Vaya bodrio. La película en sí misma es un chiste. Tanta fama (que parecía una obra maestra) y al final, caca de la vaca, un mojón del 15.
Y nos burlamos del cine español de los 60 y 70; pues vaya con el de los alemanes . Los actores tienen que ser aficionados, no hay otra explicación. Y el Klaus éste, tan sobrevalorado, es un papafrita. Y no me quiero meter mucho en otros aspectos, como el que se nos retrate a los españoles poco menos que como gilipuertas; algo que por otro lado parece que nos gusta dado nuestro tradicional sentido de culpabilidad y de inferioridad; cuando tendría que ser todo lo contrario.
No éramos ni tan malos ni tan subnormales; al menos, iguales que los de las demás naciones, pero con los h... más gordos.