Reparto de primera, dirección de primera, guión de primera. Resultado, una de las mejores películas de la historia. Siempre ando en deseos de que se me olviden los detalles nada más verla, para poder verla una vez más. Magnífica.

Una película que no dice nada, quizá alguna escena con significado metafórico, pero en general, un simple desparpajo de computación y efectos especiales.

La vi por primera vez en 1º de bachillerato para hacer un trabajo de Psicología. El resultado de este: Tim padece un trastorno límite de personalidad, o lo que es lo mismo, necesidad de aceptación, lo que explica mi crítica, escueta pero creo que acertada.
La forma en que el ascenso de los autoritarismos se mezcla con la necesidad de los individuos de sentirse aceptados y reforzados por unos puntos ideológicos (normalmente sectarios) en común te hace reflexionar acerca de cómo la naturaleza humana acaba doblegada ante el temor a sentirse solo pese a ser uno mismo.
La moraleja que yo interpreto: si pierdes tu identidad te pierdes a ti mismo.

Si alguien poco ducho en el área de la Física se dispone a verla, que se prepare para no entender el final. No obstante, se puede apreciar la magnitud de esta obra de arte, que te hace reflexionar sobre la egolatría y acritud de la especie humana que, en su arrogancia, intenta doblegar aquello que nos doblega a nosotros, la Naturaleza. Una lección que todos deberíamos aprender. La Tierra no es nuestra, nunca lo fue, y siempre será tarde para volver atrás en nuestro craso error, el error de la avaricia.

Una película que te hace pensar cosas importantes. No es necesario el odio, no es necesaria la secesión, no procede la antipatía. Seamos auténticos hermanos, como especie, como sociedad y como almas, y vivamos sin tantos caprichos y fantasías, frutos de la excesiva comodidad de los tiempos que corren.