A pesar de doblegarse a una hora y media de ficción con un punto de inflexión demasiado fuerte en el guión que separa la película irremediablemente, por primera vez no vi a un Joker sobreactuado sino a un ser realmente sucio, vil, por el que sentí gran asco. Me hizo sufrir de verdad y olvidé ese gran problema de guión - ¿o de montaje?- que hizo que me sobraran almenos 20 o 25 minutos de la trama final.