Valiosa recreación de los impactantes e incompresibles hechos acontecidos en el país africano a principios de la de década de los noventa.
Debemos hacer hincapié en la excelente actuación de Don Cheadle quién consigue transmitir a la perfección los sentimientos de su personaje en todo momento.
En "Hotel Rwanda", Terry George ha rememorado las cruentas hazañas, logrando así que no hayan sido olvidadas al pasar a segunda plana en el noticiero.

Pudiera ser un largometraje de bajo presupuesto de no ser por la colaboración de Daniel Radcliffe, quien acude a la llamada de Rod Hardy al proponer este una película entrañable, con una estética cálida y cercana en una ambiente idílico.
Tal vez pretenda exaltar el papel de la amistad, en lo bueno y en lo malo; pero al intentarlo se queda en una película noña y poco creíble abarrotada de predecibles sucesos. Más que poco probables en unos niños que rondan los 12 años.

Con una magnífica actuación del californiano Penn, Clint Eastwood centra nuestra atención, esta vez, en un "tranquilo" barrio, en el que, como en otros, transcurren innumerables historias y tragedias.
Con una más que convincente interpretación de los protagonistas, se es, en más de una ocasión, incitado a sentir, como en las propias carnes, las inquietantes sensaciones de los personajes, quienes, en más de una ocasión, rozan la desesperación.
Una desconfianza basada en la naturaleza salvaje del hombre, capaz de llevar a cabo acciones apoyadas unicamente en el instinto, dejando a un lado esa razón que tanto lo diferencia del resto de animales.
El cineasta hace también una clara referencia a la importancia de los pequeños hechos y coincidencias y de la repercusión de las mismas. Esos hechos sobre los que a veces ni siquiera nos paramos a pensar; sólo si lo hiciéramos nos daríamos cuenta de que cada acción tiene una reacción, y aunque no siempre sea la esperada, nunca ha de ser ser despreciada.

La primera mitad de la película consigue enervar hasta al más astuto de los espectadores; sin embargo, a lo largo de los 45 últimos minutos, la narrativa pierde intensidad menguando así el interés por saber la respuesta a aquella típica pregunta en este tipo de relatos "¿qué ocurrirá?".
El final resulta decisivo a la hora de valorar una película, es el remate en una prenda de ropa o la firma en una obra de arte, y en esta, aunque relativamente "original" puede resultar predecible.

La única razón por la que, en mi opinión, esta película merece un 5 es la "originalidad" del argumento. En la actualidad, en el siglo de la comunicación de las masas, de los vídeo juegos y del prematuro 3D... Gerard Butler intenta representar una marioneta encerrada en un mundo deshumanizado gobernado por la violencia, lo sórdido y como no, la corrupción.
Como ya he comentado, la idea no es mala, pero tal vez debamos dejar que otro cineasta más experimentado intente desarrollar la trama aportando un estilo más personal, preciso y tal vez culto.