De mayor quiero ser como El Nota (o Su Notísima, o El Noti, o El Notarino…). Sin duda una de mis películas favoritas, y es en gran parte gracias al magnífico papel que interpreta Jeff Bridges, aunque los demás actores no se quedan atrás para nada, desde el trío que junto a Bridges forman John Goodman (Walter) y Steve Buscemi (Donny), a los personajes de Jeffrey Lebowski (David Huddleston) y su asistente (Philip Seymour Hoffman), pasando por John Turturro (el gran Jesús Quintana) o el narrador (interpretado por Sam Elliot).

Esta película de carácter detectivesco en tono de humor, refleja una forma de vida, una forma de pensar, o por lo menos yo lo entiendo así: vive y deja vivir. Y yo estoy bastante de acuerdo con esta forma de ver la vida, supongo que este es otro motivo para que adore esta obra maestra.

Los hermanos Coen reflejan aquí una sociedad americana en la que mezclan a personajes de lo más variopintos. Por un lado, el mundo relajado, la rutina, el ocio y el pasárselo bien del protagonista y sus amigos. Y por otro, el mundo de la gente adinerada, sus problemas familiares, sus intereses… Y lo que hacen los Coen es meter a este maravilloso personaje que es El Nota en ese mundo de ricos y poderosos. Pero ni con esas hacen cambiar la forma de ver la vida de El Nota, el solo quiere su alfombra, pegarse un baño relajado, fumarse un porrito y que le dejen en paz. Para ello le sigue un poco el juego a Jeff Lebowski, y de paso se enrolla con su hija, que al final resulta que es ella quien lo utiliza a él. Es lo que tiene estar todo el día fumado, a veces no te das cuenta de las cosas…

Este mundo relajado y ocioso al que hago referencia se ve, entre otras cosas, en los diálogos que mantienen los tres amigos entre ellos, o en los que tiene el Nota con prácticamente todo el mundo. En ellos cada persona “va a su bola”, es como si estuvieran pensando en voz alta sin escuchar para nada lo que están diciendo los demás.