulanita vuelven a copular.
- Fulanito también repite con Menganita.
- Fulanito, Menganita y Zutanita se masturban mutuamente.
- Menganito copula con una prostituta.
- Menganito y Fulanita copulan.
- Fulanito y Fulanita retozan un poquito.
- Menganito y Zutanita copulan.
- Fulanito y Menganito mantienen relaciones sexuales. ¿Por qué no?
- Menganita y Zutanita mantienen relaciones sexuales.
- Fulanita y Fulanita copulan.
- Fin.
Resulta que a Fulanito, Fulanita, Menganito, Menganita, Zutanita, y a todo el que sale en la película por lo visto, les excitan los accidentes de coches y cualquier cosa remotamente relacionada, así que se pasan la hora y media estrellándose con sus vehículos, fotografiando accidentes ajenos, visitando chatarrerías, visionando grabaciones de accidentes, presenciando espectáculos basados en accidentes en directo, restregándose contra coches nuevos y usados, lamiento prótesis ortopédicas, cicatrices, tatuajes inspirados en su particular perversión... y ya. Eso eso todo.
Otros espectadores, sin duda más inteligentes y sensibles que yo, ven en todo esto un magistral y oscuro retrato de su fría sociedad contemporánea. De la suya, porque desde luego la mía no es así.
Si me lo cuentan no me lo creo.

6.3
12,492
10
7 de abril de 2007
7 de abril de 2007
82 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
INLAND EMPIRE es un laberinto. De pasillos, habitaciones, decorados de estudio, calles, puertas. Y la sala en la que se proyecta, en la que estás sentado, forma parte de ese laberinto. INLAND EMPIRE no se ve, en INLAND EMPIRE se entra (o no se entra). Se experimenta, se vive, se recorre. Puede resultar complicado entrar, pero una vez conseguido se me antoja imposible poder salir.
INLAND EMPIRE es como ese disco de vinilo que abre la película. No avanza en línea recta desde un principio hasta un final, sino "en círculos" desde fuera hacia dentro. En profundidad, como dijo Tomine en su magnífica crítica. Y ahí te quedas. Y al igual que ese disco, y al igual que el mejor cine esculpido, no es un divertimento de usar y tirar. Su disfrute no está limitado a un primer visionado, sino que tanto o más se disfruta el segundo, y el tercero, y el décimo (vale, este último supuesto es actualmente sólo teórico teniendo en cuenta que no la he visto 10 veces).
INLAND EMPIRE no es un final. No es la última entrega de una trilogía formada por Carretera perdida, Mulholland Drive y ella misma. INLAND EMPIRE es un principio. Una forma diferente de entender y hacer el cine. Elementos y resultados (en cuanto a sensaciones producidas en el espectador) comunes a otras obras del artista, sí. Pero INLAND EMPIRE no se parece a nada. La primera vez que fui a verla iba pensando que me encontraría una "Mulholland Drive a lo bestia", pero no lo es. Es otra cosa.
Y hablando una vez más y para terminar del disco de vinilo, no del disco sino de cómo nos muestra David Lynch el disco, me parece el perfecto resumen de la grandeza de la obra en cuanto al gozo sensitivo que produce: algo real, normal, cotidiano, que visto a través del objetivo de la cámara digital del genio se torna oscuro, turbio, inquietante, misterioso, de una plasticidad casi aterradora y una onírica angustiosa.
Qué suerte la nuestra por ser contemporáneos de David Lynch y poder disfrutar sus estrenos en una sala de cine.
INLAND EMPIRE es como ese disco de vinilo que abre la película. No avanza en línea recta desde un principio hasta un final, sino "en círculos" desde fuera hacia dentro. En profundidad, como dijo Tomine en su magnífica crítica. Y ahí te quedas. Y al igual que ese disco, y al igual que el mejor cine esculpido, no es un divertimento de usar y tirar. Su disfrute no está limitado a un primer visionado, sino que tanto o más se disfruta el segundo, y el tercero, y el décimo (vale, este último supuesto es actualmente sólo teórico teniendo en cuenta que no la he visto 10 veces).
INLAND EMPIRE no es un final. No es la última entrega de una trilogía formada por Carretera perdida, Mulholland Drive y ella misma. INLAND EMPIRE es un principio. Una forma diferente de entender y hacer el cine. Elementos y resultados (en cuanto a sensaciones producidas en el espectador) comunes a otras obras del artista, sí. Pero INLAND EMPIRE no se parece a nada. La primera vez que fui a verla iba pensando que me encontraría una "Mulholland Drive a lo bestia", pero no lo es. Es otra cosa.
Y hablando una vez más y para terminar del disco de vinilo, no del disco sino de cómo nos muestra David Lynch el disco, me parece el perfecto resumen de la grandeza de la obra en cuanto al gozo sensitivo que produce: algo real, normal, cotidiano, que visto a través del objetivo de la cámara digital del genio se torna oscuro, turbio, inquietante, misterioso, de una plasticidad casi aterradora y una onírica angustiosa.
Qué suerte la nuestra por ser contemporáneos de David Lynch y poder disfrutar sus estrenos en una sala de cine.
6
30 de enero de 2006
30 de enero de 2006
53 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Visualmente no cabe duda de que es muy poética, es imposible hablar de esta película sin repetir eso. Quizá lo que más me ha llamado la atención en ese aspecto ha sido el uso de reflejos, ventanas, espejos, un charco... El problema es que no me ha transmitido nada, no me ha hecho sentir. Y cuando falla lo único que ofrece la película, mal asunto. Porque dejando a un lado el aspecto visual, las situaciones y los comportamientos de los personajes son forzadísimas e inverosímiles hasta rozar el ridículo. [Más en spoilers]
No sé si es una de esas películas con 300 metáforas y un fondo filosófico-trascendental elevadísimo, pero a mí no me ha dado más.
No sé si es una de esas películas con 300 metáforas y un fondo filosófico-trascendental elevadísimo, pero a mí no me ha dado más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Creo que se llevan la palma las dos escenas en las que el protagonista ata la pelota de golf a un árbol, su compañera de mudez se pone delante, y él cambia la pelota de sitio n veces, volviéndose por supuesto a poner delante la chica en cada ocasión. Me ha parecido la sandez más absurda de la sucesión de sandeces que ofrece la película. Contar una historia a base de silencio es una buena idea, pero es que en esta obra no se cuenta una historia a base de silencio, se cuenta una historia en la que dos personajes son mudos sin ton ni son. A destacar el momento en el que los hijos del difunto enfermo de cáncer les preguntan qué han hecho con su padre, y por supuesto la parte de la comisaría. Sobre la casa del cadáver hay otra cosa que me ha parecido totalmente estúpida. Llaman al hijo, por supuesto para no decir nada, el hijo devuelve la llamada y tampoco le contestan, para seguir la tradición. Con todo y con eso se quedan allí tan panchos... ¡¡y se sorprenden cuando los hijos llaman a la puerta alterados!! Ni pies ni cabeza. Desde la parte de la cárcel al final habría que añadir como género de la película la fantasía. Tremendo el Hombre Sombra, parece que en un error de montaje han puesto los últimos minutos de una adaptación de un cómic.

