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Críticas ordenadas por utilidad
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6.2
17,418
5
2 de marzo de 2017
2 de marzo de 2017
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
5/10 - Pasable. Cumple en entretenimiento, puede agradar con su visual y juegos de cámara. Sería totalmente aceptable si no pretendiera ser "algo más". Y por eso su punto fuerte es también su debilidad. Se destaca al intentar conmover por una perspectiva diferente de una tradicional película de guerra, sin abusar de la sangre o del patriotismo. Habla sobre las huellas en el exterior del campo de batalla y en el interior de las las relaciones interpersonales, sobre como las consecuencias inevitables de la guerra invaden la intimidad, el hogar y el cotidiano de las diferentes personas involucradas. El problema es que todo eso queda solo en el intento y lo que podría haber sido un guión inteligente y sensible se vuelve un romance predecible, cuyo final no es innovador ni despierta reflexiones sobre cuestiones que realmente fueron puestas a prueba en el contexto de la guerra. Falla al intentar ser compleja al hablar del amor: mientras Pitt parece un chico encaprichado por sus sentimientos, Cotillard se transforma en una especie rara de ama de casa burguesa e intelectualizada con una colección de amigos bohemios "super cool" . Por otro lado, también falla por dejar sin atención temas complejos como la identidad. Desperdicia el talento de Cotillard, que no encuentra la oportunidad de lucirse y no escapa de lo mediocre, trae un Pitt que no se conecta con el personaje y vuelve a abusar de sus caretas, y los dos juntos no tienen química ni para el sexo ni para el sufrimiento. Es muy floja como película comercial y demasiado superficial como película intelectual. Queda en el medio el camino, a principio agrada, pero no termina de convencer. Pretende ser mucho, dice poco o casi nada y prueba que todos se equivocan, mismo el talentoso Zemeckis...

7.4
69,486
8
8 de marzo de 2017
8 de marzo de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos clases de críticas sobre el cine que jamás voy a entender o concordar. La primera es cuando se dice que ya no hay buenos guiones. Mentira clara! Buenos guiones van a existir mientras exista la imaginación humana. Y los que no se dejan cegar por el pesimismo saben que la vida y el arte nos reservan todavía grandes histórias. La segunda es el elogio a un cine "no pretencioso", como si existiera tal cosa. En mi opinión, jamás existe el arte apartado de la pretensión, porque su valor más lindo es justamente defender la osadía de soñar grande y gritar a todos pulmones lo que tiene a decir.
"La llegada" es la clase de película que nos hace recordar este valor. Para mí, podría haber sido un fracaso por tanta pretensión al querer jugar con el propio juego que es el lenguaje. Pero da igual, porque es necesario insistir en la pretensión. Sobre eso también se trata su trama y revela una cuestión filosófica que como casi todas las cuestiones filosóficas parece obvia al principio pero al final las palabras no dan cuenta de expresar la respuesta: si supieras el final, serías capaz de recorrer todo el camino? Voy a cambiar de raciocinio sino terminaré con spoilers.
Yo temía que "La llegada", con un guión tan promisor, fuera más una de esas películas de ficción que desperdician la capacidad de su género para dialogar con cuestiones fundamentales y se transforman en clichés sobre patriotismo yankee. Tengo muy poca paciencia para películas con alienígenas al estilo "Independence Day" que, bajo mi punto de vista, vulgarizan el tema y desperdician dinero en muchos efectos que no mejoran su argumento. Y respire muy aliviada cuando me di cuenta que "La llegada" era otra cosa.
"La llegada", para mí, es un fenómeno de lenguaje. Como no podría dejar de ser ya que es una forma de lenguaje - como el cine o la literatura o tantas maneras de comunicar - que pretende algo decir sobre el propio lenguaje. Un metalenguaje se puede llamar. Y eso ya la hace muy poética desde el principio. El personaje de Amy Adams tenía que ser una lingüista, como no? Ella elige un palíndromo - Hannah -como nombre de su hija, como no? En este guión nada está demás,nada sobra y nada se desperdicia: es claramente una obra de poesía, donde todos los efectos visuales, dramáticos, sonoros, humanos y también extraterrestres son utilizados con precisión para contar una historia.
Siendo un fenómeno de lenguaje, "La llegada" no podría ignorar la cuestión del tiempo. Porque toda y cualquier forma de comprensión humana se desarrolla en la dimensión del tiempo. Una dimensión que va más allá de la percepción lineal y continua a partir de la cual construimos nuestro lenguaje.
"La llegada" consigue ser una película comercial que no subestima la inteligencia de su espectador - por más que muchas veces trate de autoexplicarse demasiado. Nos presenta una excelente performance de Amy Adams, que regala a su personaje un equilibrio de fuerza y suavidad de quien vive aquellos momentos con la incertidumbre que existe en el camino del conocimiento. Alcanza la complejidad exacta y la madurez que necesita el tema que anuncia, sin tener que recurrir a un super final sorpresivo, justamente porque ya está todo dicho desde el principio. Porque en la dimensión del tiempo todo está conectado, aunque nuestro raciocinio lineal no logre perceber.
