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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
3
18 de mayo de 2024
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno tiene la impresión de que la directora de esta película:

1. Nunca vivió en el campo
2. Nunca vivió una historia de amor

De otra forma, no se explica. A no ser que lo que quiera no sea contarnos una historia de amor rural, sino algo completamente diferente. Por ejemplo, la historia de una pobre chica woke perdida en un mundo de machirulos, algo así.

Entre otras torturas, tiene que sufrir el maltrato constante de su casero. Inverosímil la mala leche del hombre; inverosímil también que un lugareño trate así a una forastera; inverosímil el grado de autorreferencialidad del señor, que cada vez que va a cobrar el alquiler parece que tiene una gran necesidad de hablar prepotentemente de sí mismo; en fin, inverosímil todo. Por supuesto, también sufre la indiferencia del bruto panzón egoísta con el que se obsesiona sexualmente (el pobre espectador tiene que inferir, de alguna manera inexplicable, que esa obsesión es… ¿amor?) y el trato con una familia patriarcal y capitalista que por supuesto son todos tontos del bote.

Ah, y me olvidaba; también tiene que sufrir la amistad y amabilidad de un vecino que pinta unas vidrieras horribles (como ella misma se encarga de decirle al final; antes no, porque es muy hipócrita la chica) y que por supuesto a ella no le gusta para nada, pero deja que la invite a cenar, le cargue la leña; en fin, lo usa porque se da cuenta de que en la vida de campo la igualdad de género no garpa mucho. Claro, a ella lo que le gusta es que la maltraten y la humilllen al mejor estilo Dogville. Así luego una mujer africana que ha visto matar a sus parientes y amigos la tiene que consolar, mientras la heroína woke generación cristal llora porque es tan sensible ella…No estoy inventando nada; así es la película. Así de estúpida.

Una pena que Coixet, que supo hacer películas más inteligentes, como La vida secreta de las palabras, deje ahora, de forma tan burda, que su cine se convierta en otro dispositivo woke más (como si faltaran), sacrificando a ello toda capacidad de contar una historia en forma verosímil y genuina.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tiene, sí, sus aciertos: la locación, la fotografía y algunos personajes secundarios que sí están bien delineados. Pero la historia y personajes principales, simplemente ni funcionan, ni son creíbles, y tienen la virtud de poner a un espectador medianamente inteligente y avezado en una situación de fastidio absoluto hacia la protagonista y sus supuestas cuitas. Al punto que en la secuencia final, uno espera, realmente, que se despeñe de una vez en las benditas montañas. Pero no. En vez de eso, se pone a bailar; porque claro, ella es tan libre que supera toda la maldad del mundo (?). Tuve que adelantar esta secuencia infumable; entonces aparece el perro hermafrodita que debería estar en la perrera por haber mordido a una de las gemelas de la familia patriarcal capitalista tontos del bote. Tuve la esperanza de que la protagonista se hubiera muerto de una vez y estuviera finalmente en el cielo con su amade perre, pero no. La directora nunca se molesta en explicar cómo llega el animal ahí; de todas formas, en una película llena de incongruencias tanto en la historia que pretende contar como en la construcción de los personajes, es el menor de los problemas.
28 de julio de 2024 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A comienzos de la década del 60, un hombre aún joven y atractivo vaga por las calles de París. Ha estirado todo lo que ha podido la alegría de la posguerra entre fiestas, alcohol y mujeres. Todo eso ha concluido y no lo vemos; lo que vemos es su imposibilidad de conectar en profundidad con lo que le rodea. No se muestra ese pasado; sino su devenir, que es la realidad gris que habita el protagonista.

Alain, suerte de cruce entre Jude Law y algún poeta maldito, gana de inmediato la simpatía del espectador. Ha perdido las coordenadas de su mundo y se encuentra habitándolo como un extraño, en los márgenes. Intentando por momentos aferrarse a alguna esperanza en forma femenina; pero conociendo bien que su mal no tiene cura.
Alain no puede sentir nada con intensidad. Es una especie de turista de su propia vida; alguien prematuramente cansado de que le muestren los supuestos sitios de interés. Alguien que ya quiere concluir su viaje.

Malle logra una cinta hipnótica y cautivadora, donde no podemos dejar de seguir a este flaneur desencantado de todo que se mueve por la ciudad bajo los acordes de piano de Satié. En blanco y negro, como corresponde a su visión de mundo. Como ya no tiene nada que perder, nada que lograr, nada que demostrar, Alain tiene la sinceridad triste y abrumadora de los que hablan desde el corazón. Confronta a sus antiguos amigos, refugiados en vidas que, para él, no tienen ningún sentido. Vidas basadas en fingimientos y renuncias; en apariencias y símbolos. Alain es un rebelde que se niega a plegarse a eso. Si la vida no puede tener la intensidad, la belleza, el amor que su corazón anhela, prefiere no vivirla. Alain es el último romántico, el último bohemio en un mundo que está virando hacia otra cosa.

