Esta es una de las pocas películas que hizo que, al terminar, siguiera pensando en ella, en lo que me ha enseñado, porque ENSEÑA.

No tiene largos diálogos, ni siquiera abundantes, pero tampoco los necesita. No es la típica historia del niño rico harto de una vida dirigida que quiere experimentar algo que no le da el papi de turno. No hay nada de tópico en la historia ni en el protagonista, grandísima interpretación a mi gusto.

Grande también esa voz en off, ese arrojo de un chico que lo tiene todo pero no es feliz, y LO CAMBIA. Grandes escenarios que hacen suspirar y soñar con lo lejano.

Gran Eddie Vedder y esa banda sonora que penetra en la mente y se funde con el paisaje.

Por Into The Wild y porque los sueños están cerca si uno quiere.