"La llegada" es un logro del cine actual porque su osadía va más allá de cualquier error que pueda haber en su realización. Es una metáfora muy bien lograda que jamás aburre, involucra y hace reflexionar. Una película para disfrutar con los ojos y la mente bien abiertos.
"La llegada" es la clase de película que nos hace recordar este valor. Para mí, podría haber sido un fracaso por tanta pretensión al querer jugar con el propio juego que es el lenguaje. Pero da igual, porque es necesario insistir en la pretensión. Sobre eso también se trata su trama y revela una cuestión filosófica que como casi todas las cuestiones filosóficas parece obvia al principio pero al final las palabras no dan cuenta de expresar la respuesta: si supieras el final, serías capaz de recorrer todo el camino? Voy a cambiar de raciocinio sino terminaré con spoilers.
Yo temía que "La llegada", con un guión tan promisor, fuera más una de esas películas de ficción que desperdician la capacidad de su género para dialogar con cuestiones fundamentales y se transforman en clichés sobre patriotismo yankee. Tengo muy poca paciencia para películas con alienígenas al estilo "Independence Day" que, bajo mi punto de vista, vulgarizan el tema y desperdician dinero en muchos efectos que no mejoran su argumento. Y respire muy aliviada cuando me di cuenta que "La llegada" era otra cosa.
"La llegada", para mí, es un fenómeno de lenguaje. Como no podría dejar de ser ya que es una forma de lenguaje - como el cine o la literatura o tantas maneras de comunicar - que pretende algo decir sobre el propio lenguaje. Un metalenguaje se puede llamar. Y eso ya la hace muy poética desde el principio. El personaje de Amy Adams tenía que ser una lingüista, como no? Ella elige un palíndromo - Hannah -como nombre de su hija, como no? En este guión nada está demás,nada sobra y nada se desperdicia: es claramente una obra de poesía, donde todos los efectos visuales, dramáticos, sonoros, humanos y también extraterrestres son utilizados con precisión para contar una historia.
Siendo un fenómeno de lenguaje, "La llegada" no podría ignorar la cuestión del tiempo. Porque toda y cualquier forma de comprensión humana se desarrolla en la dimensión del tiempo. Una dimensión que va más allá de la percepción lineal y continua a partir de la cual construimos nuestro lenguaje.
"La llegada" consigue ser una película comercial que no subestima la inteligencia de su espectador - por más que muchas veces trate de autoexplicarse demasiado. Nos presenta una excelente performance de Amy Adams, que regala a su personaje un equilibrio de fuerza y suavidad de quien vive aquellos momentos con la incertidumbre que existe en el camino del conocimiento. Alcanza la complejidad exacta y la madurez que necesita el tema que anuncia, sin tener que recurrir a un super final sorpresivo, justamente porque ya está todo dicho desde el principio. Porque en la dimensión del tiempo todo está conectado, aunque nuestro raciocinio lineal no logre perceber.
"La llegada" es un logro del cine actual porque su osadía va más allá de cualquier error que pueda haber en su realización. Es una metáfora muy bien lograda que jamás aburre, involucra y hace reflexionar. Una película para disfrutar con los ojos y la mente bien abiertos.

5.9
31,927
5
3 de marzo de 2017
3 de marzo de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el principio, esta película me ocasionó mucha desconfianza. Es que ya en la sinopsis tuve dificultad de definir sobre qué exactamente se trataría la trama. No porque su argumento no esté claro. Se trata de una ficción científica con una propuesta de reflexión existencialista. Un género que recupera el éxito en las inversiones de Hollywood y que tiene mucha oportunidad de funcionar, porque el "futurismo" siempre dialoga con temas complejos y a la vez muy obvios (tomemos obvio como lo que está presupuesto para la vida humana) como el tiempo, el sentido de la vida, la humanidad o esencia (eso que nos hace ser humano, a diferencia de otros formas de vida), el desconocido, etc. Y eso, para mi gusto, es lo más fantástico que ofrece el género de la ficción científica. Pero hay un problema y no podemos "culpar" esta película. Es un mal hábito de Hollywood. Me refiero a querer siempre entregar una trama excesivamente masticada a los espectadores.
"Pasajeros" es una víctima de este mal hábito. Y el resultado es un guión que solo no es más desperdiciado que el talento de Lawrence. Eso porque de Pratt nunca espero una actuación notable. Sin embargo, los dos tiene algo de química e intentan convencer, pero sus personajes se pierden no solo en el espacio, como también en un pseudo existencialismo que se transforma en melodrama y termina en un cine catástrofe que desfila absurdos en sus 30 o 40 minutos finales. Los actores se van poniendo incómodos en la piel de sus personajes y, luego, no generan la identificación suficiente como para que el espectador se ponga a reflexionar. Eso causa que los grandes temas esten ahí pero permanezcan sin brillo y notoriedad.
