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Críticas ordenadas por utilidad
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6
28 de octubre de 2016
28 de octubre de 2016
177 de 204 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seré concreto:
> LO MEJOR: la confección del aspecto de la película, tanto en el apartado sonoro como visual, es delicioso. Realmente te sumerge en el mundo místico y esotérico que pretenden abrir con esta película, y deja completamente boquiabierto al espectador en las múltiples piruetas audiovisuales que se suceden en pantalla. Además, Benedict Cumberbatch es soberbio como Strange y su inclusión en el entramado Vengadores es más que bienvenida.
> LO PEOR: prometía romper con la luminosidad argumental y los guiones "plot-driven" (por emplear un término más comprensible, aquellas historias que siguen un determinado arquetipo para que desembocan en un final adecuado sin problemas), pero nos han dado algo de lo cual uno se espera el 90% de los giros argumentales. Y un fondo tan típico en una película tan atrevida en su forma desentona demasiado: deberían haberse arriesgado más con el desarrollo de una historia sin necesidad de tirar de los mismos tópicos siempre. Y en muchas ocasiones sobra el humor: al igual que DC no tiene que esforzarse constantemente en ser oscuro, Marvel no tiene por qué forzar la risa fácil en sus guiones
EN SUMA: cumple, pero podría ser muchísimo mejor. Sorprende en su aspecto, pero en poco más. No es una decepción, tampoco una novedad trascendental. Se deja ver.
> LO MEJOR: la confección del aspecto de la película, tanto en el apartado sonoro como visual, es delicioso. Realmente te sumerge en el mundo místico y esotérico que pretenden abrir con esta película, y deja completamente boquiabierto al espectador en las múltiples piruetas audiovisuales que se suceden en pantalla. Además, Benedict Cumberbatch es soberbio como Strange y su inclusión en el entramado Vengadores es más que bienvenida.
> LO PEOR: prometía romper con la luminosidad argumental y los guiones "plot-driven" (por emplear un término más comprensible, aquellas historias que siguen un determinado arquetipo para que desembocan en un final adecuado sin problemas), pero nos han dado algo de lo cual uno se espera el 90% de los giros argumentales. Y un fondo tan típico en una película tan atrevida en su forma desentona demasiado: deberían haberse arriesgado más con el desarrollo de una historia sin necesidad de tirar de los mismos tópicos siempre. Y en muchas ocasiones sobra el humor: al igual que DC no tiene que esforzarse constantemente en ser oscuro, Marvel no tiene por qué forzar la risa fácil en sus guiones
EN SUMA: cumple, pero podría ser muchísimo mejor. Sorprende en su aspecto, pero en poco más. No es una decepción, tampoco una novedad trascendental. Se deja ver.

4.8
10,620
3
5 de febrero de 2018
5 de febrero de 2018
59 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezaré por las tres cosas que sí consigue hacer bien esta película:
1) La premisa. El establecer una crisis energética que necesita solución mediante un acelerador de partículas en el espacio que podría llevar a una paradoja interdimensional o incluso espacio-temporal es un arranque estupendo y una propuesta jugosa para hilar todo el universo narrativo establecido en Cloverfield.
2) El suspense. Hasta la segunda mitad de la película se construye buena tensión y se plantean detalles narrativos que mantienen en vilo al espectador. Y eso es algo muy a tener en cuenta.
3) Su primer acto al completo. Establece muy bien a cada personaje (incluso a ese insufrible irlandés), los conflictos, el problema a resolver y toda la situación en la que se encuentra la historia. Es una base estupenda sobre la que podría levantarse una grandísima película.
... Pero no sucede.
Lo que sucede es una locura sin precedentes, y no tiene nada que ver con la ambientación, la temática o las cosas que suceden en la trama (en las cuales me adentro en spoilers) sino cómo suceden y por qué suceden DENTRO de esta película. Las mayúsculas anteriores son a propósito, pues he leído que un gran problema que tiene la gente con esta película es que no ven una gran relación con lo visto en las otras películas de Cloverfield.
Ojalá fuera ese el problema. El problema es que la trama interna es un colador con mil agujeros. Si antes dije las 3 cosas que hace bien esta película, ahora diré las 7 que hace que le ponga la nota que le he puesto. Acto seguido, entraré en terreno spoiler:
1) Es una historia sin dirección clara, por culpa de introducir una trama secundaria sin sentido en la Tierra, pero también por culpa del constante atropello de sucesos sin sentido o explicación a lo largo de la película. Sí, de acuerdo, es una película de ciencia-ficción y hay que dejar cosas a la imaginación del espectador, pero estamos hablando de un género del que ciertos autores (sin ir más lejos J.J. Abrams) se aprovechan para hacer un queso gruyere a modo de guion y no dar explicación alguna. Dicho esto.
2) Hay situaciones que suceden porque sí. Porque toca, porque les apetece a los guionistas y porque la historia debe avanzar a golpetazos sin que tengan relación o causa con el centro dramático de la película. Más detalles de esto en los spoilers.
3) No tiene solidez como película individual. Esto no pasaba ni con la primera Cloverfield ni con 23 Cloverfield Lane, pues cada una resultaba solvente con el género y el tipo de película que presentaban (un mockumentary grabado cámara en mano con monstruos, terror y acción y un drama de suspense con interpretaciones magníficas, respectivamente). Sin embargo, The Cloverfield Paradox intenta ser una película sobre colisión interdimensional y acaba resultando en un caos argumental sin pies ni cabeza. ¿Quieren ver una trama mucho mejor hilada al respecto? Invito a los lectores a que vean Coherence. O Donnie Darko.
4) Rompe con el hilo general de la narrativa, y no en el buen sentido. En la primera Cloverfield nos presentan al monstruo que arrasa Nueva York y a sus compañeros. En la segunda, plantean que la invasión extraterrestre podría ser incluso a mayor escala de lo esperado. De repente arranca The Cloverfield Paradox y esperas que se explica el origen, sea directa o indirectamente, sea por deducción, por inducción o exposición directa a lo largo de la película hasta el final. Sin embargo, lo único para lo que se usa la trama "general" de Cloverfield sobre extraterrestres o posibles invasiones interdimensionales es para soltar un cliffhanger y terminar la película. Otra vez. Y esto ya es un problema, porque no estás enganchando al espectador a un universo narrativo, sino que lo estás sacando constantemente del mismo a base de mareos y de incógnitas que se muerden la cola. Más en spoilers.
5) Más a fondo, la trama dividida. ¿Por qué razón? ¿Por qué no trabajarse una trama central como Dios manda, en lugar de dar minutos y minutos y minutos a otra que no tiene esencia, principio ni final? Para, obviamente, lanzar el cliffhanger mencionado anteriormente. De verdad, es algo frustrante.
6) Quitando los sucesos que acontecen porque sí, hay situaciones que podrían haberse evitado perfectamente en la trama principal de haber pensado un poco más inteligentemente en lo que saben los personajes de la película. Admito que una película así es compleja de escribir, pero las cosas se van acumulando.
7) La sensación de haber presenciado en una película de más de hora y media algo que podría haberse resumido en treinta minutos. Porque, esencialmente, no hay un desarrollo narrativo que merezca la pena tanto tiempo. Lo dicho: el primer acto promete, la premisa es atractiva y todo se prepara para un buen suspense, pero una vez despega la película lo hace renqueando. A partir de la segunda mitad de la película esto se nota especialmente.
Y ahora a spoilers.
1) La premisa. El establecer una crisis energética que necesita solución mediante un acelerador de partículas en el espacio que podría llevar a una paradoja interdimensional o incluso espacio-temporal es un arranque estupendo y una propuesta jugosa para hilar todo el universo narrativo establecido en Cloverfield.
