Una película bella y original en la estética y en la forma. Amélie, una pequeña parisina de infancia poco comunicativa y más bien difícil da origen a una joven enamorada, soñadora y defensora de las causas justas que se gana a pulso el cariño del espectador. Audrey Tautou consigue de forma limpia y muy dulce llenar de detalles la escena. Realmente conmovedora, sólo acta para soñadores.

Roberto Benigni adorna de sonrisas el drama en cada momento del film. Sabor agridulce que se mezcla al introducir un personaje tan noble en la realidad de la Guerra Mundial, protege y defiende a sus seres queridos de la mejor forma que sabe en especial impide que su hijo Josue sufra el horror de una guerra. Estupenda y desgarradora película.

Original puzzle de piezas al revés, te mantiene espectante toda la película donde nada es lo que parece por lo que no te puedes perder ningún punto de cada escena. Indaga en la necesidad de un marido por encontrar al asesino de su esposa. Un hombre enamorado eternamente por su enfermedad que le impide adquirir nuevos recuerdos. Como en toda buena película el descubrimiento del trasfondo es la base del éxito.

Capta a la perfección la estética artística del cancán parisino, la belleza encerrada que tanto adoraba la bohemia rebelde y libre. Una historia de amor narrada con la canción y vestida de multitud de colorines donde un terrible destino ni los diamantes ni las plumas pueden ocultar ni evitar. Todo bajo una dirección atrevida y original con marca de identidad

A primera vista, tanta palabra junta asusta y puedes enfrentarte a la película o ni intentarlo y salirte del cine. Es de esas películas con las que tienes que conectar desde el primer momento no tanto por el detalle del diálogo sino por lo que refleja cada escena, es un reflejo de nuestro alrededor que te lo sirven desde una trama psicológica y filosófica que realmente engancha si la sigues. Muestra lo absurdo de la realidad que puede llegar a resultar molesto para algunos, una crítica constructiva y cómica.