Uno, al final de la película, se queda pensando si el tema era realmente el mal que padece Alain; su incapacidad de adaptarse al mundo, o el mal reside más bien en ese mundo mismo que él quiere desertar por encontrarlo carente de lo verdadero y genuino.
14 de abril de 2025 Sé el primero en valorar esta crítica
No se sabe bien adónde va esta película. Roba mucho con unos paisajes bellísimos. Ancianos en la naturaleza es un llamador por su originalidad temática. Pero no se entiende cuál es la historia que quiere contar, tal vez porque son demasiadas. El desarrollo es confuso. Quiere hablar de la ancianidad, pero también de la naturaleza, la muerte, el suicidio, la enfermedad, el arte, las catástrofes y sus consecuencias, la salud mental, la reclusión, la libertad, la sociabilización, la vida ermitaña, el amor en la tercera edad, y como si todo eso fuera poco esboza un intento de ¿romance? fugaz entre los protagonistas más jóvenes.
No sé, para mí se entendería mejor si hubiera elegido uno o dos de esos temas y los hubiera desarrollado a fondo. En fin, un defecto del que adolecen muchas películas últimamente, donde parece que los directores tienen miedo de no poder entretener al espectador, entonces meten temas y subtemas, tramas y subtramas. En las antípodas de una película como The quiet girl, donde se cuenta una historia, una sola, pero de manera brillante y conmovedora.
Termina siendo aburrida, sin cohesión interna y predecible, más allá de los paisajes y una actuación de Lachapelle que la sostiene en buena medida.
10 de abril de 2025 Sé el primero en valorar esta crítica
Es una película climática. De atmósferas. Si uno puede entrar desde ese lugar, no resulta aburrida como dicen. Visualmente es muy disfrutable.
James Franco parece hacer grandes esfuerzos por parecer serio, preocupado y distante durante toda la película. No parece la mejor elección de casting para el personaje, pero bueno.
Los personajes transitan la tensión del título, del aferrarse a las palabras como guía frente a la incertidumbre y la fragilidad.
Sabemos, por supuesto, que las cosas no están para nada bien (salvo el éxito literario del protagonista; un detalle que, a mi modo de ver, le resta más que le suma a la trama). Sin embargo, la película no cae en patetismos ni histrionismos, e incluso se permite un destello esperanzador hacia el final.
Quizás no el Wenders más deslumbrante o cohesionado; pero una apuesta más que digna y que no cae en el vicio de jugar con las emociones del espectador.
10 de junio de 2023 Sé el primero en valorar esta crítica
Esta película apela demasiado a las emociones extremas. Parece que tiene que pasar algo desgarrador para que la cosa se ponga mínimamente en marcha; de ahí la necesidad de poner dos accidentes a falta de uno.
El problema estriba en el guión y en la construcción del personaje principal; que no es Cotillard y su trágica historia, sino Ali, el boxeador clandestino y padre soltero. Ok: ya entendimos, enseguida, que le cuesta mucho manifestar sus sentimientos afectivos y reconocerlos, no sólo frente a los demás, sino frente a sí mismo. No vamos a esperar que le escriba a ella una carta de amor. Ahora: faltan los pequeños gestos; los detalles que evidencian la presencia de ese sentimiento no asumido. Falta, por ejemplo, una toma donde él se la quede mirando mientras ella duerme; esas cosas. Si lo tenemos que inferir por su conducta (que es lo único que se muestra), Ali al final lo mismo le podría decir “te amo” que “nos vemos en Disney”; no hay nada que haga preveer que Stéphanie sea para él algo más que una buena amiga con la que tiene sexo por compasión. No hay el menor indicio de sentimiento amoroso de su parte. También sería esperable que la acompañe en su recuperación; pero la que aparece acompañándola es una amiga del trabajo. Lo único que hace es llevarla a la playa (en una escena que está desperdiciada, que sucede demasiado pronto: el reencuentro de Stéphanie con el agua, medio en el que se accidentó).

El otro problema son las subtramas. Les pasa a muchos directores; parece que tienen miedo que la historia principal no sea suficiente, entonces la apuntalan con un montón de subtramas que terminan compitiendo en intensidad y protagonismo entre sí, en vez de servir al propósito de acompañar y darle profundidad a la historia principal. Tenemos: la relación padre-hijo (ya todo un capítulo aparte, porque si bien aquí sí se trasluce el sentimiento afectivo, también se perfila la figura de un padre violento). El vínculo con la hermana; que a su vez trae toda una temática de conflicto laboral. El submundo del boxeo clandestino y las apuestas. El mundo de los entrenadores de orcas. En medio de todo eso además el director quiere meter la historia de la recuperación de una persona que queda inválida, y una historia de amor. ¿No será mucho? Cada uno de estos elementos da para hacer una película por separado.

A la película le sobra ambición, pero le falta delicadeza; le falta atención a los pequeños detalles. Por supuesto, se sostiene por la fotografía y las actuaciones. Pero tiene varias decisiones que apuntan más a deslumbrar al espectador (especialmente la secuencia de ambos accidentes y su vínculo estético) que a un compromiso genuino con la historia y los personajes. El último accidente es lisa y llanamente un golpe de efecto para apuntalar una historia que ya no se sostiene mucho; que mantiene al espectador esperando el desarrollo de esa historia de amor entre dos seres rotos con la que la venden y que nunca sucede.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Venden esta película como una historia de amor… ¿dónde está esa historia, qué indicios se le dan de ella al espectador? De parte del personaje masculino, ninguno. Salvo que podamos considerar el momento en que va perdiendo una pelea, ella aparece y él empieza a pelear mejor (?). Ah, y el “te amo” telefónico a las casi dos horas de película, para pronunciar lo cual su hijo tuvo que estar al borde de la muerte.
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