2) El suspense. Hasta la segunda mitad de la película se construye buena tensión y se plantean detalles narrativos que mantienen en vilo al espectador. Y eso es algo muy a tener en cuenta.
3) Su primer acto al completo. Establece muy bien a cada personaje (incluso a ese insufrible irlandés), los conflictos, el problema a resolver y toda la situación en la que se encuentra la historia. Es una base estupenda sobre la que podría levantarse una grandísima película.
... Pero no sucede.
Lo que sucede es una locura sin precedentes, y no tiene nada que ver con la ambientación, la temática o las cosas que suceden en la trama (en las cuales me adentro en spoilers) sino cómo suceden y por qué suceden DENTRO de esta película. Las mayúsculas anteriores son a propósito, pues he leído que un gran problema que tiene la gente con esta película es que no ven una gran relación con lo visto en las otras películas de Cloverfield.
Ojalá fuera ese el problema. El problema es que la trama interna es un colador con mil agujeros. Si antes dije las 3 cosas que hace bien esta película, ahora diré las 7 que hace que le ponga la nota que le he puesto. Acto seguido, entraré en terreno spoiler:
1) Es una historia sin dirección clara, por culpa de introducir una trama secundaria sin sentido en la Tierra, pero también por culpa del constante atropello de sucesos sin sentido o explicación a lo largo de la película. Sí, de acuerdo, es una película de ciencia-ficción y hay que dejar cosas a la imaginación del espectador, pero estamos hablando de un género del que ciertos autores (sin ir más lejos J.J. Abrams) se aprovechan para hacer un queso gruyere a modo de guion y no dar explicación alguna. Dicho esto.
2) Hay situaciones que suceden porque sí. Porque toca, porque les apetece a los guionistas y porque la historia debe avanzar a golpetazos sin que tengan relación o causa con el centro dramático de la película. Más detalles de esto en los spoilers.
3) No tiene solidez como película individual. Esto no pasaba ni con la primera Cloverfield ni con 23 Cloverfield Lane, pues cada una resultaba solvente con el género y el tipo de película que presentaban (un mockumentary grabado cámara en mano con monstruos, terror y acción y un drama de suspense con interpretaciones magníficas, respectivamente). Sin embargo, The Cloverfield Paradox intenta ser una película sobre colisión interdimensional y acaba resultando en un caos argumental sin pies ni cabeza. ¿Quieren ver una trama mucho mejor hilada al respecto? Invito a los lectores a que vean Coherence. O Donnie Darko.
4) Rompe con el hilo general de la narrativa, y no en el buen sentido. En la primera Cloverfield nos presentan al monstruo que arrasa Nueva York y a sus compañeros. En la segunda, plantean que la invasión extraterrestre podría ser incluso a mayor escala de lo esperado. De repente arranca The Cloverfield Paradox y esperas que se explica el origen, sea directa o indirectamente, sea por deducción, por inducción o exposición directa a lo largo de la película hasta el final. Sin embargo, lo único para lo que se usa la trama "general" de Cloverfield sobre extraterrestres o posibles invasiones interdimensionales es para soltar un cliffhanger y terminar la película. Otra vez. Y esto ya es un problema, porque no estás enganchando al espectador a un universo narrativo, sino que lo estás sacando constantemente del mismo a base de mareos y de incógnitas que se muerden la cola. Más en spoilers.
5) Más a fondo, la trama dividida. ¿Por qué razón? ¿Por qué no trabajarse una trama central como Dios manda, en lugar de dar minutos y minutos y minutos a otra que no tiene esencia, principio ni final? Para, obviamente, lanzar el cliffhanger mencionado anteriormente. De verdad, es algo frustrante.
6) Quitando los sucesos que acontecen porque sí, hay situaciones que podrían haberse evitado perfectamente en la trama principal de haber pensado un poco más inteligentemente en lo que saben los personajes de la película. Admito que una película así es compleja de escribir, pero las cosas se van acumulando.
7) La sensación de haber presenciado en una película de más de hora y media algo que podría haberse resumido en treinta minutos. Porque, esencialmente, no hay un desarrollo narrativo que merezca la pena tanto tiempo. Lo dicho: el primer acto promete, la premisa es atractiva y todo se prepara para un buen suspense, pero una vez despega la película lo hace renqueando. A partir de la segunda mitad de la película esto se nota especialmente.
Y ahora a spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sala de guionistas de esta película:
– ¿Qué hacemos con el ruso?
+ ¿Ese quién era?
– El que se pica con el alemán.
+ Ah, sí. Tenemos que matarlo, ¿no?
– Esto... Vale, sí, por qué no. ¿Alguna razón?
+ Meter miedo, como si fuera Alien. Que se le meta algo en el cuerpo y salga sangre y cosas asquerosas. Un homenaje guay.
– Lo quieres matar por homenaje.
+ O lo que quieras, pero hay que ir matando gente.
– Vale, lo matamos. ¿Por alguna razón inteligible? ¿Lo mata el alemán? ¿Qué tal su doble de otra dimensión? O mejor, ¿usamos los parásitos de la primera Cloverfield? Así podemos aludir que en esta dimensión ya invadieron la Tierra y están por todas partes o...
+ Gusanos.
– ¿Cómo dices?
+ Gusanos. Mete gusanos sin dar explicaciones en una vitrina y que los regurgite todos el ruso, matándolo. Que sea asqueroso, eso vende.
– ¿Te estás escuchando?
+ ¿No te mola? ¡Alien!
– En fin... ¿Qué más hacemos?
Y lo anterior se repite con más de una cosa: el brazo perdido del insoportable irlandés (¿es suyo? ¿Es de su otro yo de otra dimensión? ¿Le está hablando este otro yo? ¿Desde dónde? ¿Por qué?), la aparición de la brújula en el estómago del ruso, el ataque del magnetismo al irlandés, la aparición del agua que ahoga a la china... ¿Alguna razón? ¿Algún sentido? Espera, ya me lo imagino.
"Suspense. Lo dejamos a la imaginación del espectador."
Es decir, se meten cosas porque sí, porque apetecen, sin conexión, sin cohesión, sin coherencia y exiges al espectador que haga todo el trabajo. ¿Es así? ¿Sí? Sí. Vale.
Ah, y meten a un Clover al final de la película. Toda la trama con el marido y la niña (¿quién es esa niña, por qué está ahí y por qué tengo la sensación de que es un plot device que nunca más volverá a aparecer?) es únicamente para este cliffhanger. ¿Razones? ¿Hilos conductores? ¿Sentido? Ninguno. No es que los monstruos alienígenas o interdimensionales sean un hilo conductor (como pasa con las dos primeras películas de Cloverfield), es que es un detalle metido tan a calzador que duele, duele mucho.
Esto en cuanto a acciones sin explicación. Luego están las dos situaciones que no tienen sentido que tengan lugar.
1) Jensen. ¿Por qué matas y disparas? ¿Por qué te vuelves Terminatrix? Se ve perfectamente que Ava puede enviar mensajes a la Tierra, y no necesitas otro acelerador de partículas, sino los resultados del mismo para producir energía. Punto. Se pueden conseguir con un disco que lleves en una nave a la Tierra, o enviando un mensaje desde la nave (cosa que hace Ava antes de volver a su Tierra original). Jensen no tiene razón alguna para matar a todo el mundo y llevarse la nave, porque ya tiene lo que quiere. Pero lo hace, porque necesitan una confrontación final manufacturada. Es increíble.
