Me jode que la mayor parte de las películas de éxito desde hace cinco años para acá tengan que basarse en el suspense y la intriga. Esta película es hermosa y la relación del protagonista con las mujeres (pintadas u ocultas), fascinante, pero gran parte del prodigio al que parece que estamos asistiendo se esfuma cuando a mitad de la cinta uno empieza a buscar un truco final del que no es posible zafarse. Zafarse de buscar el truco, digo, porque es tan evidente que hasta consigue sacarte en gran medida de otra historia mucho más profunda e interesante que finalmente muere de inanición. La GRAN HISTORIA se transforma en una historia más de suspense, y con un final que es fácil de adivinar por la gran mayoría de los espectadores, que, de paso, nos sentimos listísimos. La música de cierre en el bar es tan empalagosa que provoca ligeras arcadas.
No es para tanto la peli, vamos. Una más del género, pero de hermosa puesta en escena.