Los efectos especiales y el visual son de primera, lo que ya era esperado, teniendo en cuenta la cuantía invertida en su realización. El personaje Barman-Robot de Sheen es lo mejor que encuentro en la película, porque el tono de sátira presente en su "filosofía de bar en sobrecitos" tiene más sentido que el resto del "blablabla" en que se ahogan los protagonistas. Y la película empieza con una propuesta de humor crítico basado en la ironía que funciona bien. En realidad, la película empieza bien con un Pratt que domina el telón mientras le toca hacerse el desentendido, pero la trama va perdiendo su hilo conductor y muchas escenas quedan sin una conexión convincente.
Si mi crítica es solamente cinematográfica, diría que es una película que no alcanza un buen puntaje en ningún género que propone. Eso porque no se termina de definir como que es, que quiere decir, que quiere proponer. Falla mucho por el punto de vista existencialista, porque no desarrolla las cuestiones éticas que anuncia, y como cine catástrofe es sin gracia y demasiado azucarado.
Por otro lado, la problemática que propone de la complejidad del "jugar de Dios", si cabe o no al ser humano definir sobre la vida y la muerte, suya o del otro, no logra escapar de un amargor machista. Es que, mismo si uno busca los pretextos de estar al borde de la locura y la soledad angustiante (o demencia) del personaje de Pratt, hay una vulgaridad muy grande en el desarrollo de esta cuestión ética y como todo cae en el olvido y es perdonado. Y no solo porque Pratt es el primero a despertar y se atreve a decidir, pero también por la poca densidad del personaje de Lawrence, el cual termina asemejándose cada vez más a la princesa Aurora (un lamentable estereotipo del machismo que la propia Disney hoy trata de "remediar").
"Pasajeros" es una víctima de este mal hábito. Y el resultado es un guión que solo no es más desperdiciado que el talento de Lawrence. Eso porque de Pratt nunca espero una actuación notable. Sin embargo, los dos tiene algo de química e intentan convencer, pero sus personajes se pierden no solo en el espacio, como también en un pseudo existencialismo que se transforma en melodrama y termina en un cine catástrofe que desfila absurdos en sus 30 o 40 minutos finales. Los actores se van poniendo incómodos en la piel de sus personajes y, luego, no generan la identificación suficiente como para que el espectador se ponga a reflexionar. Eso causa que los grandes temas esten ahí pero permanezcan sin brillo y notoriedad.
Los efectos especiales y el visual son de primera, lo que ya era esperado, teniendo en cuenta la cuantía invertida en su realización. El personaje Barman-Robot de Sheen es lo mejor que encuentro en la película, porque el tono de sátira presente en su "filosofía de bar en sobrecitos" tiene más sentido que el resto del "blablabla" en que se ahogan los protagonistas. Y la película empieza con una propuesta de humor crítico basado en la ironía que funciona bien. En realidad, la película empieza bien con un Pratt que domina el telón mientras le toca hacerse el desentendido, pero la trama va perdiendo su hilo conductor y muchas escenas quedan sin una conexión convincente.
Si mi crítica es solamente cinematográfica, diría que es una película que no alcanza un buen puntaje en ningún género que propone. Eso porque no se termina de definir como que es, que quiere decir, que quiere proponer. Falla mucho por el punto de vista existencialista, porque no desarrolla las cuestiones éticas que anuncia, y como cine catástrofe es sin gracia y demasiado azucarado.
Por otro lado, la problemática que propone de la complejidad del "jugar de Dios", si cabe o no al ser humano definir sobre la vida y la muerte, suya o del otro, no logra escapar de un amargor machista. Es que, mismo si uno busca los pretextos de estar al borde de la locura y la soledad angustiante (o demencia) del personaje de Pratt, hay una vulgaridad muy grande en el desarrollo de esta cuestión ética y como todo cae en el olvido y es perdonado. Y no solo porque Pratt es el primero a despertar y se atreve a decidir, pero también por la poca densidad del personaje de Lawrence, el cual termina asemejándose cada vez más a la princesa Aurora (un lamentable estereotipo del machismo que la propia Disney hoy trata de "remediar").
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay escenas que quedan entre lo ridiculo y lo increíble. Cuando Pratt va a salvar la nave y resiste en pleno espacio al fuego que fue capaz de sobrecalentar una nave ultramoderna con un pedazo de puertita como escudo!!!!????? El romance de los dos es digno de las peores parejas de esas telenovelas que son transmitidas por milésima vez en la tarde de los canales abiertos. VERGÜENZA AJENA!
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