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CortometrajeDocumental

6.3
5,376
Documental
6
13 de junio de 2011
13 de junio de 2011
32 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un débil haz de luz salía del fondo de una cajita y se proyectada hacia una blanca pantalla, en un pequeño sótano del Grand Café, hoy el lujoso Hotel Scribe, situado en el número 14 del Boulevard Des Capucines, un 28 de diciembre de 1895 en París, por un franco, se pudo ver ese día la primera proyección comercial de la historia.
Un espectáculo de menos de un minuto jamás visto antes, ¡imágenes en movimiento!
Había nacido el cinematógrafo, el CINE, "La máquina de imprimir vida", como la llamaria muy acertadamente unos años más tarde el cineasta Marcel L'Herbier.
Los padres de la criatura los hermanos Louis y Auguste Lumiére creadores de la máquina de proyección que a muchos de nosotros nos ha entretenido y hecho soñar en tantos momentos de nuestras vidas.
De la salida de aquella fábrica de Lyon hace 116 años, tambíen salierón a su vez, innumerables historias reales y de ficción, dramas, comedias, aventuras, western, musicales, documentales, un largo etcétera, hecho realidad tambíen por un sin fin de productores, directores, guionistas, actores, actrices, extras... que dieron y dan lustre a lo que hoy conocemos como séptimo arte.
Muchas gracias, por tan mágico y maravilloso regalo.
Un espectáculo de menos de un minuto jamás visto antes, ¡imágenes en movimiento!
Había nacido el cinematógrafo, el CINE, "La máquina de imprimir vida", como la llamaria muy acertadamente unos años más tarde el cineasta Marcel L'Herbier.
Los padres de la criatura los hermanos Louis y Auguste Lumiére creadores de la máquina de proyección que a muchos de nosotros nos ha entretenido y hecho soñar en tantos momentos de nuestras vidas.
De la salida de aquella fábrica de Lyon hace 116 años, tambíen salierón a su vez, innumerables historias reales y de ficción, dramas, comedias, aventuras, western, musicales, documentales, un largo etcétera, hecho realidad tambíen por un sin fin de productores, directores, guionistas, actores, actrices, extras... que dieron y dan lustre a lo que hoy conocemos como séptimo arte.
Muchas gracias, por tan mágico y maravilloso regalo.
9
12 de julio de 2011
12 de julio de 2011
28 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inolvidable e imprescindible obra maestra del cine fantástico del irregular Jack Arnold, que se
apoya en el guión del gran Richard Matheson, de su propia novela homónima, con el que
logra esta joya de la serie B, que entre otras cosas presume de sencillos pero geniales
efectos especiales para la época. Fascinante pesadilla, denuncia contaminante y lucha
por la supervivencia con bastante ingenio por parte del protagonista, que nos narra
en voz en off, esta agónica y apasionante historia, amenizada con una inquietante
música por parte de Joseph Gersgenson acompañada por solos de trompeta a
cargo del trompetista Ray Anthony. Original y modesta propuesta de cine
fantástico y de ficción, abismal tanto en lo grande como en lo pequeño,
en sus iconicas imágenes cinéfilas de película de culto en su género.
Desde que comienza este clásico lo que menos hace es menguar,
si no todo lo contrario, aumenta en emoción e incertidumbre
hasta terminar con un reflexivo y memorable discurso final.
Gigante y espléndido Jack Arnold en lo que sin lugar a
dudas fue su mejor trabajo para la gran pantalla.
Encantadora y entretenida "miniatura" de la
Universal Pictures, un ejercicio de
ingenio digno de ver.
Muy buena.
Fin
apoya en el guión del gran Richard Matheson, de su propia novela homónima, con el que
logra esta joya de la serie B, que entre otras cosas presume de sencillos pero geniales
efectos especiales para la época. Fascinante pesadilla, denuncia contaminante y lucha
por la supervivencia con bastante ingenio por parte del protagonista, que nos narra
en voz en off, esta agónica y apasionante historia, amenizada con una inquietante
música por parte de Joseph Gersgenson acompañada por solos de trompeta a
cargo del trompetista Ray Anthony. Original y modesta propuesta de cine
fantástico y de ficción, abismal tanto en lo grande como en lo pequeño,
en sus iconicas imágenes cinéfilas de película de culto en su género.
