Wiesler se encuentra totalmente convencido de que el entonces actual sistema de gobierno de su país está en lo correcto, que representa el bienestar común y todo debe hacerse según este lo indique. Para él todo lo que vaya en contra del régimen esta errado y debe ser atacado, como es el caso de Dreyman, un conocido escritor que se dedica, a través del arte, a criticar a un gobierno que según sus ideales es injusto. Dreyman, es fuertemente juzgado por Wiesler, pues desde su punto de vista de agente de la Stasi, ataca lo que para él es irrefutable.
No obstante, la forma de pensar de Wiesler cambia en el momento en que comienza a verlo todo desde el ángulo del escritor, pues al presenciar largo tiempo la vida de este último, debido a la constante vigilancia, se da cuenta que es una vida más profunda, más plena, fuera de la frivolidad que implica el régimen y a la que él estaba acostumbrado, que sufre a causa del mismo y que claramente es un régimen injusto y lleno de corrupción. En general, es gracias a todo esto que logra abrir sus ojos y sensibilizarse, después de tanto tiempo de condenar la vida de otros por no ver más allá de lo que le rodea.