2) El sacrificio del comandante. A ver, caballero, en primer lugar vemos que hay un problema porque la nave (que va a toda leche) va a romperse en pedazos. ¿Por qué nadie propone FRENAR LA NAVE? ¿Pararla? ¿Detenerla un momento para calibrar todo correctamente? Nadie descarta que sea imposible y, sin embargo, todo el mundo está de acuerdo que el mejor curso de acción es, con la nave a toda pastilla, ir a liberar una de las secciones. Y, por supuesto, el heroico sacrificio del comandante que, POR SUPUESTO, es estadounidense. Cómo no.
Podría haber sido una película mucho más disfrutable, pero las fallas y agujeros se acumulan tanto que a uno le acaba dando dolor de cabeza al terminarla. Esta vez no han acertado, y yo que pensaba que la sorpresa de ver esta película sería de agradecer.
– ¿Qué hacemos con el ruso?
+ ¿Ese quién era?
– El que se pica con el alemán.
+ Ah, sí. Tenemos que matarlo, ¿no?
– Esto... Vale, sí, por qué no. ¿Alguna razón?
+ Meter miedo, como si fuera Alien. Que se le meta algo en el cuerpo y salga sangre y cosas asquerosas. Un homenaje guay.
– Lo quieres matar por homenaje.
+ O lo que quieras, pero hay que ir matando gente.
– Vale, lo matamos. ¿Por alguna razón inteligible? ¿Lo mata el alemán? ¿Qué tal su doble de otra dimensión? O mejor, ¿usamos los parásitos de la primera Cloverfield? Así podemos aludir que en esta dimensión ya invadieron la Tierra y están por todas partes o...
+ Gusanos.
– ¿Cómo dices?
+ Gusanos. Mete gusanos sin dar explicaciones en una vitrina y que los regurgite todos el ruso, matándolo. Que sea asqueroso, eso vende.
– ¿Te estás escuchando?
+ ¿No te mola? ¡Alien!
– En fin... ¿Qué más hacemos?
Y lo anterior se repite con más de una cosa: el brazo perdido del insoportable irlandés (¿es suyo? ¿Es de su otro yo de otra dimensión? ¿Le está hablando este otro yo? ¿Desde dónde? ¿Por qué?), la aparición de la brújula en el estómago del ruso, el ataque del magnetismo al irlandés, la aparición del agua que ahoga a la china... ¿Alguna razón? ¿Algún sentido? Espera, ya me lo imagino.
"Suspense. Lo dejamos a la imaginación del espectador."
Es decir, se meten cosas porque sí, porque apetecen, sin conexión, sin cohesión, sin coherencia y exiges al espectador que haga todo el trabajo. ¿Es así? ¿Sí? Sí. Vale.
Ah, y meten a un Clover al final de la película. Toda la trama con el marido y la niña (¿quién es esa niña, por qué está ahí y por qué tengo la sensación de que es un plot device que nunca más volverá a aparecer?) es únicamente para este cliffhanger. ¿Razones? ¿Hilos conductores? ¿Sentido? Ninguno. No es que los monstruos alienígenas o interdimensionales sean un hilo conductor (como pasa con las dos primeras películas de Cloverfield), es que es un detalle metido tan a calzador que duele, duele mucho.
Esto en cuanto a acciones sin explicación. Luego están las dos situaciones que no tienen sentido que tengan lugar.
1) Jensen. ¿Por qué matas y disparas? ¿Por qué te vuelves Terminatrix? Se ve perfectamente que Ava puede enviar mensajes a la Tierra, y no necesitas otro acelerador de partículas, sino los resultados del mismo para producir energía. Punto. Se pueden conseguir con un disco que lleves en una nave a la Tierra, o enviando un mensaje desde la nave (cosa que hace Ava antes de volver a su Tierra original). Jensen no tiene razón alguna para matar a todo el mundo y llevarse la nave, porque ya tiene lo que quiere. Pero lo hace, porque necesitan una confrontación final manufacturada. Es increíble.
2) El sacrificio del comandante. A ver, caballero, en primer lugar vemos que hay un problema porque la nave (que va a toda leche) va a romperse en pedazos. ¿Por qué nadie propone FRENAR LA NAVE? ¿Pararla? ¿Detenerla un momento para calibrar todo correctamente? Nadie descarta que sea imposible y, sin embargo, todo el mundo está de acuerdo que el mejor curso de acción es, con la nave a toda pastilla, ir a liberar una de las secciones. Y, por supuesto, el heroico sacrificio del comandante que, POR SUPUESTO, es estadounidense. Cómo no.
Podría haber sido una película mucho más disfrutable, pero las fallas y agujeros se acumulan tanto que a uno le acaba dando dolor de cabeza al terminarla. Esta vez no han acertado, y yo que pensaba que la sorpresa de ver esta película sería de agradecer.
4
19 de marzo de 2017
19 de marzo de 2017
55 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy un gran fan del trabajo de Marvel Studios. Eso, de entrada. Y precisamente por ello soy lo más exigente posible con las nuevas producciones que muestra al público: porque conozco su potencial.
Pese a ser admirador y seguidor acérrimo de la compañía y de su colosal Universo Cinematográfico, soy consciente de que su fórmula no es infalible: Iron Man 2 me resultó irregular, la primera película de Thor no me apasionó, considero que la primera temporada de Agents of S.H.I.E.L.D. tardó demasiado en ser mínimamente interesante... Aun así, tiene sus joyas: Guardianes de la Galaxia, la primera película de Iron Man, la primera Vengadores, El Soldado de Invierno, Civil War, las temporadas posteriores de Agents of S.H.I.E.L.D...
Sí, todo lo anterior puede ser debatible y podría parecer que no viene al caso, pero nada más lejos de ello porque de repente llegó Netflix y se emparejó con Marvel.
De esa fortuita unión nacieron dos vástagos preciosos llamados Daredevil y Jessica Jones: dos series absolutamente brillantes en su adaptación del mundo callejero y violento de los cómics, dos personajes principales rotos, heridos, tremendamente humanos y con debilidades, pasiones y objetivos que todo espectador atento es capaz de entender. Fueron dos series que dieron un puñetazo en la mesa para sacudir a todo el mundo y dejar claro de lo que es capaz de crear una buena adaptación de cómic.
Luke Cage llegó tropezándose un poco y amenazando la efectividad de la pareja Marvel-Netflix sin llegar a derribarla del todo. Era difícil, tras dos increíbles temporadas del Diablo Rojo de Hell's Kitchen y una sublime presentación de la Jessica Jones de la saga Alias de Brian Michael Bendis: el antagonista, en comparación con el Kingpin de Daredevil y el Kilgrave de Jessica Jones, era más endebles y se aprovechó muchísimo menos. El protagonista, además, no parecía tener una motivación tan fuerte como sus otros dos compañeros Defensores que habían llegado previamente.
A pesar de ello, la serie terminó funcionando y retratando el barrio de Harlem y al hombre con la piel indestructible de forma digna, pero nunca nos olvidaríamos del tropiezo. Tanto los fans de Marvel Studios como los del soplo de aire fresco que, supuestamente, daba Netflix al Universo Marvel, rezamos para que el cuarto Defensor, Iron Fist, se irguiese con orgullo y diese un nuevo puñetazo a la mesa y asentase unos pilares bien sólidos para el crossover con Luke Cage, Daredevil y Jessica Jones en la serie de los Defensores.
Eso, además de presentar una serie a la altura: prioridad número uno.
Y lamento desde lo más profundo de mi corazón decir que no ha sido así. Escribo estas palabras profundamente apenado tras haber terminado el último capítulo de esta desastrosa primera temporada: me encantaría poder decir que Iron Fist no solamente está a la altura de Daredevil y Jessica Jones y que supera ampliamente a Luke Cage, pero no puedo. Es increíblemente mediocre, pese a su espectacularidad y a sus aciertos en determinados campos.
