Hay películas que no valen nada pero caen en gracia. Y esta me cayó en gracia a mí.
Chiquitadas con mesura en una cinta en que el maestro de la Calzada hace de abuelo de una pléyade de niños a los que debe sacar adelante como puede. Canciones, sencillez y entretenimiento en la línea de las películas clásicas españolas de los años 50 y 60.

Si la primera parte legó a un nivel más que bueno, esta segunda desarrolla las tramas y los personajes partiendo del nivel alcanzado por la primera y llegando mucho más alto.
Si un gran poder conlleva una gran responsabilidad, Sam Raimi tiene ambos: Poder para desarrollar y plasmar una buena historia, y responsabilidad para esforzarse al máximo para conseguir su consecución. Añádesele talento a la ecuación y el resultado más que probablemente sea, como es el caso, una más que buena segunda parte.

La mejor de las tres entregas, la historia se basa en la novela gráfica Dios ama, el hombre mata, de Claremont y Brent Anderson. Se le resta potencia al eliminarle el componente religioso, pero aun así, tiene fuerza, tensión y emoción.
Estupenda.

Comedia coral con tintes dramáticos bastante bien orquestada, que muestra las vicisitudes vitales de la sociedad occidental actual. A destacar la excelente interpretación del siempre correcto Jason Robards y un Steve Martin correcto y comedido.

Buena adaptación del cuarteto más famoso de Marvel, que recoge el espíritu aventurero, divertido y sin excesivas pretensiones del cómic original de Lee y Kirby.
Michael Chiklis destaca en el papel del sobrino favorito de la tia Petunia, encarnando a un ser valiente y atormentado. El resto de intérpretes cumple sobradamente.