Los guiones son malos. Es cierto que va mejorando, pero los diálogos requieren unos segundos más de elaboración. Mira que hay series americanas de abogados para aprender algo. Álamo, con su curriculo, es incomprensible su actuación. ¿Por qué silabea cada frase? Hasta cierta inadecuación de gesto con la palabra. Quizá doblada mejore. Seguir unos malas líneas es complicado pero la naturalidad es siempre un bien en sí mismo, viniendo de donde viene. La Giovanelli razonablemente bien pero parece acobardada, Hipólito siempre bien y Belén López muy bien, aunque siempre le dan los mismos registros. Los procedimientos judiciales de risa. Una cosa es darle ritmo y tomarse licencias y otra cosa es convertir a la relación del ministerio fiscal, el juez y los abogados en el tercer tiempo de un partido de rugby.

Incomprensible que le den puntuaciones por encima de 3.
Actores usualmente sólidos, incluso muy sólidos, desbarran con un guion deslavazado, confuso, perdido.
Sexo salpicado como anzuelo adolescente y un hermoso tiempo perdido.
La comparan con la casa de papel: no hagan caso.