Desde que comienza este clásico lo que menos hace es menguar,
si no todo lo contrario, aumenta en emoción e incertidumbre
hasta terminar con un reflexivo y memorable discurso final.
Gigante y espléndido Jack Arnold en lo que sin lugar a
dudas fue su mejor trabajo para la gran pantalla.
Encantadora y entretenida "miniatura" de la
Universal Pictures, un ejercicio de
ingenio digno de ver.
Muy buena.
Fin

7.3
5,247
8
26 de marzo de 2010
26 de marzo de 2010
27 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
A menudo trato de imitarle, y es que cada vez que veo a Zorba, me da energías, me enseña a vivir, pero la mayoría de las veces el sistema de esta sociedad me absorbe, como a casi todos supongo, y es que viéndola dan ganas de disfrutar de la vida, vivir de la forma de la que este bohemio griego vive, eso es haciendo de cada día el último.
Basada en la novela de Nikos Kazantzakis, el director grecochipriota Cacoyannis nos regala un film lleno de exotismo y de buenas y largas escenas, ambientada en la férrea sociedad cretence, donde el aquí, ¡Colosal! Anthony Quinn, da vida y nunca mejor dicho a un vitalista y alegre griego en la que quizás sea una, si no la mejor interpretación de su carrera cinematográfica.
Amar, cantar y bailar, sin importarle lo que digan los demás, todo bañado a ritmo de sirtaki, con la magnífica composición de Theodorakis, que se hizo tan popular como la misma película.
Y es que, ¿habrá algo más grande en esta vida, que hacer lo que te da la gana, cuando te viene en gana?, seguro que no, es lo mas preciado que puede tener una persona para considerarse libre y satisfecho de si misma, y esa manera de ser y de tomarse la vida de Zorba, es la que trata de transmitirle a Basil (Alan Bates), el escritor inglés que ha heredado una mina, con el cual entabla amistad en el puerto del Pireo.
Las diferentes relaciones de uno y otro, con la viuda (Irene Papas) y la prostituta Hortense a la que da vida Lila Kedrova en un papel que le valió el Oscar a la mejor actriz secundaria, se acentuan en un ambiente de hostilidad y dramatismo en un retrógrado pueblo de la isla de Creta.
Y del final, que decir del final...
Disfruten de su existencia, y aprendan a vivir como Alexis Zorba.
Xhérete, kaliméra
Basada en la novela de Nikos Kazantzakis, el director grecochipriota Cacoyannis nos regala un film lleno de exotismo y de buenas y largas escenas, ambientada en la férrea sociedad cretence, donde el aquí, ¡Colosal! Anthony Quinn, da vida y nunca mejor dicho a un vitalista y alegre griego en la que quizás sea una, si no la mejor interpretación de su carrera cinematográfica.
Amar, cantar y bailar, sin importarle lo que digan los demás, todo bañado a ritmo de sirtaki, con la magnífica composición de Theodorakis, que se hizo tan popular como la misma película.
Y es que, ¿habrá algo más grande en esta vida, que hacer lo que te da la gana, cuando te viene en gana?, seguro que no, es lo mas preciado que puede tener una persona para considerarse libre y satisfecho de si misma, y esa manera de ser y de tomarse la vida de Zorba, es la que trata de transmitirle a Basil (Alan Bates), el escritor inglés que ha heredado una mina, con el cual entabla amistad en el puerto del Pireo.
Las diferentes relaciones de uno y otro, con la viuda (Irene Papas) y la prostituta Hortense a la que da vida Lila Kedrova en un papel que le valió el Oscar a la mejor actriz secundaria, se acentuan en un ambiente de hostilidad y dramatismo en un retrógrado pueblo de la isla de Creta.
Y del final, que decir del final...
Disfruten de su existencia, y aprendan a vivir como Alexis Zorba.
