Para los jóvenes, escenas totalmente irracionales; ni emotivas, ni lágrimas, ni gritos, ni nada... para un escenario extremo. Sólo una mujer está dispuesta a matar o morir por su dignidad. Los demás sólo piensan en una supervivencia inhumana para una humanidad descafeinada.
En la nueva humanidad no hay familia: sólo la tribu; sólo hay género para la reproducción; no hay reglas, más que sobrevivir; no hay ilusión, más que pase el tiempo.
Y, para colmo de risa, también se menciona a Dios, en un ataque de no-egocentrismo.
Pues eso: que me da igual Juana, que su hermana, que dice el refrán.

El final es un desastre. Podríamos haber escogido varios finales, varias hebras que se entrecrucen... pero todo se sucede sin sentido y sin justicia, sin caridad, sin esperanza.

Vamos, que al final te quedas en un infierno, del que parece no se libra ni Richard Gere.

Una pena.