El esperado capítulo final de la trilogía del Hobbit se estrenó el pasado 17 de diciembre en los cines españoles. Con el título, La Batalla de los Cinco Ejércitos, Peter Jackson despide la épica historia de la aventura del hobbit Bilbo Bolsón sin decepcionar a los fans de su filmografía.


Una vez la compañía de enanos recupera el reino de Erebor en la Montaña Solitaria, Thorin enloquece durante la búsqueda de su ansiada Piedra del Arca. La fantástica actuación de Richard Armitage consigue representar testarudez de los enanos a la que se alude durante la trilogía y los anteriores episodios de la obra de JRR Tolkien. El actor británico encarna a la perfección la secuencia en la que Thorin se convierte en un personaje irracional que se deja llevar por sus riquezas y su ansia de poder, escena que Howard Shore consigue acompañar con su magnífica música como ya hizo con la anterior trilogía de Jackson.

Finalmente, la compañía de enanos, los hombres de la Ciudad del Lago y los elfos comandados por Thránduil se ven obligados a tomar las armas y participar en la legendaria Batalla de los Cinco Ejércitos, combate que se desarrolla en las puertas del reino de Erebor contra los dos ejércitos de orcos liderados por Azog el Profanador y Bolgo. El desarrollo de la batalla muestra el admirable trabajo coreográfico de los actores dirigidos por Peter Jackson, ya que visualmente se trata de una secuencia muy acrobática y llena de acción que no defrauda a los espectadores más exigentes.

A pesar de la magnífica labor de Jackson, algunos de los fieles al legendarium creado por Tolkien no aceptan la aparición de personajes creados por la misma dirección de la película y que no aparecen en la obra original del escritor británico. Es el caso de la elfa Silvana Tauriel, que vive un triángulo amoroso entre el elfo Legolas y el enano Kili. No obstante, la dramática historia de amor imposible añade una toque romántico entre tanta batalla por la Tierra Media que el libro de Tolkien no muestra.