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Críticas ordenadas por utilidad
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8.0
32,193
10
5 de abril de 2009
5 de abril de 2009
57 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nosferatu fue víctima de los formatos y su negligente utilización durante estos 87 años transcurridos desde su estreno. Que si velocidades de reproducción inadecuadas (movimiento entre acelerado y muy acelerado), que si supresión de los tintados (con una importancia capital en el desarrollo de la historia por su vínculo con la iluminación, perfectamente explicados por el propio film durante el viaje de Hutter desde Wisborg hasta el castillo de Orlok), que si bandas sonoras a cada cual más estridente (todas ellas ajenas a la partitura original de Hans Erdmann, sólo interpretada en la ultimísima restauración), que si el autoengaño de Patalas manteniendo los intertítulos mucho más tiempo que en el original entorpeciendo así el ritmo del film, en un intento de simular completa una copia con metraje (no demasiado) irremisiblemente perdido; que si... Repasen ahora el resto de críticas fijándose en cuánta culpa tuvo realmente el Nosferatu de Murnau en las malas experiencias con el film y cuánta los pésimos trabajos de restauración y proyección. Es el momento de darle una nueva oportunidad aprovechando el gran trabajo de restauración de Luciano Berriatúa para el F. W. Murnau-Stiftung, solucionando los errores pasados de otros (aunque lamentablemente añadiera una incomprensible equivocación en el tintado de una secuencia de cierta importancia).
Hecha la puntualización, centrémonos en el propio film, dejemos de lado los ampliamente mentados derechos de autor y cualquier relación con el ocultismo y las múltiples leyendas que circulan (Grau, Prana Films, los rosacruces, Murnau bajo el seudónimo Max Schreck, el propio Schreck como vampiro también detrás de las cámaras...).
En Nosferatu, Murnau experimenta con un encuadre y una composición típicamente pictóricos. Bebe de las fuentes de la pintura romántica alemana (Friedrich, Carus, Kersting...), mucho más allá de su típica utilización para ambientar las películas de época. Existe una constante contribución de esta corriente pictórica al más fabuloso de los logros de Nosferatu, su atmósfera (búsquese el cuadro Der elegante Leser de Kersting y compárese con la escena en la que Harding escribe en su despacho). Una atmósfera fácilmente perceptible, pero difícilmente transportable a estas líneas, parece trascender al propio sentido de la vista, impregnando la experiencia de su visionado de un profundo olor a Cine. La cámara de F. A. Wagner permanece intencionadamente fija en la mayoría de secuencias, se hace una magistral utilización del claroscuro y el sobreencuadre, el cine se aleja del teatro para acercarse a la pintura, para evocar emociones con la utilización exclusiva de la imagen, unas olas, árboles, el cielo... retratos aparentemente naturalistas, son capaces de generar en el espectador un desasosiego que difícilmente lograrían escenas de terror explícito.
Cada vez que veo Nosferatu no se excitan únicamente mis fotorreceptores, abro las fosas nasales y me pregunto: “¿Qué es ese olor?”.
Hecha la puntualización, centrémonos en el propio film, dejemos de lado los ampliamente mentados derechos de autor y cualquier relación con el ocultismo y las múltiples leyendas que circulan (Grau, Prana Films, los rosacruces, Murnau bajo el seudónimo Max Schreck, el propio Schreck como vampiro también detrás de las cámaras...).
En Nosferatu, Murnau experimenta con un encuadre y una composición típicamente pictóricos. Bebe de las fuentes de la pintura romántica alemana (Friedrich, Carus, Kersting...), mucho más allá de su típica utilización para ambientar las películas de época. Existe una constante contribución de esta corriente pictórica al más fabuloso de los logros de Nosferatu, su atmósfera (búsquese el cuadro Der elegante Leser de Kersting y compárese con la escena en la que Harding escribe en su despacho). Una atmósfera fácilmente perceptible, pero difícilmente transportable a estas líneas, parece trascender al propio sentido de la vista, impregnando la experiencia de su visionado de un profundo olor a Cine. La cámara de F. A. Wagner permanece intencionadamente fija en la mayoría de secuencias, se hace una magistral utilización del claroscuro y el sobreencuadre, el cine se aleja del teatro para acercarse a la pintura, para evocar emociones con la utilización exclusiva de la imagen, unas olas, árboles, el cielo... retratos aparentemente naturalistas, son capaces de generar en el espectador un desasosiego que difícilmente lograrían escenas de terror explícito.
