Es una película que lo tiene todo: acción, drama, comedia y ciencia ficción. Es una película que es capaz de transmitirte diversas emociones: nerviosismo, desagrado, impotencia y terror. Terror por el ser humano, por su crudeza, por sus agobiantes y desagradables imágenes. Kubrick nos muestra su mayor lección de vida y sabiduría. Su magnética e impecable visión de la ultra-violencia acompañada de Beethoven, Rossini y Carlos. En definitiva la segunda mejor película de la historia del cine detrás de 2001: una odisea del espacio.

Es una película que me provoca diversas sensaciones. Técnicamente odio el montaje pero adoro como te mete en el bullicio de las ciudades de India. Argumentalmente, me parece maravillosa la historia superficial, pero odio múltiples detalles sin sentido y alabo otros más inteligentes e impactantes. En resumen, muy buena película, pero ni mucho menos de 8 oscars..

Bella de ver y de oír, con una originalidad narrativa insuperable. Con un elenco de actores inolvidable, el trabajo de Kubrick se hace visible y enigmático hasta para el espectador más mediocre.

Esta visión antibelicista del maestro Kubrick, forma junto con senderos de gloria, un pack sobresaliente al más puro estilo Kubrick.
Esta película creó un antes y un después en el cine bélico, ya que creó al más cruel y despiadado sargento de la historia del cine. Con una historia dividida en dos partes, la primera cuenta la formación de soldados en una isla y la segunda en plena guerra de Vietnam.
Ambas partes sobresalientes y que demuestran una vez más lo grande que es el cine de Kubrick.

Ya sea por su magia visual, por la profundidad de su argumento, el cual trata temas como la inteligencia artificial, la evolución o la inmortalidad. Ya sea por la barita del maestro Kubrick, que dejó una huella imborrable en la historia del cine. La tensión que se transmite entre plano y plano, palabra y palabra (de la cual carece, pero no necesita), entre partitura y partitura de Strauss.
Y para los que os resulte aburrida y paranoica: dejar de criticar y arrodillaos ante Dios y ante su mayor edén.