Xhérete, kaliméra
6
1 de diciembre de 2011
1 de diciembre de 2011
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Última producción de la Metro Goldwyn Mayer sobre el mítico personaje de Tarzán, creación del escritor norteamericano Edgar Rice Burroughs, de las seis que protagonizan juntos Johnny Weissmüller y Mauren O'Sullivan. Ni sus antecesores en el cine mudo, Gordon Griffith y Elmo Lincoln primeros en recrearlo en la gran pantalla, ni sus posteriores intérpretes destacando a Lex Barker, Gordon Scott y de los más recientes Christopher Lambert, han podido disociar la figura del olímpico nadador estadounidense Weissmüller, con la del personaje de Burroughs en el mundo del cine.
Dirige Richard Thorpe prolífico cineasta, que siempre se movía bien sobre todo en el terreno de la aventura, consiguiendo en está un tono humorístico, siendo una de sus grandes culpables la mona Cheeta que logra en muchas escenas, dificiles y cómicas actuaciones. Puede con casí toda seguridad, que ésta entrega de Tarzán no sea la mejor ni tan siquiera la más interesante, pero sin lugar a dudas es una de las más entretenidas y recordadas, y una de las más icónicas de las que se rodaron, con Jane, Tarzán y Cheeta buscando a su raptado Boy por Nueva York, también quizás porque Tarzán con su característico grito, es sacado de su habitual escenario la jungla, para trepar y saltar por los rascacielos y puentes, adentrándose en una simpática aventura con traje, por el asfalto de la Gran manzana.
A pesar de algunos fallos de transparencias y efectos especiales muy de la época, unos sencillos diálogos y un argumento de escaso metraje, se deja ver con agrado desde que comienzan sus exóticos títulos de crédito, con ese mapa gigante del continente africano de fondo y una música inquietante de aires étnicos de tribus africanas, que nos transportan sin más a las aventuras y al encuentro con Tarzán, que tanto yo y otros muchos cinéfilos de mi edad teníamos en nuestras inolvidables tardes de verano, y sábados.
Es pasable como entretenimiento más que interesante en sí, sé que no merece un 6 pero se le perdona, permítanme confesarles que no he puntuado yo, ha sido el niño que llevo dentro.
Véanla, al igual les pasa lo mismo.
Dirige Richard Thorpe prolífico cineasta, que siempre se movía bien sobre todo en el terreno de la aventura, consiguiendo en está un tono humorístico, siendo una de sus grandes culpables la mona Cheeta que logra en muchas escenas, dificiles y cómicas actuaciones. Puede con casí toda seguridad, que ésta entrega de Tarzán no sea la mejor ni tan siquiera la más interesante, pero sin lugar a dudas es una de las más entretenidas y recordadas, y una de las más icónicas de las que se rodaron, con Jane, Tarzán y Cheeta buscando a su raptado Boy por Nueva York, también quizás porque Tarzán con su característico grito, es sacado de su habitual escenario la jungla, para trepar y saltar por los rascacielos y puentes, adentrándose en una simpática aventura con traje, por el asfalto de la Gran manzana.
A pesar de algunos fallos de transparencias y efectos especiales muy de la época, unos sencillos diálogos y un argumento de escaso metraje, se deja ver con agrado desde que comienzan sus exóticos títulos de crédito, con ese mapa gigante del continente africano de fondo y una música inquietante de aires étnicos de tribus africanas, que nos transportan sin más a las aventuras y al encuentro con Tarzán, que tanto yo y otros muchos cinéfilos de mi edad teníamos en nuestras inolvidables tardes de verano, y sábados.
Es pasable como entretenimiento más que interesante en sí, sé que no merece un 6 pero se le perdona, permítanme confesarles que no he puntuado yo, ha sido el niño que llevo dentro.
Véanla, al igual les pasa lo mismo.

