Que al protagonista no se le ocurra ir a la policía, sabiendo que lo han amenazado, que vaya de un lado para otro sospechando de hasta un ex novio de una de ellas, está todo totalmente cogido con pinzas con algunos giros de guión que no hacen que ni saltes del asiento.

Todo escena de la película ralla lo absurdo, como cuando uno de sus alumnos se presenta él solo casi al final de la película para acusar al bueno de Al de los asesinatos.

O incluso el policía, que sospecha de su amigo apuntándole con una pistola en plena calle. Le revientan el coche, le intentan matar, y sí señor, le acusa de los asesinatos, tócate las narices.

Y el final sin comentarios, el asesino menos creíble de la historia de los asesinos.