Increíble la escena de Isabel agitando un papel de caramelo delante de Lucena y gritando histérica "¿qué más necesitas?". Pues, hija, llámame loca, pero la gente come caramelos.

Empiezas la serie y Kevin te parece un cretino y Randall y Kate los más centrados. Pero conforme avanza la serie ves que el único que hace algo de autocrítica y que busca mejorar como persona es Kevin. Los otros dos no dejan de putear a sus parejas y a su madre, excusándose uno en la ansiedad y la otra en los problemas que tiene con los kilos, y no hacen más que dar por saco.
Randall no para de anteponer sus necesidades ante las necesidades de Beth y cuando Beth intenta que entre en razón le saca el tema de la ansiedad, de "se me han muerto dos padres", "me abandonaron en una estación de bomberos". Muy plasta Randall. Todos tenemos problemas, cariño, pero tú lo que eres es un ególatra.
Kate, por su lado, empieza genial con Toby. Dan una ternura que te los comes. Hasta que son padres y Toby no lleva bien la ceguera del pequeño Jack y se desahoga en el gimnasio. A Kate le sienta fatal que Toby adelgace y le sienta fatal que Toby se entristezca al mirar a su hijo porque es ciego. No sé, me parece mala.
Con Rebeca ambos son súper chantajistas y rencorosos. Que yo que sé, tienes problemas con tu anciana madre... Pues no le hables si no quieres, pero no le des por saco a diario siempre con lo mismo.
Kevin, sin embargo, empieza la serie siendo un niñato que no hace más que demandar la atención constante de todo el mundo, trincarse a todo lo que se mueve, portarse como un creído con sus jefes... Y conforme avanza la serie, empieza a asumir que es alcohólico, a acudir a terapia, a acercarse a sus hermanos... Me parece una actitud admirable.

De Rebecca decir que la Rebecca joven que nos venden es una encantadora, perfecta y divertida madre. Que obliga a su hija a hacer dietas extremadamente estrictas o a llevar camiseta en la piscina, o que le esconde a su hijo adoptado que sabe quién es su padre durante años. Un poco porculera sí es.