Un padre de familia que se cree un cowboy; un koreano enamorado por primera vez; un tipo duro tipo skinger; una rubia tonta; chanquete y su rulot; un niño repelente, y el veterinario de la casa de la pradera (entre otros por supuesto).

Os sorprenderéis al leer esta crítica puesto que es una forma un tanto violenta y negativa a la hora de valorar esta serie de TV, pero, al menos la segunda temporada es lo único que demuestra.En el aspecto visual, fotografía, maquillaje y efectos especiales tiene mi sobresaliente absoluto (de ahí mi voto), no obstante, el argumento deja bastante que desear en relación a su versión oficial en Cómic.

Esperemos que la serie nos de lo que todos deseamos: acción, giros inesperados; sangre; emoción; humanidad en un mundo dominado por la enfermedad y, lo más importante, una historia en su conjunto que reviva totalmente este gran género.