Cada vez que veo Nosferatu no se excitan únicamente mis fotorreceptores, abro las fosas nasales y me pregunto: “¿Qué es ese olor?”.

6.0
58,815
1
14 de agosto de 2009
14 de agosto de 2009
203 de 364 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un planeta distante de una galaxia vecina, los garitos acostumbran a cerrar temprano:
- ¿Y ahora?
- No sé, tengo pillado el puntillo y paso de retirarme ya.
- ¿Y si invadimos un planeta?
- ¿Cuál?
- La Tierra
- Paso, las acciones monótonas no ayudan a reducir mi aburrimiento.
- Pero podemos darle un poco de emoción, los invadimos en pelotas, sin armas ni hostias.
- Y entonces, ¿cómo nos los cargamos?
- A collejas, qué, ¡No hay huevos!
- ¿Que no? ¡¡Vamos!! Pero métete en el chat, a ver si se quiere unir alguien, que entre dos igual se hace un poco pesado.
- ¿Y ahora?
- No sé, tengo pillado el puntillo y paso de retirarme ya.
- ¿Y si invadimos un planeta?
- ¿Cuál?
- La Tierra
- Paso, las acciones monótonas no ayudan a reducir mi aburrimiento.
- Pero podemos darle un poco de emoción, los invadimos en pelotas, sin armas ni hostias.
- Y entonces, ¿cómo nos los cargamos?
- A collejas, qué, ¡No hay huevos!
- ¿Que no? ¡¡Vamos!! Pero métete en el chat, a ver si se quiere unir alguien, que entre dos igual se hace un poco pesado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- ¿Listo?
- Sí, que vayamos yendo que ya nos pillan allí, dicen que nos echemos unas regadas por las ventanillas de la nave para indicarles con unos dibujos en los cultivos por dónde paramos, que estamos a finales de eón y ya no les queda saldo en los móviles.
- Por cierto: ¿Allí no había agua?
- Sí, pero sólo ocupa tres cuartos de la superficie, malo será que yendo por ahí en pelotas tengamos la mala suerte de entrar en contacto con ella.
- Pues después de este último copazo, qué quieres que te diga, me parece una idea cojonuda.
- Sí, que vayamos yendo que ya nos pillan allí, dicen que nos echemos unas regadas por las ventanillas de la nave para indicarles con unos dibujos en los cultivos por dónde paramos, que estamos a finales de eón y ya no les queda saldo en los móviles.
- Por cierto: ¿Allí no había agua?
- Sí, pero sólo ocupa tres cuartos de la superficie, malo será que yendo por ahí en pelotas tengamos la mala suerte de entrar en contacto con ella.
- Pues después de este último copazo, qué quieres que te diga, me parece una idea cojonuda.

5.8
37,701
1
10 de abril de 2009
10 de abril de 2009
47 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de varios años de plácida ausencia de las salas de proyección, habiendo casi olvidado el desagradable olor a palomitas, engañado, secuestrado al fin y al cabo, termino en un centro comercial con dos únicas opciones, entrar a ver Australia o... bueno, en realidad no había alternativa, pretendía darle un enfoque optimista que no tiene. “¡Por lo menos veré ornitorrincos!”, me intenté animar.