No es mediocre porque, según su actor principal, "el héroe es un multimillonario blanco en la era Trump". Es un argumento absurdo.
No es medirocre porque "es una serie para fans y no para críticos". Es la enésima vez que veo esta excusa para justificar un trabajo absolutamente por debajo de su potencial (sí, te miro a ti Escuadró Suicida), y no nos engañan: los fans, el público casual y, especialmente, los cinéfilos TAMBIÉN somos críticos.
No es mediocre por cuestiones raciales y, francamente, caer en el uso de este argumento es una trampa sin salida:
> El héroe es blanco: racismo, clásica supremacía blanca que debe salvar a los orientales que son peores que él.
> El héroe es oriental: racismo, clásico estereotipo y cliché de que todos los asiáticos deben saber artes marciales.
Como pueden comprobar, el anterior argumento es inútil sin perspectiva: Iron Fist nació en la época de la macro-explotación del Kung-Fu en series y películas y en la serie ni se sobrevaloran las capacidades de Danny Rand ni se infravaloran las de sus compañeros. A pesar de la buena ambientación, la música, el plantel actoral (sublime) y el rodaje de escenas de acción (pulcro, creíble y muy distinto de lo visto en Daredevil), la serie se queda en la mediocridad.
¿Quieren saber por qué? Muy bien, lo haré en los spoilers aquí abajo.
Pese a ser admirador y seguidor acérrimo de la compañía y de su colosal Universo Cinematográfico, soy consciente de que su fórmula no es infalible: Iron Man 2 me resultó irregular, la primera película de Thor no me apasionó, considero que la primera temporada de Agents of S.H.I.E.L.D. tardó demasiado en ser mínimamente interesante... Aun así, tiene sus joyas: Guardianes de la Galaxia, la primera película de Iron Man, la primera Vengadores, El Soldado de Invierno, Civil War, las temporadas posteriores de Agents of S.H.I.E.L.D...
Sí, todo lo anterior puede ser debatible y podría parecer que no viene al caso, pero nada más lejos de ello porque de repente llegó Netflix y se emparejó con Marvel.
De esa fortuita unión nacieron dos vástagos preciosos llamados Daredevil y Jessica Jones: dos series absolutamente brillantes en su adaptación del mundo callejero y violento de los cómics, dos personajes principales rotos, heridos, tremendamente humanos y con debilidades, pasiones y objetivos que todo espectador atento es capaz de entender. Fueron dos series que dieron un puñetazo en la mesa para sacudir a todo el mundo y dejar claro de lo que es capaz de crear una buena adaptación de cómic.
Luke Cage llegó tropezándose un poco y amenazando la efectividad de la pareja Marvel-Netflix sin llegar a derribarla del todo. Era difícil, tras dos increíbles temporadas del Diablo Rojo de Hell's Kitchen y una sublime presentación de la Jessica Jones de la saga Alias de Brian Michael Bendis: el antagonista, en comparación con el Kingpin de Daredevil y el Kilgrave de Jessica Jones, era más endebles y se aprovechó muchísimo menos. El protagonista, además, no parecía tener una motivación tan fuerte como sus otros dos compañeros Defensores que habían llegado previamente.
A pesar de ello, la serie terminó funcionando y retratando el barrio de Harlem y al hombre con la piel indestructible de forma digna, pero nunca nos olvidaríamos del tropiezo. Tanto los fans de Marvel Studios como los del soplo de aire fresco que, supuestamente, daba Netflix al Universo Marvel, rezamos para que el cuarto Defensor, Iron Fist, se irguiese con orgullo y diese un nuevo puñetazo a la mesa y asentase unos pilares bien sólidos para el crossover con Luke Cage, Daredevil y Jessica Jones en la serie de los Defensores.
Eso, además de presentar una serie a la altura: prioridad número uno.
Y lamento desde lo más profundo de mi corazón decir que no ha sido así. Escribo estas palabras profundamente apenado tras haber terminado el último capítulo de esta desastrosa primera temporada: me encantaría poder decir que Iron Fist no solamente está a la altura de Daredevil y Jessica Jones y que supera ampliamente a Luke Cage, pero no puedo. Es increíblemente mediocre, pese a su espectacularidad y a sus aciertos en determinados campos.
No es mediocre porque, según su actor principal, "el héroe es un multimillonario blanco en la era Trump". Es un argumento absurdo.
No es medirocre porque "es una serie para fans y no para críticos". Es la enésima vez que veo esta excusa para justificar un trabajo absolutamente por debajo de su potencial (sí, te miro a ti Escuadró Suicida), y no nos engañan: los fans, el público casual y, especialmente, los cinéfilos TAMBIÉN somos críticos.
No es mediocre por cuestiones raciales y, francamente, caer en el uso de este argumento es una trampa sin salida:
> El héroe es blanco: racismo, clásica supremacía blanca que debe salvar a los orientales que son peores que él.
> El héroe es oriental: racismo, clásico estereotipo y cliché de que todos los asiáticos deben saber artes marciales.
Como pueden comprobar, el anterior argumento es inútil sin perspectiva: Iron Fist nació en la época de la macro-explotación del Kung-Fu en series y películas y en la serie ni se sobrevaloran las capacidades de Danny Rand ni se infravaloran las de sus compañeros. A pesar de la buena ambientación, la música, el plantel actoral (sublime) y el rodaje de escenas de acción (pulcro, creíble y muy distinto de lo visto en Daredevil), la serie se queda en la mediocridad.
¿Quieren saber por qué? Muy bien, lo haré en los spoilers aquí abajo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1) El protagonista es insoportable y se mueve sin un objetivo claro.
- Primero se trata de su familia que perdió en el pasado.
- Pero luego se trata de su compañía y de su legado.
- Luego se trata de su destino como el Iron Fist
- Luego se trata de su relación con sus amigos de la infancia y en quién o no puede confiar.
- Luego en su pulsión como potencial héroe en Nueva York.
A ver: si todo esto cristalizara en una VERDADERA motivación para Danny Rand a lo largo de los 13 capítulos, atando todos los objetivos del personaje, entonces tendría sentido. Pero simplemente no lo tiene: Iron Fist se reduce a un tío enfadado que nunca sabe lo que quiere, no determina una motivación clara para su historia y en casi 13 horas de desarrollo de trama no son capaces de aclararlo mínimamente. Debería darles vergüenza de entrada.
2) La trama nunca cierra cabos:
- Hay una organización en la sombra muy peligrosa, pero dejemos eso para más tarde que vamos a hablar del trauma del avión.
- Sin embargo, dejemos lo del avión y pongamos un par de peleas y de flashbacks porque tenemos que mostrar luchas y artes marciales.
- Pero no nos quedemos mucho en ello y vayamos de vuelta a la familia y a la empresa de Rand, que esto también es una crítica a las grandes corporaciones.
- Ah, pero esto puede aburrir a la audiencia, volvamos a la organización en la sombra...
¿Me van comprendiendo?
Van de un sitio para otro, pero nunca cierran una trama correctamente, no dan tiempo ni ritmo a que todas cuajen entre sí y en su lugar acaban todas atropelladas en su resolución. De hecho, ¡algunas ni siquiera se resuelven! No, no vale la excusa de "pero es que seguro que se resuelve en la serie de los Defensores", porque eso únicamente denota pereza para escribir algo con sentido y solidez.
