Me pregunto qué pintan Zipi y Zape en un colegio exclusivo-carcelario, con profesores tuertos al más puro estilo Harry Potter (¿qué ha sido de don Minervo?). Por otro lado, no recuerdo en qué momento Zipi y Zape se veían envueltos en aventuras de enigmáticos misterios que podrían pasar por el guión de Los Goonies Españoles. Poco o nada parecen mantener de los personajes originales, excepto el nombre.

Fitzcarraldo, una película mucho menos interesante que la historia de su rodaje, basada en un hecho verídico que poco se parece a la historia original. Si se hubiese ceñido a la veracidad histórica, o simplemente a la edición del documental de su making of, hubiese resultado una entrega mucho más atractiva. Indígenas explotados, aviones que se estrellan, tribus indígenas que asaltan y queman el campamento de rodaje, operaciones a vida o muerte en la mesa de la cocina en mitad de la selva, sicarios que se ofrecen gratuitamente para matar a Kinski... A la expresión "prevención de riesgos laborales y derechos humanos" se respondía con un "yo no hablo suyo idioma". Pero qué fácil es hacer las cosas cuando la milicia está de tu lado. ¡Cómo te pasas, Herzog!

Una saga que ha sabido mantener su esencia a lo largo de las décadas (a diferencia de otras sagas como "Hellraiser"). Esta última entrega no desmerece al resto aunque está más enfocada al género de aventuras que al terror. En cierto modo, es un drama. La alta valoración de esta película se debe en gran parte (en realidad, en su totalidad) al factor nostálgico. Fuimos muchos los niños que vieron la primera película, de serie B, con tufo a zetuno pero que nos cagó a todos. Con el tiempo se convirtió en todo un icono. Ahora, 37 años después, y con la aparición de los actores de la saga, me siento mayor.

¿Soy yo la única persona a la que no le ha gustado la película? Me ha parecido malísima. Y las comparaciones son aún más odiosas si se trata de Bone Tomahawk. En general, me ha parecido que la dirección es mala, el elenco de actores, a excepción del señor Vaughn (que tampoco ha sido nunca brillante) y Udo Kier es digna de Asylum, las coreografías de risa, el guión pobre y con diálogos pencos y la cadencia lentísima. Un rollazo, en definitiva. Cierto es que no se queda corta de hostias finas, pero tan falsas que ni impactan ni nada. Además, si creía que había visto cosas malas de Vince Vaughn (véase True Detective 2), era porque aún no había visto esto, porque se ha superado. Ahora me gustaría ver un duelo de impasividad actoral entre Vaughn y Ryan Gosslin, a ver quién gana.

Aburrida, monótona, pesada, soporífera, tediosa, insípida e insustancial, tan insulsa que la anodinia de Goslin pasa desapercibida. Todo un mérito.