Os propongo la visión de una comedia negra negrísima sobre un tema delicado como es la enfermedad mental. Creo que su realizadora resuelve satisfactoriamente la tarea de combinar drama con comedia, y se ha documentado para recrear la percepción de la realidad de Jerry, que a mi me ha satisfecho. También hay un breve romance. Especialmente valioso es el parlamento final de la terapeuta de Jerry.

Mención aparte merece el trabajo de Ryan Reynolds, que demuestra su versatilidad como actor y su valía en cuanto tiene ocasión, como ya lo hizo en BURIED. Yo siempre he tenido mis reticencias cuando me lo ofrecen como super-pibón, porque maquillarle los ojos y peinarle para que luzca como galán romántico debe ocupar más horas que caracterizar a Boris Karloff para Frankenstein, pero definitivamente creo que es un actor talentudo o talentoso, como prefieran, que es lo que cuenta.

En resumen, me parece una comedia que os hará disfrutar y con la suficiente enjundia para que no la olvides en cinco minutos. Para psicólogos aficionados, lectores de manuales de auto-ayuda, románticos empedernidos y personas que empaticen con el dolor humano. Gracias por leerme.

Esta película contiene escenas costumbristas y muestras de música popular inglesa de extraordinario valor. Los ritmos naturales, como en otras películas de la época, constituyen un personaje más. Pero su mayor aportación a la historia del cine es la escena en que el sargento Frank Troy (Terence Stamp) seduce con su sable a Julie Christie. Pocas veces se ha logrado retratar el misterio del deseo femenino con tal acierto.