Empecé esta película esperando una historia dramática y oscura a más no poder, y me encontré con una disparatada historia que me hizo reírme a carcajadas en más de una ocasión.

Los personajes no tienen desperdicio, y el humor ácido mezclado con el drama interno me parecieron una fusión muy acertada.
Hay giros totalmente inesperados, y que me dejaron un poco confusa, pero claro, ¿qué podemos esperar de una película en la que su protagonista se planta con un vestido de alta costura en un pueblo que parece sacado de la sabana africana?

Surrealismo y originalidad en estado puro. Una película que sin duda recomiendo.

No soy fan ni de la ciencia ficción, ni del tema universo, ni de los robots, ni de nada de lo que tiene esta película. Excepto Matthew McConaughey.
Dicho esto, se comprende que mis expectativas eran bastante bajas. Pues bien, he terminado llorando como una magdalena y aplaudiendo mentalmente.
En la parte técnica, me he quedado como se quedan las vacas viendo el tren pasar. No me he enterado de absolutamente nada. Pero ahí está la magia, que no hace falta entender de agujeros negros y gravedades para disfrutar al 100% de esta película.
Me ha tenido las tres horas que dura casi sin parpadear. Y vuelvo a recalcar que es un género que no me atrae en absoluto.
Es una película que sin duda volveré a ver. Volveré a no entender nada. Y volveré a llorar con el final.

Maravillosa, no puedo decir más.

Una película tristemente desconocida.

Sin artificios, simplemente dos personas, un traje de novia y un coche. No hay más.
Una historia un tanto surrealista con un final impactante.

Dramática y cómica a la vez, hace un recorrido por la vida y la manera de vivirla. Por lo que tenemos y lo que perdemos.

Muchos primeros planos de Melia, que es de mis personas favoritas en el mundo, y un escenario tan simple como una carretera, pero con una luz preciosa.

Sin duda, la recomiendo.

A pesar de que no hay sucesos que te inviten a llorar mientras abrazas un cojín, me ha parecido de las películas más tristes que he visto en mucho tiempo.
La ilusión con la que Marguerite canta cada nota se mezcla con la lástima que inevitablemente sientes hacia ella.
Es una película en la que se pasa de sonreír empatizando con la felicidad del personaje a sentir dolor por todo lo que la rodea. Todo esto en cuestión de segundos.

Sí me ha parecido que han querido incluir historias secundarias para darle más variedad a la película, pero que no han sabido sacarles provecho. Creo que han quedado incompletas y un poco sin sentido.

Y sobre el final, solo puedo decir que dos días después de verla, todavía sigo intentando descifrarlo. No vi indicios de que la trama apuntara a un desenlace así, me pareció una manera bastante brusca de terminar la película.