3) No hay fuerza antagonista definida. ¿Cuál es el obstáculo del protagonista? Si partes de un protagonista sin objetivo definido poco puedes hacer, pero es que además de ello nunca sabremos cuál es el verdadero desafío:
- ¿Es un culto en las sombras? ¿La Mano? ¿Cuál de ellas, la mala o la peor?
- ¿Son sus antiguos amigos? ¿Su nueva amiga?
- ¿Su empresa? ¿Su monasterio donde entrenó?
- ¿Es él mismo? ¿Todo a la vez?
- ¿Nada?
Nada
En eso se queda Iron Fist.
Mucha espectacularidad a ratos, gran representación del poder del Puño de Hierro, grandes actuaciones, suculentos aperitivos en forma de retazos de tramas, historias y personajes que podrían haber funcionado muchísimo mejor... Un regusto amargo se me queda en la boca al pensar en todo ello y saber que podría haber sido algo emocionante y espectacular. Sin embargo, y encima de todo lo anterior, salgo de la serie con el peor final que he visto de todo Marvel Studios.
Me duele.
- Primero se trata de su familia que perdió en el pasado.
- Pero luego se trata de su compañía y de su legado.
- Luego se trata de su destino como el Iron Fist
- Luego se trata de su relación con sus amigos de la infancia y en quién o no puede confiar.
- Luego en su pulsión como potencial héroe en Nueva York.
A ver: si todo esto cristalizara en una VERDADERA motivación para Danny Rand a lo largo de los 13 capítulos, atando todos los objetivos del personaje, entonces tendría sentido. Pero simplemente no lo tiene: Iron Fist se reduce a un tío enfadado que nunca sabe lo que quiere, no determina una motivación clara para su historia y en casi 13 horas de desarrollo de trama no son capaces de aclararlo mínimamente. Debería darles vergüenza de entrada.
2) La trama nunca cierra cabos:
- Hay una organización en la sombra muy peligrosa, pero dejemos eso para más tarde que vamos a hablar del trauma del avión.
- Sin embargo, dejemos lo del avión y pongamos un par de peleas y de flashbacks porque tenemos que mostrar luchas y artes marciales.
- Pero no nos quedemos mucho en ello y vayamos de vuelta a la familia y a la empresa de Rand, que esto también es una crítica a las grandes corporaciones.
- Ah, pero esto puede aburrir a la audiencia, volvamos a la organización en la sombra...
¿Me van comprendiendo?
Van de un sitio para otro, pero nunca cierran una trama correctamente, no dan tiempo ni ritmo a que todas cuajen entre sí y en su lugar acaban todas atropelladas en su resolución. De hecho, ¡algunas ni siquiera se resuelven! No, no vale la excusa de "pero es que seguro que se resuelve en la serie de los Defensores", porque eso únicamente denota pereza para escribir algo con sentido y solidez.
3) No hay fuerza antagonista definida. ¿Cuál es el obstáculo del protagonista? Si partes de un protagonista sin objetivo definido poco puedes hacer, pero es que además de ello nunca sabremos cuál es el verdadero desafío:
- ¿Es un culto en las sombras? ¿La Mano? ¿Cuál de ellas, la mala o la peor?
- ¿Son sus antiguos amigos? ¿Su nueva amiga?
- ¿Su empresa? ¿Su monasterio donde entrenó?
- ¿Es él mismo? ¿Todo a la vez?
- ¿Nada?
Nada
En eso se queda Iron Fist.
Mucha espectacularidad a ratos, gran representación del poder del Puño de Hierro, grandes actuaciones, suculentos aperitivos en forma de retazos de tramas, historias y personajes que podrían haber funcionado muchísimo mejor... Un regusto amargo se me queda en la boca al pensar en todo ello y saber que podría haber sido algo emocionante y espectacular. Sin embargo, y encima de todo lo anterior, salgo de la serie con el peor final que he visto de todo Marvel Studios.
Me duele.

4.7
38,492
3
8 de agosto de 2016
8 de agosto de 2016
40 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Normalmente escucho que las películas adaptadas de cómics (Marvel y DC concretamente) son malas. Salvo contadas excepciones se asume que, a menos que seas un espectador casual, un fanboy/fangirl del género o un hardcore de los cómics, estas películas van a resultar siempre el mismo cuento. Este año existía tenía la oportunidad de dar un giro de tuerca absoluto con dos películas en concreto. La primera, Deadpool, cosechó un gran éxito y se encumbró como ejemplo de algo que se distanciaba radicalmente de lo esperable en el género. ¿Resulta mejorable? Sí, pero ahí apareció como un aperitivo más que suculento antes de la llegada de la gallina de los huevos de oro.
Lo que debería haber sido Suicide Squad, vamos.
Situación: eres el director (y guionista, ojo) de Suicide Squad y tienes como protagonistas a un grupo de psicópatas, criminales, asesinos y demás calaña para, literalmente, destrozar todos los esquemas del público (en el buen sentido, obviamente). A esos protagonistas se les asigna un reparto de INFARTO, se suma una fase de publicidad alucinante, un márketing espléndido y una banda sonora llena de temazos a reventar. Tienes al público en el bolsillo desde que sale el primer tráiler (en Halloween proliferaron los Jokers y las Harleys), las redes sociales llenas de hashtags, menciones, retuits, reblogs y demás neologismos. Tienes todo a tu favor.
Y la cagas. Bien cagada.
Metes la pata de forma tan profunda que un amante del cine (y alguien muy crítico con este tipo de películas y de su potencial) se lleva las manos a la cabeza durante varios días sin saber qué decir al respecto de lo que has convertido con todas esas herramientas. Tanta anticipación, tantos meses, tantos teasers, tanto material, tantas posibilidades... Y todas y cada una de ellas a la basura. Claro, luego entra uno a las redes para ver qué dice la gente y observa que por un lado están las personas erre que erre con la matraquilla de "otra más de superhéroes". Por el otro, están los individuos que deciden defender la película con el brillante argumento de "Marvel es de niños".
Como si ser fan implicase decantarse por un bando como si esto fuera Civil War. Hagan el favor.
La peli es mediocre. Lo digo ya, y lo digo porque esta crítica no profesional está fundada en una opinión meditada desde hace varios días. No es buena, tampoco es mala.
Peor: es un bajón.
Es un plato que prometía un sabor innovador y que finalmente resulta ser la misma jodida hamburguesa de la esquina, la que llevas comiendo desde que eras un crío y que estás harto de comer pese a que rellene tu estómago. No lo aceptas.
¿Mis razones?
PERSONAJES: Un reparto coral no es fácil de manejar, pero puede conseguirse si se da la suficiente importancia y profundidad a la historia de cada uno. Aquí se salvan únicamente Deadshot (Will Smith) y Amanda Waller (Viola Davis), que resultan solventes aunque nada extraordinario. El resto del reparto, que tiene un talento espectacular, es desaprovechado hasta decir basta: la complejidad psicológica de Harley Quinn (Margot Robbie, espléndida dentro de lo que cabe) se desecha en favor de pura superficialidad, la construcción de Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje) es inexistente, Boomerang (Jay Courtney) parece que fue invitado a la película a última hora, Rick Flagg (Joel Kinnaman) es parte del decorado, Diablo (Jay Hernandez) tiene una de las mejores historias y se cuenta de absoluta pasada sin hacer que nos importe en absoluto, Katana (Karen Fukuhara) pasea por ahí con su espada y soltando dos frases en japonés, Enchantress (Cara Delevingne) está metida a calzador de forma dolorosa y Slipknot (Adam Beach) es... Frustrante.
