Cuando sales del cine de ver esta película aparecen sentimientos enfrentados. Dudas sobre si lo que acabas de ver realmente te ha gustado o no. Yo me sentí en cierto modo engañado, a pesar de saber que abandonaban en esta entrega la cámara subjetiva para pasar a plano cinematográfico con lo que la esencia de esta saga se perdía definitivamente sin remedio.

Pero una vez superas ese minitrauma temático y valoras la película en perspectiva te das cuenta que a pesar de no ser una obra maestra, ni supera a las dos primeras entregas la peli no está del todo mal. Es entretenida gracias a su brevedad. Está bien ejecutada con muy buenos efectos sonoros y un maquillaje espectacular.

Leticia Dolera está guapísima. Se nota que es la novia de Paco Plaza porque la ilumina para que destaque por encima del resto de actores y actrices... y lo consigue. Bellísima composición de imagen e interpretación. Sin embargo, el resto de participantes deja mucho que desear, a excepción del personaje de Atún y Canon que le dan un toque de humor surrealista acertado.

Luego tenemos la música, en mi opinión muy acertada. Esa contraposición de planos subterráneos con unos puntos de fuga infinitos repletos de infectados mientras escuchas a Pablo Abraira te dejan perplejo en la butaca por ser algo jamás visto en el cine de terror. De nuevo el humor aparece en este apartado.

En definitiva, Rec3 es una peli entretenida, divertida, con muchos sustos inesperados y de una duración correcta para no aburrir.

Hay veces que la realidad supera a la ficción, cierto, pero también hay veces que gracias a la ficción uno se puede hacer una idea de hasta qué punto la realidad llega a ser cruel y agradecida a la vez.
El que no haya visto decenas de veces las imágenes sucedidas en el famoso tsunami de la Navidad de 2006 es porque era muy niño, o era invidente. Todos tenemos interiorizado lo terrible de aquel suceso, y tenemos muy presente cómo aquella ola lo devoraba todo a su paso. Llevar todo eso a la pantalla y que no parezca cine tiene una maestría al alcance de muy pocos, y Bayona lo consigue. El director español se eleva a una categoría en la que muy poquitos cineastas podrían alcanzar.
La película es pura emoción desde el momento en el que todo el hotel tiembla momentos antes del atroz acontecimiento. Empatizar con el espectador es fácil porque quien más, quien menos todos hemos estado plácidamente de vacaciones en algún hotel junto al mar con amigos o familiares.
A partir de la búsqueda del ser querido es cuando mayor angustia se desata y afloran los sentimientos. No se le puede pedir más al guión pues trata sobre hechos verídicos, y además que la peli no tiene nada más que aportar que la desazón y la tensión de ese momento.
La interpretación es brillante tanto por parte de los adultos como los niños. A mí particularmente me hizo llorar en varias ocasiones, y lo consiguió en parte gracias a una banda sonora muy acertada (aunque a veces un poco machacona).
El único "pero" que le puedo poner es que se hace un pelín larga, quizá con 15 minutos menos se podría haber conseguido un mayor efecto, pero esto no quita a que estemos ante una gran película de desastres naturales que quedará en mi memoria por mucho tiempo.