7.1
77,359
10
17 de marzo de 2007
17 de marzo de 2007
56 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante el espectáculo estás absorto, hipnotizado. El mago podría hacer casi cualquier cosa con su mano izquierda de forma imperceptible, porque tú no puedes despegar los ojos de su mano derecha.
Una vez finalizado el juego, estás sorprendido, fascinado y confuso. "A ver, hazlo otra vez". No entiendes lo que acabas de ver, pero quieres verlo de nuevo.
Hay quien pregunta al mago cómo lo ha hecho. Algunos, incluso, se enfadan con él por no desvelar el secreto. Caen en el error de tomarlo como una ofensa: "Se está riendo de nosotros". Pero eso sería destruír la ilusión, arrebatar al espectador la capacidad de soñar y hacerse preguntas.
Una vez finalizado el juego, estás sorprendido, fascinado y confuso. "A ver, hazlo otra vez". No entiendes lo que acabas de ver, pero quieres verlo de nuevo.
Hay quien pregunta al mago cómo lo ha hecho. Algunos, incluso, se enfadan con él por no desvelar el secreto. Caen en el error de tomarlo como una ofensa: "Se está riendo de nosotros". Pero eso sería destruír la ilusión, arrebatar al espectador la capacidad de soñar y hacerse preguntas.

7.7
63,679
7
18 de marzo de 2007
18 de marzo de 2007
27 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que sí, que la traducción del título está hecha a mala leche. Pero esa revelación no debería suponer un obstáculo a la hora de disfrutar la película (máxime cuando el propio Polanski se encarga de hacernos la misma revelación sin ningún tacto a los 40 minutos), si aceptamos que su baza es el tono. El terror psicológico, el pasar miedo sin una sola imagen de japonesas maquilladas de blanco, sin explosiones de sonido que indiquen cuándo hay que tener miedo y cuándo no, sin súbitas apariciones en plano para buscar el susto. Pasar miedo sin siquiera darte cuenta de que realmente estás pasando miedo.
El problema de la película es que su desarrollo se sustenta en un suspense que no es tal. Desde el primer nudo de la trama todo es extremadamente predecible. La atmósfera pierde importancia, y se nos presentan una serie de conflictos cuya evolución y solución son demasiado evidentes. El espectador siempre va varios pasos por delante de Mia Farrow. No es que esté sentada en un sofá con una bomba debajo, ella lo ignore y nosotros lo sepamos; es que está sentada en un sofá con una bomba debajo, ella lo ignora y nosotros sabemos quién puso la bomba, por qué, cómo, qué hará ella y qué pasará cuando lo haga. Ya no importa el tono, la atmósfera, el terror psicológico. El defecto ha eclipsado la virtud.
De ahí que discrepe con la mayoría, que opina que lo peor es el principio por aburrido, y el final por predecible. Para mí ésas son precisamente las mejores partes de la película, porque se paladea cómo suceden las cosas sin importa apenas qué cosas sucedan. En especial el desenlace, una vez desprendido el lastre del fallido suspense.
El problema de la película es que su desarrollo se sustenta en un suspense que no es tal. Desde el primer nudo de la trama todo es extremadamente predecible. La atmósfera pierde importancia, y se nos presentan una serie de conflictos cuya evolución y solución son demasiado evidentes. El espectador siempre va varios pasos por delante de Mia Farrow. No es que esté sentada en un sofá con una bomba debajo, ella lo ignore y nosotros lo sepamos; es que está sentada en un sofá con una bomba debajo, ella lo ignora y nosotros sabemos quién puso la bomba, por qué, cómo, qué hará ella y qué pasará cuando lo haga. Ya no importa el tono, la atmósfera, el terror psicológico. El defecto ha eclipsado la virtud.
De ahí que discrepe con la mayoría, que opina que lo peor es el principio por aburrido, y el final por predecible. Para mí ésas son precisamente las mejores partes de la película, porque se paladea cómo suceden las cosas sin importa apenas qué cosas sucedan. En especial el desenlace, una vez desprendido el lastre del fallido suspense.
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