Esta película es recomendable para todo el público en general, pero imprescindible para cualquier profesor en particular. Todo lo que rodea a un centro de secundaria queda reflejado en la película, independientemente del barrio rico o pobre en que se viva, esas realidades confluyen en esta hermosa metáfora, en la que es fundamental la educación emocional, sin ella no hay nada más que fríos conocimientos sin rumbo.
Brody lo borda
Quizás, si hay algún pero, es que le sobra algo de pesimismo.

Cuando ves esta película, sientes la necesidad de que el maravilloso argumento que maneja, la vida de este insigne escritor, siga más y más y no se quede incompleto como el prólogo de una gran obra. A pesar de ello, es una película muy recomendable, tan sólo por el hecho de desear que no se acabe nunca y de ese maravilloso final.