Heartstone está protagonizada por dos adolescentes islandeses, grandes amigos que pasan más tiempo juntos que con sus respectivas familias y, la película deja implícito, se conocen desde la infancia.

La chicha está en la evolución de esta relación a medida que ambos chicos comienzan a desarrollar su sexualidad en un entorno rural muy cerrado y repleto de familias desestructuradas. La originalidad de la cinta reside, en mi opinión, en la ambigua no reciprocidad de los sentimientos de ambos protagonistas.

A la película le sobran algunas escenas de crueldad animal y en 2 horas la relación Christian y Thor no termina de madurar ni desenlazar, pero es innegable que está brillantemente escrita - e interpretada -.

Como extra, los hermosos paisajes islandeses y lo que seguramente es una representación acertada de su sociedad rural.

8/10.

No tenía muchas expectativas y quizás por eso me ha sorprendido para bien. Las interpretaciones de todos los actores son de sobresaliente, y se nota que el argumento ha sido bien planificado, muy sólido y avanzando lo adecuado en cada capítulo. Es una serie que te engancha y te pone en tensión, porque la sensación de que ninguno de los personajes está a salvo se palpa desde el inicio, y ese es su elemento de "Terror" (un juego de palabras, ya que ese es precisamente el nombre del barco donde viajan los protagonistas), más que asustar o provocar el miedo de los espectadores.

Con todo, no deja de ser una pequeña aventura (aunque muy perturbadora y bien contada), por lo que no recibirá grandes alabanzas.

Definitivamente no es "Tigre y Dragón", ni en su narrativa, ni en la calidad de los actores o los decorados, y adolece del exceso de dramatismo que caracterizaba al cine Hongkonés en esos años. Pero es innegable que Guerreros Legendarios es la inspiración de muchas de las películas "Wuxia" modernas, y muy pocas han logrado plasmar a los letales "ninja" con tanto esplendor. Muy entretenida para cualquier fan del género.

2:20h pegado a la pantalla en la que es la película más acelerada de Kurosawa, donde la trama avanza prácticamente en cada escena. Es evidente el perfeccionismo en los planos, la iluminación, las posiciones de los (excelentes) actores perfectamente calculadas y la escasa pero de primera calidad banda sonora. Aunque no estemos ante una épica de samuráis, la sensación de muerte que logra transmitirse en la escena de la casa de drogas es un recordatorio de que la cinta ha sido producida por el mismo genio.

No todo es inmejorable, sin embargo, ya que aunque la trama es muy entretenida y el crimen es investigado por la policía de manera asombrosamente realista e inteligente, carece de giros argumentales, lo que la hace un tanto predecible.

La película tiene una animación excelente y visualmente es muy entretenida, como no podía ser de otro modo viniendo de Ghibli. También es, sin embargo, la cinta más surrealista del estudio y, por lo tanto, más complicada de entender. Es probable que un segundo visionado disipe un poco la sensación de incómodo desconcierto, pero me temo que este sentimiento nunca podrá evitarse completamente. El problema de verdad llega cuando te das cuenta de que la trama principal es casi igual de líquida que el mundo presentado.

Supongo que la idea central, al menos, me ha quedado clara: un niño aprenderá a aceptar y amar un mundo donde no todo es como él desea, empezando por aceptar a su nueva madre. Es una idea hermosa, pero muy pocos entre el público juvenil al que va dirigida captarán el mensaje.