No hay palabras para poder explicar lo que, para mí, representa esta película, pero lo intentaré.
La primera vez que me dí cuenta de que el cine era algo más que mero entretenimiento, fue cuando a los 5 años mi madre me puso esta película. A los 7 me la pedí como regaló de navidad y, hasta el día de hoy, la habré visto más de 30 veces.
Para mí, esta pelicula es el cine, la más pura representacion del arte cinematográfico. Se que hay peliculas técnicamente superiores, con interpretaciones superiores y guiones superiores, pero esta es LA película. La perfecta unión de espectaculo y calidad. Sus personajes son carismáticos, visualmente es preciosa, es entretenida, es apasionante, tiene humor, tiene romance, tiene numeros musicales que rozan la más absoluta perfección, y, sobretodo, tiene la mejor secuencia de la historia del cine: el baile de Gene Kelly bajo la lluvia. La representacion filmica más perfecta que se ha hecho, y se hara de la, felicidad. Consigue plasmar lo intangible en 4 minutos.
Hay muchas otra peliculas a lo largo de mi vida que han conseguido maravillarme, pero ninguna me ha producido ni me producirá la misma sensación que sentia cada fin de semana cuando, despues de comer, me sentaba en el salón de mi casa y pasaba 2 horas frente a la televisión contemplando esta obra maestra.

La mejor película de terror de la década, infravalorada por los no aficionados al género pero que el tiempo situará en el altar de las películas de culto. Asfixiante como pocas, un poema bizarro y demoledor. Onírica y opresiva desde los delirantes títulos de crédito hasta el apoteósico final, todo esto, acompañado de una banda sonora acojonante que complementa a la perfección las alucinantes secuencias que filma Zombie.
Ojala hubiese mas cineastas con la valentia de Zombie.

Jamás se hará una película de terror igual. Un hito en la historia del cine y una de las cumbres del cine de los 70.
Opresiva, decadente, bizarra y macabra. Un retrato cruel de la américa profunda. Homenajeada y plagiada en mil películas posteriores que no le llegan ni a la suela de los zapatos.

Del remake mejor no hablar, no es malo, pero decir que es superior al original debería estar penado por el código legal.

Una obra maestra, total y absoluta. Con uno de los finales mas magistrales de la historia del cine.

Una autocomplaciente masturbación fílmica del sobrevalorado Gibson. Independientemente de su realidad histórica y de su simbolismo, la película es mediocre. Un espectáculo vacío y pretencioso que no pretende más que el morbo puro y duro para emocionar a la Iglesia. No es más que la sucesión de secuencias impactantes que busca la constante magnificencia mediante un recurso tan banal como la cámara lenta. Plúmbea, manipuladora y, ante todo, una obra surgida de la mente de un fanático solo ápta para católicos ingenuos.

Obra maestra, total y absoluta. Superior, incluso, al film de Murnau. Poética y bellísima dentro de su austeridad, y con un final magistral.