VILLANOS: La amenaza principal es malévola, y punto. ¿Buscas razones? No las hay: son malos, son muy fuertes y hay que acabar con ellos porque quieren destruir el planeta. Porque no hemos visto nunca unos villanos con semejante trasfondo, jamás en la historia del género. Los miras y dices "va, son malos". Y a otra cosa mariposa, no te implicas: no te importa. Así que intentas agarrarte a un clavo ardiendo que era posiblemente el mayor atractivo de toda la película: el Joker de Jared Leto. Es ahí donde surge una sed de sangre hacia la persona que cortó y editó la película, y en especial hacia el guionista que decidió meter al mejor villano de la historia del cómic (alto y claro, que se oiga) como un tipo que está ahí de paso. Sin más. Como precedente estaba el Joker de Heath Ledger, posiblemente el más reconocido de la historia después del de Mark Hamill, que tuvo oportunidad de brillar a lo largo y ancho de "El Caballero Oscuro" de Christopher Nolan. Y vas y le das a Jared Leto (intérprete con un talento abrumador) 10 minutos en el corte final de la película. Y de esos 10 minutos, dejas que aparezca de forma seguida 30 segundos antes de cortar y pasar a otra cosa dando la sensación que estás viendo a un macarra de segundo esperpéntico y sin sentido. Sin peligro, sin amenazas, sin nada que caracteriza al Joker. Destruyes un icono.
Y así es como destruyes una película: quitándole el alma. Si no tienes personajes con motivación y trasfondo con los que identificarte ni obstáculos desafiantes que rompan con lo establecido en el género... ¿Cómo pretendes entonces que "Suicide Squad" dé una lección al mundo entero?
No puedes. Y punto.
Decepción, amigos, decepción...
Lo que debería haber sido Suicide Squad, vamos.
Situación: eres el director (y guionista, ojo) de Suicide Squad y tienes como protagonistas a un grupo de psicópatas, criminales, asesinos y demás calaña para, literalmente, destrozar todos los esquemas del público (en el buen sentido, obviamente). A esos protagonistas se les asigna un reparto de INFARTO, se suma una fase de publicidad alucinante, un márketing espléndido y una banda sonora llena de temazos a reventar. Tienes al público en el bolsillo desde que sale el primer tráiler (en Halloween proliferaron los Jokers y las Harleys), las redes sociales llenas de hashtags, menciones, retuits, reblogs y demás neologismos. Tienes todo a tu favor.
Y la cagas. Bien cagada.
Metes la pata de forma tan profunda que un amante del cine (y alguien muy crítico con este tipo de películas y de su potencial) se lleva las manos a la cabeza durante varios días sin saber qué decir al respecto de lo que has convertido con todas esas herramientas. Tanta anticipación, tantos meses, tantos teasers, tanto material, tantas posibilidades... Y todas y cada una de ellas a la basura. Claro, luego entra uno a las redes para ver qué dice la gente y observa que por un lado están las personas erre que erre con la matraquilla de "otra más de superhéroes". Por el otro, están los individuos que deciden defender la película con el brillante argumento de "Marvel es de niños".
Como si ser fan implicase decantarse por un bando como si esto fuera Civil War. Hagan el favor.
La peli es mediocre. Lo digo ya, y lo digo porque esta crítica no profesional está fundada en una opinión meditada desde hace varios días. No es buena, tampoco es mala.
Peor: es un bajón.
Es un plato que prometía un sabor innovador y que finalmente resulta ser la misma jodida hamburguesa de la esquina, la que llevas comiendo desde que eras un crío y que estás harto de comer pese a que rellene tu estómago. No lo aceptas.
¿Mis razones?
PERSONAJES: Un reparto coral no es fácil de manejar, pero puede conseguirse si se da la suficiente importancia y profundidad a la historia de cada uno. Aquí se salvan únicamente Deadshot (Will Smith) y Amanda Waller (Viola Davis), que resultan solventes aunque nada extraordinario. El resto del reparto, que tiene un talento espectacular, es desaprovechado hasta decir basta: la complejidad psicológica de Harley Quinn (Margot Robbie, espléndida dentro de lo que cabe) se desecha en favor de pura superficialidad, la construcción de Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje) es inexistente, Boomerang (Jay Courtney) parece que fue invitado a la película a última hora, Rick Flagg (Joel Kinnaman) es parte del decorado, Diablo (Jay Hernandez) tiene una de las mejores historias y se cuenta de absoluta pasada sin hacer que nos importe en absoluto, Katana (Karen Fukuhara) pasea por ahí con su espada y soltando dos frases en japonés, Enchantress (Cara Delevingne) está metida a calzador de forma dolorosa y Slipknot (Adam Beach) es... Frustrante.
VILLANOS: La amenaza principal es malévola, y punto. ¿Buscas razones? No las hay: son malos, son muy fuertes y hay que acabar con ellos porque quieren destruir el planeta. Porque no hemos visto nunca unos villanos con semejante trasfondo, jamás en la historia del género. Los miras y dices "va, son malos". Y a otra cosa mariposa, no te implicas: no te importa. Así que intentas agarrarte a un clavo ardiendo que era posiblemente el mayor atractivo de toda la película: el Joker de Jared Leto. Es ahí donde surge una sed de sangre hacia la persona que cortó y editó la película, y en especial hacia el guionista que decidió meter al mejor villano de la historia del cómic (alto y claro, que se oiga) como un tipo que está ahí de paso. Sin más. Como precedente estaba el Joker de Heath Ledger, posiblemente el más reconocido de la historia después del de Mark Hamill, que tuvo oportunidad de brillar a lo largo y ancho de "El Caballero Oscuro" de Christopher Nolan. Y vas y le das a Jared Leto (intérprete con un talento abrumador) 10 minutos en el corte final de la película. Y de esos 10 minutos, dejas que aparezca de forma seguida 30 segundos antes de cortar y pasar a otra cosa dando la sensación que estás viendo a un macarra de segundo esperpéntico y sin sentido. Sin peligro, sin amenazas, sin nada que caracteriza al Joker. Destruyes un icono.
Y así es como destruyes una película: quitándole el alma. Si no tienes personajes con motivación y trasfondo con los que identificarte ni obstáculos desafiantes que rompan con lo establecido en el género... ¿Cómo pretendes entonces que "Suicide Squad" dé una lección al mundo entero?
No puedes. Y punto.
Decepción, amigos, decepción...
3
23 de diciembre de 2019
23 de diciembre de 2019
37 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Asuman las consecuencias.
Entiendo que el episodio VIII (Los últimos Jedi) no fuera plato de gusto para todo el mundo. El guion no era, ni de lejos, una maravilla argumental ni una estructura dramática sin fisuras. Sin embargo, para los estándares de la saga siempre, SIEMPRE, diré que es una película con una valentía que ya le gustaría tener a los otros dos episodios de esta saga (especialmente el que estoy comentando en esta crítica). Rian Johnson tuvo sus pifias con su episodio de la saga, pero la película no fue mala en absoluto. Tuvo unas cuantas escenas buenas y plantó varias semillas para hacer progresar la saga hacia caminos que habría sido interesante explorar:
- Que la galaxia no es meramente un choque Resistencia vs Imperio. Hay intereses políticos, sociales y económicos para que la guerra siga siendo rentable e interesante para las élites, y todo va mucho más allá de un simple cuento del bien y del mal. Es una bocanada de realidad muy necesaria para una saga tan importante para la cultura pop como es Star Wars.
- Que el mal y el bien son conceptos tan relativos como la suma de valores que pueda defender un personaje. Kylo Ren es el héroe de su propia historia, ascendiendo a Líder Supremo porque se consideraba el más apto para liderar el universo. Luke creía estar haciendo lo correcto cuando, obcecado en evitar el ascenso de otro Darth Vader, casi se deja consumir por el lado luminoso y comete un grave error. Todo indicaba que la clave de esta nueva saga no debía haber sido un Luz vs Oscuridad, sino el camino al equilibrio con Rey como estandarte para ello (Jedis grises, por Dios).
