Cierta mañana, en el Guggenheim, vi a una pareja admirar un lienzo completamente en blanco durante muchos minutos. Buscaban el mensaje del autor, la clave de esa misteriosa blancura... hasta que unos operarios del museo llegaron y se llevaron el lienzo. ¡Era un lienzo decorativo sobre el que se colgaban obras, pero que aquella mañana estaba vacío!
A Ghost Story es una producción cinematográfica (no me atrevo a llamarla película) que durante mucho minutos roza el ridículo. En sus eternos fundidos a negro y en sus interminables escenas en plano fijo, donde no pasa absolutamente nada, puedes ver lo que quieras (la eternidad, la vacuidad del tiempo, el desgarro de la soledad, la caducidad del amor, la imperturbable monotonía del vacío). Ver A Ghost Story es como plantarte delante de un lienzo en blanco e intentar filosofar sobre su mensaje.
Aburrida, pretenciosa,inconclusa, lenta hasta decir basta. Filosofía barata para gente con ínfulas.

El cerebro puede crear una realidad partiendo de pedazos, trozos o momentos de esta. No necesita toda la información, basta con algunos detalles básicos. Partiendo de esta premisa, Dominik Moll crea un puzzle en el que las piezas se van encajando ante la mirada atónita del espectador. Me parece una cinta imprescindible en estos tiempos de tanta mediocridad. Solo las bestias te gustará si te gustó Pulp Fiction, Memento y rompecabezas de este tipo.

Me ha parecido una obra de fin de curso de instituto de secundaria. Una especie de Leaving Las Vegas amateur. Los diálogos, las posturas, las miradas, todo es elocuentemente artificial y poco trabajado. Puede resultar interesante desde algún misterioso punto de vista, pero vamos, si esto lo firma una productora USA, nadie le da más de un 2 de nota.

Es tan mala que, algunas escenas, producen vergüenza ajena, aunque supongo que a una parte de la población de los EEUU (esa que hace colas en las tiendas de armas porque se ha declarado una pandemia) le habrá gustado. Desde luego, no es un producto para espectadores de fuera de USA; de hecho, su patriotismo exacerbado y bravucón puede producir cierta repugnancia (estáis avisados).

Calificaciones:

Guión: Horrible
Dirección: Horrible
Interpretación: Casi se me saltan las lágrimas al ver en este proyecto a actores que admiro como Aaron Eckhart (Gracias por fumar), Woody Harrelson (Tres anuncios en las afueras) y Patrick Wilson (que a mí me parece buen actor aunque elige muy mal sus películas, salvo Juegos secretos).
BSO: De vídeo arcade Play Station 4
Efectos especiales: De vídeo juego tipo Call of Duty

Hay poco cine aprovechable en esta cinta. Venganzas que no lo son: Tontás y vueltas de tuerca sin contexto. Violencia imaginaria atrapada en un pasado que se convierte en una vendetta suicida. Una protagonista que camina por la fina línea de la sociopatía, a veces demasiado rosa París Hilton y otras pura mascarada. La película no cumple lo que promete y, al final, te embarga la triste sensación de haber perdido dos horas de tu vida.