Pocas sensaciones tan gratas hay en la vida como que está película te la recomiende un amig@, supongo, que te la recomiende un hij@.
No tengo la suerte y la desgracia de sufrir y disfrutar de esto último, pero me enorgullezco de tener algún fiel amig@, que tal vez sea más de lo que merezco.
Ese miedo a defraudar o defraudarse, que tan fuerte se hace en este mundo tan impersonal, el no encajar en una sociedad que nos desnuda del alma y nos viste con una profesión, con una supuesta dignificación, el rechazo de los que viven fieles a uno mismo pese a la opresión de la falsa moral, las manías de la soledad disfrutada, porque es mejor la soledad que la compañía de los que nos juzgan y el abandono de la triste realidad mediante las drogas, tiene la vida condicionada de los personajes de esta película, y puede que de muchos de nosotros.
Bajo todo esto emergen los ideales, el orgullo, las convicciones y los amores, valores por los que merece la pena vivir, o morir.
Un bello y crudo film. La vida misma.

Múltiples personalidades para múltiples engaños que van rompiendo cada planteamiento que te realizas. Tan desconcertante como la mente humana, el guión te hace disfrutar de tu ignorancia mientras te va golpeando con sus revés gracias a su montaje, a su fotografía y a sus actuaciones (John Cusack impresionante).
Solo un pero, al comenzar el thriller todo está oscuro para poco a poco hacerse la luz, una luz final que desmerece a su sombría noche.

Era otra de esas noches que me acostaba después de disfrutar del cine, pero mientras cerraba el pestillo de mi casa no podía quitarme la sonrisa de los labios, la sonrisa que disfrute desde el instante en que terminó la película, o talvez desde que empezó. Siempre quise empezar a escribir críticas, y nunca lo hacía, ni siquiera con Ciudadano Kane, pero esa noche, justo esa noche volví a sentirme vivo después de mucho tiempo.
También volví a fumar.
La vida de unas personas abocadas al fracaso recorrió mi salón para salir por la ventana como el humo de un cigarro dejándome su esencia.
Con unas interpretaciones brillantes, un guión fantástico y un dominio del tempo exquisito me habían hecho vibrar.
Ahora deberé volver a ver Gracias por fumar.

Uno de los rasgos principales del cómic de The Sandman era su capacidad de mostrar, dar valor a la esencia y razón de ser de los seres vivos y oníricos. Es más, es la búsqueda principal de la mayoría de los personajes que en el aparecen, incluyendo a Morfeo que, aunque se excusa en sus deberes y obligaciones, siempre está buscando una razón para su existencia. La forma humana es superflua, abriéndonos en canal a los personajes, llegando por ello también a lo más profundo de nosotros, seamos como seamos. Esto, como todos sabemos, no es la principal razón de los cambios de sexo y raza de algunos personajes claves, pero da la oportunidad a que se acepten y no se diluyan por el cambio.

Dicho esto, se observa el mimo y presupuesto en la buena ambientación y vestuario, en la narración que posee un tiempo muy bueno, reorganizando el guion para la construcción de la primera temporada de una manera notable, aunque como es normal, parte del material original se haya perdido.

En definitiva, la esencia de The Sandman está en la serie, la cual se disfruta y en ciertos momentos se admira.

Con un guión y unos personajes bochornosos solo podemos encontrar una película hecha con y para el dinero. No nos engañemos, este cine no es para entretener al espectador y menos con su metraje soporífero, es para aletargarlo aun más si cabe con lo único que prima últimamente en las salas de nuestras ciudades, una espectacular superficialidad.
Pero eso no es lo peor; ¡Hay tercera parte!