5.6
5,392
7
19 de abril de 2013
19 de abril de 2013
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una más que interesante descripción fílmica, en la que el director y reputado guionista Paul Schrader, galardonado unos años antes con el Globo de Oro por su guión en “Taxi Driver" (1976) de Martin Scorsese, nos narra en principio la vida y oficio de un metódico gigoló de lujo, de Palm Springs. Se trata de la película que aparto definitivamente a Richard Tiffany Gere del teatro sobre todo en Broadway, para dedicarse exclusivamente al mundo del cine. Tuvo su dosis de fortuna, este sex symbols cinematográfico de los 80 y 90 nacido en Syracusa y perteneciente a una modesta familia, cuando John Travolta rechazó el papel de Julian kay, ponièndole en bandeja, el ser una de las estrellas más sexy y mejor pagadas del cine en Norteamérica, y reafirmándolo poco después con otro gran éxito de los ochenta como lo fue “Oficial y caballero" (1982) de Taylor Hackford.
Esta cinta de Schrader se mueve entre lo erótico, lo policíaco y el suspense, teniendo en lo primero su parte quizás más interesante e insólita en todo el film, muy pocas veces ha sido tan bien llevada al cine la prostitución masculina como en esta película. Es embriagadora esta American Gigoló, que parece tener una sencilla estructura de cine negro, aunque en el apartado del suspense es donde menos funciona. Es caliente, sensual, en sus escenas más comprometidas, (el desnudo integral de Gere, es uno de los momentos más sorprendentes de la película, sobre todo para las féminas) pero no por eso deja de moverse con estilo y elegancia, sobre todo bajo los compases de la música de Giorgio Moroder, con un tema principal muy recordado por los de nuestra generación, “Call Me” cantado por Deborah Harry vocalista del grupo Blondie, que fue nº 1 en listas en Gran Bretaña y en Estados Unidos, y que acentúa más si cabe un cierto clima parecido en varios de sus planos, con la antes mencionada película de Scorsese. Y aunque parezca increíble también catapulto al encargado del vestuario, un tal Giorgio Armani, del cual Richard Gere en la película luce impecablemente palmito, sobre todo a la hora de elegir chaqueta y corbata. No hay duda que su forma de vestir lo ha convertido en uno de los actores más atractivos de Hollywood, menos atractiva si cabe, ha sido su glamurosa e irregular filmografía.
A mí personalmente no me parece un producto indecente como muchos han llegado a calificar, es más soy de los que creo, y tal vez sea el único, que American Gigoló por lo aquí comentado anteriormente, ha ganado con el paso del tiempo, al salir de una mera e interesante película ochentera, ha convertirse en una obra que vista hoy en día no decepciona, que no es poco.
Esta cinta de Schrader se mueve entre lo erótico, lo policíaco y el suspense, teniendo en lo primero su parte quizás más interesante e insólita en todo el film, muy pocas veces ha sido tan bien llevada al cine la prostitución masculina como en esta película. Es embriagadora esta American Gigoló, que parece tener una sencilla estructura de cine negro, aunque en el apartado del suspense es donde menos funciona. Es caliente, sensual, en sus escenas más comprometidas, (el desnudo integral de Gere, es uno de los momentos más sorprendentes de la película, sobre todo para las féminas) pero no por eso deja de moverse con estilo y elegancia, sobre todo bajo los compases de la música de Giorgio Moroder, con un tema principal muy recordado por los de nuestra generación, “Call Me” cantado por Deborah Harry vocalista del grupo Blondie, que fue nº 1 en listas en Gran Bretaña y en Estados Unidos, y que acentúa más si cabe un cierto clima parecido en varios de sus planos, con la antes mencionada película de Scorsese. Y aunque parezca increíble también catapulto al encargado del vestuario, un tal Giorgio Armani, del cual Richard Gere en la película luce impecablemente palmito, sobre todo a la hora de elegir chaqueta y corbata. No hay duda que su forma de vestir lo ha convertido en uno de los actores más atractivos de Hollywood, menos atractiva si cabe, ha sido su glamurosa e irregular filmografía.
A mí personalmente no me parece un producto indecente como muchos han llegado a calificar, es más soy de los que creo, y tal vez sea el único, que American Gigoló por lo aquí comentado anteriormente, ha ganado con el paso del tiempo, al salir de una mera e interesante película ochentera, ha convertirse en una obra que vista hoy en día no decepciona, que no es poco.
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