Muy poco tardó en ser desplazada la ballena de mis pesadillas, uno difícilmente se puede reponer a la contemplación de la actual Nicole Kidman abarcando tropecientos metros. La ex-bicivoladora es como una reproducción en cera de ella misma en el museo de Madrid, la textura de su cara es exacta y se parece tan poco a su versión pasada, como las terribles figuras que pueblan el grotesco museo, a los personajes a los que “dan muerte”.
Uno tenía la sensación de que Luhrmann tuviera un acceso de edwoodismo (sin el encanto casposo de a quien le apasiona su trabajo): "¿una mujer estirada metida a ganadera?, ¡ideaza!, la incluimos; ¿qué más tenéis por ahí?, ¿un viejo que canta imitando la postura de un flamenco?, ¡genial!, dentro; ¿un niño que no sabe conjugar los verbos?, ¡chupi!, jamás a nadie se le ocurrió, lo metemos también; ¿tenéis una estampida en el ordenador?, pues la uso también; ¿y aviones, tenéis aviones?, ¿sólo en un bombardeo?, pues maravilloso, pondremos un bombardeo, ¿y un pulpo gigante?, ¿tenéis un pulpo gigante?, ¿no, eh?, pues tú, sí tú, me vas a poner acento ruso, que siempre aporta matices".
Planeando dulces venganzas hacia los que urdieron, con nocturnidad, aquel momento; me sobrevino inesperadamente el final, “vaya, pues la duración en la taquilla estaba equivocada, ¡menos mal!”, pero no, no lo estaba, la película acaba varias veces para luego continuar, Luhrmann es un ser perverso, sádico, hace que te ilusiones con el cese temporal del sufrimiento fílmico, para regresar desde el fundido a negro con más reses, caras estiradas, malos de cómic y hasta Judy Garland (“¿tenéis una cinta con Judy Garland cantando Over the Rainbow?, ¡estupendo!, le haré un hueco").
165 minutazos que ya no volverán, pero eso no es lo peor, en esos once insufribles cuartos de hora, el señorito incluyó todo tipo de disparates, pero no tuvo tiempo de meter, en una película que transcurría en Asutralia, ¡ni un miserable plano de un ornitorrinco!
Muy poco tardó en ser desplazada la ballena de mis pesadillas, uno difícilmente se puede reponer a la contemplación de la actual Nicole Kidman abarcando tropecientos metros. La ex-bicivoladora es como una reproducción en cera de ella misma en el museo de Madrid, la textura de su cara es exacta y se parece tan poco a su versión pasada, como las terribles figuras que pueblan el grotesco museo, a los personajes a los que “dan muerte”.
Uno tenía la sensación de que Luhrmann tuviera un acceso de edwoodismo (sin el encanto casposo de a quien le apasiona su trabajo): "¿una mujer estirada metida a ganadera?, ¡ideaza!, la incluimos; ¿qué más tenéis por ahí?, ¿un viejo que canta imitando la postura de un flamenco?, ¡genial!, dentro; ¿un niño que no sabe conjugar los verbos?, ¡chupi!, jamás a nadie se le ocurrió, lo metemos también; ¿tenéis una estampida en el ordenador?, pues la uso también; ¿y aviones, tenéis aviones?, ¿sólo en un bombardeo?, pues maravilloso, pondremos un bombardeo, ¿y un pulpo gigante?, ¿tenéis un pulpo gigante?, ¿no, eh?, pues tú, sí tú, me vas a poner acento ruso, que siempre aporta matices".
Planeando dulces venganzas hacia los que urdieron, con nocturnidad, aquel momento; me sobrevino inesperadamente el final, “vaya, pues la duración en la taquilla estaba equivocada, ¡menos mal!”, pero no, no lo estaba, la película acaba varias veces para luego continuar, Luhrmann es un ser perverso, sádico, hace que te ilusiones con el cese temporal del sufrimiento fílmico, para regresar desde el fundido a negro con más reses, caras estiradas, malos de cómic y hasta Judy Garland (“¿tenéis una cinta con Judy Garland cantando Over the Rainbow?, ¡estupendo!, le haré un hueco").
