Si te gusta el thriller lóbrego, sombrío y mísero, te gustará esta película.
Se desarrolla en la Andalucía interior rural en tiempos en los que quienes mandaban en el pueblo eran el cura y el señorito, entiéndase el latifundista. Las desavenencias familiares tras la muerte de la matriarca de la familia desembocan en una tensión que se puede cortar con cuchillo. Genera una atmósfera tan envolvente que te hace sentir el calor sofocante y el hedor de los personajes. Las interpretaciones son duras aunque naturales. Juanma Lara borda el papel ayudado por su voz seca y casi cavernosa.

Esto es lo que pasa cuando la pretencioisidad roza la estupidez.
El realismo de ese ambiente lóbrego y sombrío que recrea Eggers en absoluto compensa un guión cogido con alfileres y minado de metáforas y simbolismos de mercadillo de los domingos, así en plan "porque yo lo valgo". Quiere dotar a su obra de profundidad pero y no tiene la menor idea de cómo hacerlo.

Pues eso, lo que va después del género B.
Actuaciones muy forzadas y nada creíbles. Curiosamente cuando había más naturalidad era cuando no era necesario actuar. La producción de sonido poco menos que nefasta. Mala sonorización y mucho eco; creo que no he llegado a entender ni la mitad de los diálogos debido al eco. Ni siquiera Eduardo Noriega vocalizaba. Adolece de falta de linealidad y grandes vacíos argumentales. En ocasiones se hace difícil seguir la trama. Y, ¿qué decir de los efectos? Mejor no decir nada...
Parece un trabajo de instituto, de hecho he visto TFGs de Audiovisuales con muchísima mejor calidad.
He aguantado porque en una noche lluviosa y encerrados por el COVID19, tampoco había mucho más que hacer.
Si eres un/a cani quinceañer@ igual hasta te gusta. Si no lo eres, quizás prefieras algo más de calidad.

Este tío ha visto una comedia francesa y, como no sabía de qué manera terminarla, ha acabado montándose un slasher por toda la cara.
Los actores parecen tener Fanta de limón en las venas, no hay quien se crea a los personajes y, cuando ya no sabe como meterle mano a su propio batiburrillo, va y se casca un deus ex machina que no se lo cree ni él.
Este año tocaba darle Oscars a los coreanos y así ha sido. Ha pasado lo mismo que el año en que se lo dieron a Hale Berry. Vale que la chavala tenía un tipín mu salao y tal, pero no vale un duro como actriz.
Pues eso.

El principio promete, al menos los primeros minutos, hasta que te das cuenta de que todo empiezan a ser diálogos y carreras que no llevan a ningún lado; vacíos e intrascendentes. Cada vez se va liando más y más la maraña y cuando el director no sabe ya cómo enderezar el batiburrillo, va y te da una pista de algo. Y así durante hora y media, hasta que llega el final y se confirma la peor de las sospechas: efectivamente la película no lleva a ningún sitio. Y digo final ya que básicamente ahí es dónde se acaba, porque es aún más vacío y trivial que todo el resto de la película.
Para colmo de males la ciencia ficción brilla por su ausencia, tanto en el ámbito de la ciencia como en el de la ficción. El guión es poco menos que mediocre; poquísimo contenido en demasiado continente. Actuaciones que no dicen gran cosa, puesto que el desarrollo del conjunto tampoco da para mucho lucimiento. Lo único bueno es la ambientación y nada más.
Resumiendo: hora y media que podría haber invertido en otra actividad más estimulante como, por ejemplo, ver una película, en lugar de un "corto" B de 90 minutos.