El hecho de que los vampiros se conviertan en algo que no son para satisfacer a unas locas quinceañeras me hizo plantearme dejar de ver este aburrido bodrio en numerosas ocasiones. Es tan sumamente ridículo lo de los diamantes que tuve que soltar un leve jeje, porque no podía creer lo que estaba viendo. Yo esperaba que se quemara o algo pero eso no por favor, un respeto a la inteligencia del espectador.

Que decir de los actores: todas las actuaciones son mediocres tirando a malas (¿por qué no sonríe Bella si supuestamente ha conseguido lo que quería?, todavía mejor, ¿por qué no actúa?, de encefalograma) y el otro, que solo hace de guapo guay con lentillas guays cuando aparenta 25 y se hace pasar por uno de 17, ridículo. Un padre que ni pincha ni corta, mejor no hablar de una madre que es entrenadora de béisbol y que pasa absolutamente de su hija (solo le preocupa el hecho de si se ha tirado a algún chico atlético).

Fotografía: Los efectos especiales, correctos, nada más. Quizás las escenas de los bosques se salven porque por mucho que quieran, eso no pueden fastidiarlo. Que cool es la casa del Ikea de los vampiros. Rezuma post-modernidad.

Guión: patético, esas licencias no deben permitirse en el siglo XXI, solo hay que escuchar lo que tienen que decirse los enamorados para sentir repulsa, vergüenza ajena y que se yo que más sentimientos negativos me vinieron a la mente.

Dirección: ¿La hay? Porque yo solo he visto a gente corriendo de una lado a otro sin sentido.

Como producto: destinado a hacerse con la taquilla navideña (a falta de Sparrows) gracias a los euros de algún incauto que como yo creía en una vuelta de tuerca madura y sincera del mundo de los vampiros, o de las jóvenes cargadas de hormonas que no saben lo que es un "Drácula" o un "Entrevista con el vampiro" en condiciones. De usar y tirar, pasado un tiempo ni me acordaré de su existencia, sin embargo, siempre recordaré el buen trabajo que hizo Coppola, una ovación para él y para el cine con mayúsculas, esto es un insulso videoclip sin sangre.