165 minutazos que ya no volverán, pero eso no es lo peor, en esos once insufribles cuartos de hora, el señorito incluyó todo tipo de disparates, pero no tuvo tiempo de meter, en una película que transcurría en Asutralia, ¡ni un miserable plano de un ornitorrinco!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
“Ornitorrincos, ¡claro!, ¡gran idea!, los incluiré en el director's cut”
7 de mayo de 2009
7 de mayo de 2009
12 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Buenas noches, estamos hoy aquí para el pase de prensa de una entretenida comedia de un director novel, espero que la disfruten”
...
Portátil sobre las piernas, apenas terminada la proyección, un afamado crítico:
“[...]típico humor casposo sin gracia, actuaciones planas, desnudos gratuitos, apología de la frivolidad, [...]no se puede tener menos talento y dirigir peor. [...]Nada nuevo bajo el sol, seguimos subvencionando morralla.”
Vuelve a hablar el maestro de ceremonias:
“Recibimos ahora al director de esta estupenda película, discúlpenme por haberles mentido antes, novel, lo que se dice novel, no es. Con todos ustedes, Paco García, uno de los grandes de nuestro cine.”
La audiencia lo recibe con cierta frialdad.
“Buenas noches, lo que acaban de ver es uno de mis proyectos más personales. Parodiando desde dentro la falta de talento y lo clónico de nuestro cine, aprovecho para hacer crítica social, denunciar como la frivolidad está instalada en cada estrato. Pero bueno, ustedes no necesitan de estas explicaciones, quizás el espectador común sí, por eso en el DVD de la película se incluirá una cadena de audio donde explico el porqué de cada elemento. Que tengan buena noche.”
El gran director es despedido con una sonora ovación.
Al día siguiente, en el periódico en el que escribe el crítico arriba presentado, se podía leer:
...
Portátil sobre las piernas, apenas terminada la proyección, un afamado crítico:
“[...]típico humor casposo sin gracia, actuaciones planas, desnudos gratuitos, apología de la frivolidad, [...]no se puede tener menos talento y dirigir peor. [...]Nada nuevo bajo el sol, seguimos subvencionando morralla.”
Vuelve a hablar el maestro de ceremonias:
“Recibimos ahora al director de esta estupenda película, discúlpenme por haberles mentido antes, novel, lo que se dice novel, no es. Con todos ustedes, Paco García, uno de los grandes de nuestro cine.”
La audiencia lo recibe con cierta frialdad.
“Buenas noches, lo que acaban de ver es uno de mis proyectos más personales. Parodiando desde dentro la falta de talento y lo clónico de nuestro cine, aprovecho para hacer crítica social, denunciar como la frivolidad está instalada en cada estrato. Pero bueno, ustedes no necesitan de estas explicaciones, quizás el espectador común sí, por eso en el DVD de la película se incluirá una cadena de audio donde explico el porqué de cada elemento. Que tengan buena noche.”
El gran director es despedido con una sonora ovación.
Al día siguiente, en el periódico en el que escribe el crítico arriba presentado, se podía leer:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
“[...]Paco García utiliza magistralmente las tristes señas de identidad de nuestro cine, humor aparentemente rancio, actuaciones conscientemente planas, desnudos injustificados, [...]para denunciar la frivolidad de la sociedad occidental desde la parodia. [...]Desternillante retrato de nuestra industria cinematográfica. [...]Lo único que me genera dudas, es que quizás Paco García haya sido demasiado sutil para el asilvestrado público que asiste a nuestras salas. Ojalá todo el cine subvencionado escondiera, aunque fuese, la mitad de talento que este film.”
Starship Troopers da en la diana, debería ser la referencia para cualquier director. Hoy en día no se hace mal cine, simplemente faltan cadenas de audiocomentarios en los DVD.
Starship Troopers da en la diana, debería ser la referencia para cualquier director. Hoy en día no se hace mal cine, simplemente faltan cadenas de audiocomentarios en los DVD.
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