2:15 de la madrugada. Hace media hora larga que he salido del cine aunque bien me hubiera gustado salir de allí una hora antes. Los musicales son un género delicado, en el que bien sale una obra maestra (Moulin Rouge y Sweeney Todd) o te sale un bodriazo como Nine, la película que más alto ha subido en los últimos meses y que, en consencuencia, tal fostiazo de ha metido.

Ya me pareció extraño que tan sólo estuviera en un cine de Granada y en una de las salas pequeñas. Dentro vi la respuesta. Un guión plano, donde los números musicales entraban porque así lo exigía el libreto, pero eternos y, algunos, tediosos. Sólo salvo el de Pe (del que estoy convencido que la han nominado por los 3-4 minutos de actuación, y no por el resto de apariciones, que mira tu por donde no están nada mal), y el de Fergie. Pero insisto, el guión es para tirarse de los pelos porque te desespera, no se hace interesante en ningún momento. Tal es así que, de lo mejor que hay es el reparto femenino. Como hombre. Penélope Cruz impresiona (no veas, Bardem), Marion Cotillard enamora, Fergie te pone, descubres a Kate Hudson, no entiendes cómo Sophia Loren tiene la misma edad que Judi Dench, y Nicole Kidman seduce aunque cada vez recuerda más a Ana Obregón. Lo dicho, está buena la peli.

Lo mejor: Pe, Marion, la fotografía.
Lo pasable: Day-Lewis y Dench.
Lo infumable: el numerito de Kidman y la eternidad de la corta duración del filme.