- Que el nepotismo es cosa de humanos, y no de la Fuerza. La Fuerza no selecciona a los más aptos con base en la sangre, sino que es una energía de equilibrio universal, de vida, y por lo tanto es completamente democrática (amén de ese simbólico plano final de un niño usándola sin complicaciones, soñando con ser libre algún día).
Y sí, también que los héroes pueden errar y que las leyendas tienen normalmente a gente, humana e imperfecta, tras las mismas. ¿Ven la lista que acabo de hacer? Pues J.J. Abrams, a las órdenes de Kathleen Kennedy, la anotaron en un papel, hicieron una bola y la tiraron al incinerador. Fueron conscientes de las quejas, vaya que lo fueron. Y también se fijaron en la campaña organizada de acoso a través de Internet, en el sabotaje sistemático de todo lo que tuviera que ver con Star Wars, en los miles de vídeos de más de 2 horas de gente arremetiendo contra The Last Jedi con argumentos tan contundentes como "nos quieren colar feminismo". Tomaron nota de todo.
Nada de novedades.
Olvidémonos de innovar.
Y hagamos, por todos los medios, que los fans y el público olviden completamente el episodio VIII volviéndolo completamente irrelevante. En lugar de apostar por talentos como el de Colin Trevorrow, vayamos a lo más seguro.
Así que enhorabuena, Lucasfilms, y enhorabuena, "fans de toda la vida". Aquí tenemos el resultado: el fan fiction más largo y caro de la historia del cine. Todo se lleva por "lo seguro", bien masticadito, explicado y reconocible: un parche del episodio V por aquí, un calco absoluto del episodio VI por allá, muchos arreglos del episodio VIII... Voilà, ya tenemos "El ascenso de Skywalker".
¿Ese submundo de la élite de la guerra, que explicaría por qué las guerras nunca terminan? Nada, nada, si al final todo es cosa de Palpatine. Sustituyamos un elemento orgánico de la trama por un DEUS EX MACHINA de primero de guion de cine.
¿Se acuerdan de lo relativo que podía ser el mal y el bien? Pues mira, no, resulta que el malo principal es muy malo porque sí, y los buenos son muy buenos porque sí. Nada de desarrollo dramático, ninguna catarsis, ningún tipo de evolución dramática. Volvemos a las polaridades absurdas.
¿Y eso de que la Fuerza no es propiedad de pocas familias? Qué buena broma. Ahora todo tiene que ver, una vez más, con la sangre y el apellido.
Con los pilares argumentales bien destrozados, añadimos personajes secundarios perfectamente intercambiables, situaciones (con muy buena cinematografía, eso sí) vacías de alma, chispa y gracia y un argumento completamente esperable de lo mucho que intenta complacer a los fans (más que contar una buena historia) y aquí tenemos lo que todos querían. Un final de fiesta que quiere complacer a todo el mundo y hacer pasta.
Asuman las consecuencias, todo el mundo. Los que se quejaron rayando el punto del acoso y la obsesión cibernauta. Los ejecutivos que se acobardaron y sacaron una película mediocre. Esto es lo que sucede cuando castigas la creatividad de forma inclemente.
Entiendo que el episodio VIII (Los últimos Jedi) no fuera plato de gusto para todo el mundo. El guion no era, ni de lejos, una maravilla argumental ni una estructura dramática sin fisuras. Sin embargo, para los estándares de la saga siempre, SIEMPRE, diré que es una película con una valentía que ya le gustaría tener a los otros dos episodios de esta saga (especialmente el que estoy comentando en esta crítica). Rian Johnson tuvo sus pifias con su episodio de la saga, pero la película no fue mala en absoluto. Tuvo unas cuantas escenas buenas y plantó varias semillas para hacer progresar la saga hacia caminos que habría sido interesante explorar:
- Que la galaxia no es meramente un choque Resistencia vs Imperio. Hay intereses políticos, sociales y económicos para que la guerra siga siendo rentable e interesante para las élites, y todo va mucho más allá de un simple cuento del bien y del mal. Es una bocanada de realidad muy necesaria para una saga tan importante para la cultura pop como es Star Wars.
- Que el mal y el bien son conceptos tan relativos como la suma de valores que pueda defender un personaje. Kylo Ren es el héroe de su propia historia, ascendiendo a Líder Supremo porque se consideraba el más apto para liderar el universo. Luke creía estar haciendo lo correcto cuando, obcecado en evitar el ascenso de otro Darth Vader, casi se deja consumir por el lado luminoso y comete un grave error. Todo indicaba que la clave de esta nueva saga no debía haber sido un Luz vs Oscuridad, sino el camino al equilibrio con Rey como estandarte para ello (Jedis grises, por Dios).
- Que el nepotismo es cosa de humanos, y no de la Fuerza. La Fuerza no selecciona a los más aptos con base en la sangre, sino que es una energía de equilibrio universal, de vida, y por lo tanto es completamente democrática (amén de ese simbólico plano final de un niño usándola sin complicaciones, soñando con ser libre algún día).
Y sí, también que los héroes pueden errar y que las leyendas tienen normalmente a gente, humana e imperfecta, tras las mismas. ¿Ven la lista que acabo de hacer? Pues J.J. Abrams, a las órdenes de Kathleen Kennedy, la anotaron en un papel, hicieron una bola y la tiraron al incinerador. Fueron conscientes de las quejas, vaya que lo fueron. Y también se fijaron en la campaña organizada de acoso a través de Internet, en el sabotaje sistemático de todo lo que tuviera que ver con Star Wars, en los miles de vídeos de más de 2 horas de gente arremetiendo contra The Last Jedi con argumentos tan contundentes como "nos quieren colar feminismo". Tomaron nota de todo.
Nada de novedades.
Olvidémonos de innovar.
Y hagamos, por todos los medios, que los fans y el público olviden completamente el episodio VIII volviéndolo completamente irrelevante. En lugar de apostar por talentos como el de Colin Trevorrow, vayamos a lo más seguro.
Así que enhorabuena, Lucasfilms, y enhorabuena, "fans de toda la vida". Aquí tenemos el resultado: el fan fiction más largo y caro de la historia del cine. Todo se lleva por "lo seguro", bien masticadito, explicado y reconocible: un parche del episodio V por aquí, un calco absoluto del episodio VI por allá, muchos arreglos del episodio VIII... Voilà, ya tenemos "El ascenso de Skywalker".
¿Ese submundo de la élite de la guerra, que explicaría por qué las guerras nunca terminan? Nada, nada, si al final todo es cosa de Palpatine. Sustituyamos un elemento orgánico de la trama por un DEUS EX MACHINA de primero de guion de cine.
¿Se acuerdan de lo relativo que podía ser el mal y el bien? Pues mira, no, resulta que el malo principal es muy malo porque sí, y los buenos son muy buenos porque sí. Nada de desarrollo dramático, ninguna catarsis, ningún tipo de evolución dramática. Volvemos a las polaridades absurdas.
¿Y eso de que la Fuerza no es propiedad de pocas familias? Qué buena broma. Ahora todo tiene que ver, una vez más, con la sangre y el apellido.
Con los pilares argumentales bien destrozados, añadimos personajes secundarios perfectamente intercambiables, situaciones (con muy buena cinematografía, eso sí) vacías de alma, chispa y gracia y un argumento completamente esperable de lo mucho que intenta complacer a los fans (más que contar una buena historia) y aquí tenemos lo que todos querían. Un final de fiesta que quiere complacer a todo el mundo y hacer pasta.
