Lo primero que hay que decir de The Wire es que no es una serie de policias, es una serie sobre Baltimore.

La serie abarca y profundiza de manera magistral en temas como la droga, la política, la corrupción o el crimen de una ciudad con muchos puntos oscuros. Todos los personajes están definidos a la perfección mediante personalidades creibles llenas de matices, aqui no hay una linea clara que separe buenos de malos, todo es un conjunto vivo de experiencias y amistades que definen los actos de cada personaje de manera magistral, creando personajes muy realistas, cambiantes, creíbles.

En el apartado técnico la ambientación acompaña perfectamente al conjunto. No existen efectos especiales para adornar carencias de guión, no existe la adrenalina de las peliculas de acción típicas del género ni te quieren contar que el bien siempre prevalece. The Wire va directa al grano mostrando la realidad de unos personajes que bailan en una difusa linea entre el bien y el mal, en una gran escala cambiante de grises. Chantajes y chanchullos de políticos, amaños policiales, el día a día de unos chiquillos que por las cirscunstancias de la vida se vuelven traficantes por falta de opciones, manipulación y presiones de la prensa... En definitiva la realidad de la forma de vida de una ciudad corrupta en la que la droga y la muerte condicionan a todos y cada uno de los habitantes y estamentos de la misma, independientemente de su estatus social.

Y es que The Wire llena por sus dosis de realidad. Ningún diálogo está puesto al azar, a nivel policial las investigaciones se consiguen despacio y no siempre se obtienen resultados o estos son parciales no dejando satisfecho a nadie. Todo es pista a pista, detalle a detalle, te sumerges en el cansancio de los policías, las largas horas y semanas sin conseguir resultados de ningún tipo a pesar del esfuerzo, las trabas de sus propios superiores...En ese sentido la acción transcurre de manera pausada (que no lenta), por eso no es apta para paladares que desean ver algo ligero y acción constante en pantalla. Los capitulos y las temporadas están bien distribuidos, todo tiene su momento y su porqué, relacionando y abarcando a todos los colectivos posibles donde cada temporada se centra más en cada uno de ellos (traficantes, policias, políticos, escuelas, trabajadores del puerto, prensa...), formando finalmente un "todo" que no deja de ser la propia ciudad en si, la auténtica protagonista de la serie, una ciudad muy viva pero oscura, corrupta, compleja e implacable.