El terror real que inspira está película es ese miedo que tenemos imbuido por nuestra sociedad a través del ego.
El miedo a envejecer, el miedo a convertirnos en invisible para los demás (especialmente para el género opuesto) cuando hemos sido guapos y atractivos en nuestra juventud.
En definitiva, no aceptar el paso del tiempo. Ese trastorno ya lo habíamos visto por primera vez en la magnífica "El crepúsculo de los dioses" (1950).
Y cuando hablamos de una "sustancia" para rejuvenecer, ya vimos algo ligeramente parecido -aunque distinto- en "La muerte os sienta bien" (1992) e incluso una versión masculina en aquel galardonado videoclip del grupo español OBK - "Tú sigue así" (2000) dirigido por Juan Antonio Bayona.

Me ha parecido una película imprescindible que todos deberíamos ver para reflexionar sobre la sociedad actual, porque hay factores que magnifican todo esto y podrían desembocar en una futura crisis de salud mental en el futuro.
Por ejemplo, las redes sociales como Instagram han democratizado la sensación de éxito que en tiempos pretéritos solo podría tener una mujer joven siendo actriz, cantante o famosa.

Actualmente con solo subir fotos en su perfil, las bellas veinteañeras reciben multitud de atención -solo por existir- en forma de "me gusta", corazones o comentarios, sirviendo todo esto de termómetro y alimento para su ego.
Pero la preocupante pregunta del millón es... ¿Podrán asumir estas chicas perder toda esa atención masculina gratuita cuando tengan 40 ó 50 años? ¿Terminaran perdiendo la cabeza como el personaje de Elisabeth Sparkle (Demi Moore)?