Asuman las consecuencias, todo el mundo. Los que se quejaron rayando el punto del acoso y la obsesión cibernauta. Los ejecutivos que se acobardaron y sacaron una película mediocre. Esto es lo que sucede cuando castigas la creatividad de forma inclemente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- Empieza la película: EL EMPERADOR HA VUELTO. ¿Explicamos cómo sobrevivió? No. Imagínatelo. Igual era un clon en el episodio VI, igual que Snoke. Da igual, no preguntes, lo que importa es que, de la nada, pretenden que el regreso del Emperador es algo que venía anunciado desde el principio de la saga. Repito: DEUS EX MACHINA.
- Leia era una Jedi que tenía tal nivel que era capaz de vencer en duelo a Luke. Decidió dejar de serlo. ¿Por qué? Porque sí. Porque el guion lo requiere. Eh, pero ahora por lo menos han explicado por qué sobrevive en el espacio en la película anterior, ¿no? Venga, cambiamos una escena torpemente hecha por una incoherencia aún mayor.
- Kylo Ren, villano con una complejidad y un desarrollo dramático interesantísimos, deshace su recorrido en 5 minutos y hace un giro de 180 grados con una sola escena. Una. Sola. Escena. Pasa de ser Kylo Ren a ser Ben Solo en cuestión de segundos, de la forma más forzada posible.
- Ahora resulta que, mientras el Imperio tardó AÑOS en crear dos Estrellas de la Muerte, y mientras la Primera Orden tardó lo mismo en construir la Starkiller... El Emperador tiene centenas de cruceros estelares, y cada uno puede destruir planetas. ¿En qué momento? ¿Con qué recursos? ¿Y por qué no los sacó antes? ¿Por qué ahora? ¿Qué sentido tiene? El que quiera darle Abrams, como con todo lo demás.
- Los Jedi ahora curan heridas que antes eran consideradas mortales. Qué bien le habría venido a Obi-Wan saber este truco en el episodio I de la saga, ¿verdad? Y el poder de curación es... Curioso. Para curar a una serpiente apenas hay esfuerzo. Para regenerar órganos internos dañados por un sable láser, no parece haber consecuencias. Para traer de vuelta a la vida, no hay una consecuencia palpable hasta que... Oh sí, la otra persona muere. ¿No estaba canalizando la propia Fuerza? ¿O es que este nuevo poder es, una vez más, un recurso del guionista que no quiere pensar? Venga, seguimos.
- En la línea de "No sabemos qué escribir, así que lo explicamos inventándonos cosas que hace la Fuerza", presentamos a dos guerreros enviándose objetos materiales a través del espacio y también peleándose a distancia. Y, para rematar, tenemos a un Emperador que aumenta su poder hasta el punto de poder ANIQUILAR a la flota rebelde con sus rayos... Pero no puede con un sable láser empuñado por una Jedi. Una Jedi que, con el poder de la amistad, agarra OTRO sable láser y... Vence al omnipotente viejo oscuro. Sí, por el poder de la amistad. Así vence a Palpatine.
- ¿Se acuerdan de Rose? Personaje que prometía ser uno de los personajes con más espíritu de la Resistencia. Pues como varios fans la odian de forma irracional, simplemente la relegamos a segundo plano.
- ¿Qué aporta Finn? No, en serio, él y Poe, ¿qué aportan a TODA la película?
- Leia envía su voz con la fuerza para hablar con su hijo, algo ya establecido en anteriores películas, y MUERE. Así de sencillo: muere por enviar su voz con la Fuerza. Entiendo que Carrie Fisher falleció y que tenía escenas rodadas, pero POR EL AMOR DE DIOS, ¿esto qué es?
- Voy terminando con el chocheo de Palpatine. Primero quiere a Rey muerta. Luego la quiere viva. Luego quiere que le mate a él con odio del lado oscuro. Luego resulta que lo único que necesitaba era absorber su poder. Luego empuja a Ben Solo a un abismo, pero no a Rey. Y así, y con todo lo demás, se solidifica el hecho de que es un grandísimo deus ex machina sin ningún sentido o coherencia.
- Leia era una Jedi que tenía tal nivel que era capaz de vencer en duelo a Luke. Decidió dejar de serlo. ¿Por qué? Porque sí. Porque el guion lo requiere. Eh, pero ahora por lo menos han explicado por qué sobrevive en el espacio en la película anterior, ¿no? Venga, cambiamos una escena torpemente hecha por una incoherencia aún mayor.
- Kylo Ren, villano con una complejidad y un desarrollo dramático interesantísimos, deshace su recorrido en 5 minutos y hace un giro de 180 grados con una sola escena. Una. Sola. Escena. Pasa de ser Kylo Ren a ser Ben Solo en cuestión de segundos, de la forma más forzada posible.
- Ahora resulta que, mientras el Imperio tardó AÑOS en crear dos Estrellas de la Muerte, y mientras la Primera Orden tardó lo mismo en construir la Starkiller... El Emperador tiene centenas de cruceros estelares, y cada uno puede destruir planetas. ¿En qué momento? ¿Con qué recursos? ¿Y por qué no los sacó antes? ¿Por qué ahora? ¿Qué sentido tiene? El que quiera darle Abrams, como con todo lo demás.
- Los Jedi ahora curan heridas que antes eran consideradas mortales. Qué bien le habría venido a Obi-Wan saber este truco en el episodio I de la saga, ¿verdad? Y el poder de curación es... Curioso. Para curar a una serpiente apenas hay esfuerzo. Para regenerar órganos internos dañados por un sable láser, no parece haber consecuencias. Para traer de vuelta a la vida, no hay una consecuencia palpable hasta que... Oh sí, la otra persona muere. ¿No estaba canalizando la propia Fuerza? ¿O es que este nuevo poder es, una vez más, un recurso del guionista que no quiere pensar? Venga, seguimos.
- En la línea de "No sabemos qué escribir, así que lo explicamos inventándonos cosas que hace la Fuerza", presentamos a dos guerreros enviándose objetos materiales a través del espacio y también peleándose a distancia. Y, para rematar, tenemos a un Emperador que aumenta su poder hasta el punto de poder ANIQUILAR a la flota rebelde con sus rayos... Pero no puede con un sable láser empuñado por una Jedi. Una Jedi que, con el poder de la amistad, agarra OTRO sable láser y... Vence al omnipotente viejo oscuro. Sí, por el poder de la amistad. Así vence a Palpatine.
- ¿Se acuerdan de Rose? Personaje que prometía ser uno de los personajes con más espíritu de la Resistencia. Pues como varios fans la odian de forma irracional, simplemente la relegamos a segundo plano.
- ¿Qué aporta Finn? No, en serio, él y Poe, ¿qué aportan a TODA la película?
- Leia envía su voz con la fuerza para hablar con su hijo, algo ya establecido en anteriores películas, y MUERE. Así de sencillo: muere por enviar su voz con la Fuerza. Entiendo que Carrie Fisher falleció y que tenía escenas rodadas, pero POR EL AMOR DE DIOS, ¿esto qué es?
- Voy terminando con el chocheo de Palpatine. Primero quiere a Rey muerta. Luego la quiere viva. Luego quiere que le mate a él con odio del lado oscuro. Luego resulta que lo único que necesitaba era absorber su poder. Luego empuja a Ben Solo a un abismo, pero no a Rey. Y así, y con todo lo demás, se solidifica el hecho de que es un grandísimo deus ex machina sin ningún sentido o coherencia.
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