Es una de las pocas películas de ciencia ficción que me hace sonreír cuando pienso en ella. Y sí, el de Blade Runner es un futuro oscuro, deprimente y contaminado en todos los sentidos, pero aún así. Aún así. El guión, los personajes complejos e incomprendidos, que no incomprensibles, el ambiente de la película en general, la filosofía de que siempre quedará algo por lo que morir llegado el caso (que siempre llega), la poesía que encierra una de las muertes más bonitas del cine...
Lo único que hace que mi voto esté por debajo del diez es la interpretación de nuestro protagonista, Harrison Ford. Quizás porque siempre pone la misma cara, el mismo rictus que está entre "concéntrate" e "intenta parecer un cazador de alienes". Si toda película ha de tener su lado negativo... creo que el lado negativo de ésta tiene nombre y apellido.
Pero aunque la interpretación de Ford no sea la más brillante, la crítica se pierde irremediablemente entre los muchos elogios que se han dedicado y se dedicarán a este film.
Y es que pagaría por aquellos noodles bajo la lluvia más de lo que me pidiera nadie por un vino de quinientos años.